Se empantanó la negociación con Maduro por los asilados en Caracas
Seis opositores siguen refugiados en la embajada argentina para escapar de la persecución chavista
La residencia de la embajada argentina en Caracas continúa sin el movimiento esperado. “Se trabó”, coinciden referentes de la Cancillería y también voces cercanas al gobierno de Nicolás Maduro, en relación con las negociaciones entre ambos países para otorgar el salvoconducto a los seis dirigentes opositores al chavismo que desde hace ya dos semanas se encuentran asilados en esa sede diplomática.
Según fuentes de ambas administraciones, las continuas y renovadas agresiones entre el presidente Javier Milei y Maduro enfriaron las negociaciones que, por el lado argentino, llevaba adelante el hasta ayer encargado de negocios Gabriel Volpi.
Ayer, la sede diplomática y las tratativas estaban a cargo de Andrés Mangiarotti, diplomático de carrera con pasado reciente en la embajada argentina en Bélgica y Luxemburgo.
Tal como informó el jueves, Mangiarotti llegó el viernes a Caracas, y ayer, por medio de la resolución 2024-128, firmada por la canciller Diana Mondino y a la que tuvo acceso este diario, se dispuso el traslado a Buenos Aires de Volpi, ya en trámites de jubilación y quien fue el número 2 de la sede diplomática en tiempos del embajador kirchnerista Oscar Laborde (de fluido y renovado vínculo con el chavismo).
Desde la Cancillería afirmaron que “las negociaciones siguen” y que no habrá información adicional para “no entorpecer” las tratativas con el régimen de Maduro, que ayer, en una declaración a Telesur, volvió a acusar al Presidente de “neonazi”, que “representa los peores intereses de la derecha y de la dictadura militar”.
En varias de sus entrevistas recientes, Milei también renovó sus críticas a Maduro, y hasta dijo que impulsaría mayores sanciones contra el chavismo en los foros internacionales, ya que –según expresó a la CNN– “la carnicería que es Venezuela es verdaderaAl mente inaudito; lo mismo que la isla cárcel de Cuba”, fustigó.
“Maduro no quiere más problemas y va a terminar dando el salvoconducto. Si se quieren ir, que se vayan”, expresaron cerca del gobierno venezolano.
La semana próxima, especularon, podría haber novedades en relación con los seis asilados, todos cercanos a la dirigente opositora María Corina Machado, quien debió delegar en Corina Yoris su candidatura presidencial para las elecciones del 28 de julio. Yoris también fue excluida de la contienda, por lo cual la coalición opositora que responde a Machado designó a última hora candidato al excanciller Edmundo González Urrutia.
El viernes, la canciller Mondino confirmó que el Gobierno había concedido a los colaboradores de Machado el estatus de asilados políticos, pero que todavía se estaba trabajando en el salvoconducto. “Lo estamos gestionando. No es tan fácil”, dijo Mondino en el marco de un evento empresarial organizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba, en Argentina.
La decisión de Maduro, entonces, sería dejar salir hacia Buenos Aires a los asilados Pedro Urruchurtu, Magalí Meda, Claudia Macero, Humberto Villalobos y Omar González, más un sexto nombre que aún se mantiene en reserva.
De todos modos, nada es seguro en un vínculo bilateral teñido por la agresividad verbal entre los dos presidentes. Los asilados también la pasaron mal: desde su llegada a la residencia, les cortaron la luz y el agua, presuntamente por orden del gobierno chavista.
El Gobierno amenazó con enviar gendarmes para protegerlos, pero más tarde desechó la idea.
Los partidarios de Machado también se mantienen en silencio en relación con los asilados, mientras organizaciones internacionales como la CIDH critican a Maduro por la exclusión de sus candidatas para las elecciones.ß