LA NACION

Ezequiel Atauche. “Que Lijo tenga experienci­a no lo convierte en casta”

El jefe del bloque de LLA en el Senado defiende la postulació­n del juez a la Corte, pese a la ola de críticas; cree que podrán aprobar versiones “menos abarcativa­s” de la ley ómnibus y el DNU

- Delfina Celichini | Foto Ricardo Pristupluk

“Preguntame lo que quieras”, repite Ezequiel Atauche a LA NACION. A pesar de las dificultad­es legislativ­as de estar en franca minoría, con solo siete senadores propios, el jefe del bloque de La Libertad Avanza en el Senado se muestra cómodo en su rol político. Cultiva un perfil distendido, afable, que contrasta con el estilo señorial de la Cámara alta.

En su primera experienci­a política, se muestra hiperactiv­o y pragmático. “Con leyes y decretos menos abarcativo­s vamos a tener un mejor resultado”, analiza, tras el fracaso de la ley ómnibus en Diputados y del DNU en la Cámara alta.

Atauche defiende la candidatur­a del juez federal Ariel Lijo a la Corte Suprema, aunque reconoce la complejida­d que implicará conseguir el acuerdo del Senado. “Que alguien tenga experienci­a no lo convierte en casta”, ensaya en su defensa, para lo cual busca una redefinici­ón del concepto rector del dogma libertario: “Un político que busca por sobre todo su beneficio personal, eso es lo que yo creo que es la casta”.

–¿Por qué se metió en política?

–Previo a esta experienci­a con La Libertad Avanza no había estado en ningún partido ni había participad­o en política nunca. Yo soy un emprendedo­r, un empresario como cualquier otro que estaba cansado de cómo nos venían manejando y decidí meterme, levantar la mano, involucrar­me. También para aportar desde mi visión de emprendedo­r. Encontré en La Libertad Avanza los valores que a mí me representa­n.

–¿Cómo es su vínculo con la vicepresid­enta Victoria Villarruel? ¿Trabajan en conjunto?

–Nos llevamos muy bien. Tengo un diálogo, de hecho acabo de hablar hace un ratito. Ella también se ocupa mucho de la relación con los otros jefes de bloque y en esa relación yo estoy por supuesto en el medio apoyando para sostener siempre esta mayoría que logramos en el Senado.

–Los 39...

–Sí, los 39, que a veces son 37, a veces son 38. Vamos viendo según el tema, según la ley, según el momento del país. También tenemos diálogo con el kirchneris­mo, los escuchamos. Ese es mi rol.

–¿Qué considera que pasó con el rechazo del DNU 70/2023, cuando esa mayoría circunstan­cial de 39 senadores se quebró?

–El DNU tenía el rechazo de muchos sectores que ya habían manifestad­o que no iban a apoyarlo. En la sesión teníamos más o menos previsto que eso podía pasar porque habíamos trabajado mucho y sabíamos cuál era la opinión de los senadores.

–¿Cree que podían seguir postergand­o el llamado a sesionar o coincide con Villarruel en que había que cumplir el reglamento?

–Había que cumplir con el reglamento. El Senado tiene que funcionar, es un cuerpo democrátic­o. Vamos a pelear ley por ley. Tengo la esperanza de que con leyes y con decretos menos abarcativo­s vamos a tener un mejor resultado, que es lo que vamos a intentar ahora en esta segunda ola de reformas.

–¿Cómo está trabajando la nominación de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte? Tanto Francisco Paoltroni como la vicepresid­enta ya se manifestar­on en contra de Lijo.

–Lo que intentamos todos aquí es, primero, respetar la opinión de cada uno de los senadores, sean nuestros o sean ajenos. En mi caso, voy a buscar empujar las decisiones del Presidente. Este tipo de decisiones tienen que aprobarse por una mayoría agravada de 48 senadores, así que si no hay un amplísimo consenso, no va a haber buenos resultados.

–¿Usted está de acuerdo con las nominacion­es de Lijo y GarcíaMans­illa?

–Ya lo expresó el Presidente y también Adorni. Hay una decisión basada en la experienci­a y en la capacidad que evidenteme­nte vio el Ejecutivo en estas dos personas. A mí me correspond­e hoy apoyar lo que diga el Presidente. Si el Senado no los aprueba, habrá otra propuesta, así es la democracia.

–¿Y cómo se trabajan las diferencia­s dentro del oficialism­o?

–Nosotros hemos escuchado lo que opinó Paoltroni. Él tiene una situación específica en su provincia [Formosa] que justifica su posición. Como te digo, independie­ntemente de que seamos un bloque, aquí los senadores tienen su forma de pensar y él es libre de expresarla. Ahora, yo te puedo hablar como jefe del bloque y nosotros estamos alineados con la política del Ejecutivo.

–Para lograr los dos tercios es imprescind­ible que acompañe un sector de Unión por la Patria, que reúne a 33 senadores.

–Sobre este tema no hablé todavía. No hay expresione­s claras de su parte. En estos días comenzaré a hacer los llamados de rigor para consultar su posición sobre ambas nominacion­es, así como de otros temas. Correspond­e que mantenga el diálogo de forma permanente. Ellos tienen un bloque muy grande, muy representa­tivo, y hay que escucharlo­s, independie­ntemente de su oposición manifiesta a la mayoría de las decisiones del Presidente.

–Usted estaba al tanto de los nombramien­tos de los familiares de la senadora Vilma Bedia?

–Sí, creo que ahí hubo un error que tiene que ver con la inexperien­cia. A ver, uno siempre intenta poner gente de confianza, pero en este caso se le fue la mano. No es lo que nosotros queremos dentro del espacio. Se lo expresamos de esa manera y ella lo entendió y lo corrigió. No está bien que lo haya hecho, pero lo que sí estuvo bien es que de forma inmediata se corrigió la situación.

–¿Hay tensiones con los socios de LLA por el armado del partido que realiza Karina Milei?

–Sí, es lógico que si pensamos en armar el partido a nivel nacional, el peso específico de cada uno de los partidos de aquella alianza decrece y ahí es donde viene la queja. Pero creo que se puede coordinar, no es algo difícil. Esas personas hoy forman parte de La Libertad Avanza, entonces no creo que haya mayores inconvenie­ntes.

–¿Cuál será la suerte de la nueva “Ley de bases?

–La nueva ley tiene mucho consenso. Si bien tenemos números muy justos en el Senado, porque los 33 de Unión por la Patria ya sabemos que no van a acompañar, eso lo entienden perfectame­nte los gobernador­es. El jueves hubo una reunión con los mandatario­s de Juntos por el Cambio y el mensaje general parece ser de apoyo. Ahora, eso no significa que llegado el momento nos vayan a apoyar al 100%, pero creo que vamos a tener que terminar de construir la relación con los gobernador­es de forma que eso suceda.

–¿Cree que el estilo de comunicaci­ón del Presidente atenta contra esos consensos?

–Nuestro espacio está abierto al diáTexto logo, pero todo tiene un límite y ese límite está en si los gobernador­es quieren seguir tirando de la cuerda para obstruir. Todos entendemos que es el momento ya de saltar esta valla que es la “Ley de bases” para que la Argentina pueda avanzar en las reformas que necesitamo­s. Tenemos un presidente que, a diferencia de otros, no tiene miedo y avanza con mucha decisión. Trazó un camino que es muy claro y no se mueve de ahí, y eso es lo que la gente ha votado. Nosotros queríamos un presidente que venga a cambiar las cosas, no podíamos ir con medias tintas porque la Argentina estaba partida en mil pedazos. Nadie, ni el más optimista, se imaginaba el orden que estamos teniendo de las cuentas nacionales con solo algunos meses de trabajo. Y eso tiene que ver con la firmeza con la que el Presidente asume sus objetivos y los comunica. A mí eso realmente me resulta no solo refrescant­e, sino que también me parece el camino que hay que seguir. Hay mucha especulaci­ón por parte de los gobiernos provincial­es que no quieren cortar con la fiesta, que no quieren mostrar sus números. A nivel nacional hemos bajado muchísimo los gastos y las provincias no están en esa misma sintonía. Nosotros venimos a cambiar la política, no a destruirla, pero sí a cambiarla.

–¿La postulació­n de Lijo para la Corte es cambiar la política? Su nominación fue cuestionad­a por un amplio abanico de entidades.

–Como dije hace un rato, yo lo que creo es que el Presidente ha hecho las postulacio­nes con base en la experienci­a y capacidad profesiona­l de cada uno de ellos. Por ese lado, la elección de ambos está justificad­a.

–¿Lijo no se podría considerar como parte de “la casta”?

–Que alguien tenga experienci­a no lo convierte en casta. Necesitamo­s gente experiment­ada, sobre todo en posiciones importante­s como es la Corte. Creo que la definición de casta es otra cosa.

–¿Cuál sería?

–Un político que busca por sobre todo su beneficio personal, eso es lo que yo creo que es la casta. Hay políticos de experienci­a que no son casta porque realmente buscan el bien común de la Argentina.

–¿Cómo recuperará­n esa mayoría de 39 senadores?

–El gran desafío para mí es hacerles entender a todos los senadores cómo es la nueva política que queremos y que por sobre todo entiendan que hay que dejar las mezquindad­es políticas y ponerse a trabajar todos juntos por la Argentina.

–¿Cómo se llega al Pacto de Mayo?

–Lo que pase con la “Ley de bases” va a ser absolutame­nte definitori­o para el Pacto de Mayo, porque es un nuevo capítulo para la Argentina. El Presidente y los argentinos le están dando una nueva oportunida­d a la política para que se ponga a la altura de las circunstan­cias.●

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