Roberto Bosch. “En España hay interés por lo que está pasando en la Argentina”
El embajador en Madrid afirma que el viaje de Milei sería propicio para reunirse con empresarios; asistirá a una cumbre de Vox
Roberto Bosch todavía no trasladó sus pertenencias desde su despacho como encargado de negocios en la embajada argentina en España a la oficina principal de la sede, ubicada en el primer piso de un edificio del barrio madrileño de Chamberí. Desde que su designación como máximo representante diplomático fue aceptada por el gobierno de Pedro Sánchez y luego oficializada a fines de fines de febrero, Bosch tiene una agenda cargada: reuniones con otros embajadores, entrevistas con inversores y un viaje a la Argentina, de donde acaba de regresar.
Bosch secundó a Ricardo Alfonsín y ahora se convirtió en el primer embajador de carrera en dos décadas en esta ciudad, una representación clave por los fuertes lazos sociales, comerciales y migratorios. Alrededor de 500.000 argentinos viven en el país, aunque es difícil tener un número definitivo por la gran cantidad de personas que llegan con ciudadanía europea, mientras que, según datos oficiales, España es el segundo socio comercial europeo de la Argentina y el segundo inversor externo en el país.
–Milei viajará en mayo a España para participar de la convención de Vox. ¿Cómo vienen los preparativos para la visita?
–Todavía no hay nada previsto. Lo único que tenemos es el anuncio del Presidente. Sé que se está trabajando y que había una reunión en el Gobierno para trabajar la agenda internacional, así que estamos a la espera de los detalles para que se arme la agenda.
–¿Está la intención de concretar también una reunión con el gobierno de Pedro Sánchez?
–La verdad que no lo sé. No creo que esta sea la ocasión para una reunión con el gobierno a nivel del presidente. Se está decidiendo cómo va a ser el viaje y hay que evaluarlo también de acuerdo con el tiempo. El evento de Vox es el 18 y 19 de mayo, que es sábado y domingo, con lo cual no va a dar para hacer ninguna otra actividad seguramente.
–Hay otra figura con la que Milei también ha mostrado afinidad, que es Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, del Partido Popular. ¿Hay alguna reunión en agenda?
–No sé nada de eso.
–Luego Milei volvería en junio, para recibir una distinción de un think tank liberal…
–Sí, entiendo que también en un viaje muy corto. Mi intención sería siempre, y así la he transmitido, que aproveche el viaje sobre todo para juntarse con empresarios. Creo que lo que va a ser la realidad de la relación España-argentina es ese volumen de inversiones que ya existen y ese interés sobre lo que está pasando en Argentina.
–Ahora que la nueva “Ley de bases” que se debatirá en el Congreso incluye la lista de una serie de empresas públicas que serían privatizadas, ¿hay interés del empresariado español?
–Yo no vi interés específico en tal o cual empresa. Sí hay empresas que se acercan de varios sectores. No sé si están pensando en un negocio específico, eso todavía creo que es un poco prematuro.
–¿Cree que el antecedente Repsol [por la expropiación de YPF] hace que las empresas sean más cautas frente a este proceso de privatizaciones?
–Eso habría que preguntárselo a ellos. Normalmente depende mucho de quién sea, de qué oportunidad de negocio ven, y de cómo plantear la negociación. Quizás algunos recuerdan la experiencia de Repsol, pero bueno, también recuerdan que eso se arregló de determinada manera, así que seguramente el empresario sabrá evaluar sus riesgos y sus ganancias.
–En sus reuniones con potenciales inversores, ¿dónde ve que radica esa expectativa que menciona del empresariado español en relación con la Argentina?
–La expectativa de una normalización de la economía, de una baja de la inflación, de una normalización del mercado cambiario, de una normalización del comercio exterior, todo eso de llevar a la Argentina a hacer una economía normal es lo que la gente ve como positivo teniendo en cuenta los recursos naturales y humanos que tiene Argentina, que están un poco personificados en la figura de Milei, porque al final él es el líder que está llevando a cabo este intento de normalización. Por otra parte, hay algo casi irracional, que es el seguir a un líder, el sentirse atraído por un carisma, que es algo difícil de explicar. Creo que no cabe duda sobre la atracción que despierta Milei. Creo que en la Argentina no se veía desde Menem una figura presidencial que atrajera tanto el interés internacional.
–Usted estuvo dos años como encargado de negocios antes de ser designado embajador por Milei. ¿Cómo fue el cambio de clima entre los empresarios entre la anterior gestión y la actual?
–De nada a algo. Durante los dos años que estuve [durante el gobierno de Alberto Fernández], cualquier iniciativa empresarial buscaba ser impulsada desde el gobierno argentino, que buscaba algunas tecnologías, oportunidades en empresas privadas españolas. Pero bueno, había mucho recelo en aproximarse por la situación de la economía argentina y la percepción de que no había una voluntad o una habilidad para cambiar esa situación. Desde el momento en que no se pueden repatriar dividendos o que cualquier inversión que llegaba a la Argentina al llegar valía la mitad de lo que valía al salir, era muy difícil pensar en una inversión española, o de cualquier otro lado, salvo que fuera para extraer un recurso. Pero en esas circunstancias, creo que no miento si digo que fueron contadas con los dedos de una mano o menos el interés de empresas españolas en la Argentina.
–A esto se suman las negociaciones del acuerdo Mercosur-ue, que tanto España como la Argentina impulsan, pero que está trabado. ¿Cómo ve las perspectivas de que se concrete?
–Es difícil de prever porque siempre al final hay problemas internos en un bloque o en el otro y no llegamos a encontrar la oportunidad, o esas oportunidades a veces son muy breves y por distintas razones no se han podido cerrar.
–Alberto Fernández y Pedro Sánchez tenían una relación cercana, muy distinta a la que tiene Milei y Sánchez. ¿Cómo es el desafío para un diplomático de mantener esas relaciones bilaterales?
–A pesar de esa estrecha relación personal que existió antes entre los presidentes [Fernández y Sánchez], la realidad es que, en aspectos concretos de la relación entre la Argentina y España, no cambió nada en esos años, o sea, hubo muy pocos negocios y hubo reclamos por nuestra política comercial. Quizás la forma en que más se manifestó la relación fue en la llegada de una nueva inmigración argentina a España, con lo cual está claro que ese vínculo personal entre los líderes no te garantiza una mejor relación. Un vínculo personal por Whatsapp [entre los presidentes] no te garantiza una buena relación y al final lo que te la garantiza es una situación ordenada a nivel social, para que después los líderes la sigan.
–¿Hay un perfil particular del argentino que decidió emigrar a España en estos últimos años?
–Lo que vi en estos últimos dos años, y es un poco preocupante, es que viene gente que le va muy bien en la Argentina, que tiene un proyecto económico bueno, pero que no ve que sea bueno para su proyecto personal ni familiar.