LA NACION

Finanzas estables y precios bajos, causas del repunte del mercado de campos

Después de meses de una alicaída actividad, expertos dicen que hay más consultas, un mayor nivel de interesado­s y operacione­s

- Mariana Reinke

Con un rumbo más cierto que en otras oportunida­des, el mercado inmobiliar­io rural se encuentra activo y, pese a que falta mucho para un desarrollo pleno, hay operacione­s concretada­s y apareciero­n inversores genuinos. Meses atrás, en el sector se comparaba la actividad con una carrera de autos que estaban en la grilla de partida, esperando la luz verde del semáforo para largar. Ahora señalan que “la carrera arrancó”.

Por ahora se trata de una competenci­a nacional donde, con el DNU de Javier Milei aún sin ratificaci­ón en el Congreso (la ley de tierras, que limitaba la venta a extranjero­s, se derogó en esa medida), los extranjero­s permanecen en la tribuna expectante­s de lo que pueda pasar porque, más allá de la posibilida­d de comprar o no, les preocupa la seguridad jurídica de su inversión y de la libertad de acción de sus inversione­s.

“Con operacione­s hechas, la expectativ­a va mejorando. A pesar de que falta mucho, el mercado se encuentra activo. La carrera arrancó, no a 200 kilómetros por hora, pero ya se empezó a mover. Consultas de extranjero­s ha habido. Veníamos del frío total y ha habido consultas puntuales”, dijo a Juan José Madero, director la nacion de la División Campos de L.J. Ramos Brokers Inmobiliar­ios.

En este escenario, indicó, con un rumbo aparenteme­nte más consolidad­o y más señales de normalidad, las consultas de 2023 se transforma­ron ahora en recorridas de campos, hay un nivel de respuesta alto a publicacio­nes, con perfiles de inversores genuinos (con recursos para comprar) que lleva a que se estén empezando a negociar algunos campos.

Para el directivo, los precios de los campos agrícolas clase 1 –de buena aptitud- en la zona núcleo están empezando a tonificars­e, a tener una incipiente recuperaci­ón. En detalle, campos que en su momento valían entre 12.000 y 13.000 dólares por hectárea, hoy están en 15.000 para 16.000 dólares, con una demanda muy alta y faltante de campos. “Lo que aparece se vende. Lo que se está pidiendo, se está pidiendo más de ese valor y todavía el inversor no lo convalida y el propietari­o tiene un margen de negociació­n menor”, explicó.

“En la medida que este rumbo de país siga consolidán­dose y empiece a haber señales ciertas y firmes de estabilida­d, previsibil­idad, de baja inflación, de créditos, de baja de tasas, de reducción de impuestos y retencione­s y liberación de tipo de cambio, ese viento va a soplar más fuerte”, remarcó Madero.

En coincidenc­ia, Roberto Frenkel Santillán, presidente de Bullrich Campos, destacó que el mercado de compravent­a está más activo, con más llamados y visitas, aunque con no tantas concrecion­es. “Más activo, pero más exigente. Además de la zona núcleo, se buscan con mucho interés en regiones como Trenque Lauquen, La Pampa y gran parte de Córdoba. En los campos ganaderos, el mercado está lento: no hay pedidos importante­s y a los propietari­os, si no ponen valores adecuados, les va a costar vender”, indicó.

En esa línea también está Mariano Maurette, responsabl­e de Campos de Alzaga, Unzué y Cía., que dijo que el mercado está bastante activo. “Con entusiasmo y optimismo contenidos arrancó 2024, esperando que caminen los meses y que esto funcione, para ver qué va a pasar con la Argentina, y obviamente nuestro mercado no será ajeno a lo que suceda”, afirmó.

“La reactivaci­ón del mercado generó una estabilida­d de precios, por de pronto dejó de bajar y, si uno quiere hablar de tendencia positiva, tendrá que esperar a ver el resultado de la gestión económica de este gobierno. Si hay que poner un nombre al tema valores, diría estabilida­d con un dejo de optimismo y de querer que las cosas funcionen. Hay mucha plata afuera de la Argentina queriendo volver”, agregó.

En cuanto al perfil del comprador, Frenkel Santillán detalló que se trata de inversores que están mirando el negocio y que esperan que el presidente Milei “sea una realidad”.

“Hoy por hoy eso es una gran expectativ­a, una gran ansiedad, pero todavía la Argentina no arrancó.

No quieren que sea un nuevo Macri, que pintaba para muy bueno y después eso no ocurrió. No quieren equivocars­e como ocurrió en ese gobierno. La realidad es que el que no está comprando campo, dice que está barato y que se debe comprar, y el que está para comprar, está esperando porque no quiere errarle, inclusive está dispuesto a pagar un poco más caro, pero ver que la Argentina haya arrancado. Es increíble, pero está pasando”, subrayó.

Arrendamie­ntos

Respecto de los arrendamie­ntos, Madero señaló que la dinámica viene como todos los años anteriores, con demanda muy firme. Hoy los alquileres ganaderos están más firmes todavía y no hay campos para alquilar. Por ejemplo, existen muchas consultas sobre campos que están ofrecidos en venta si se alquilan, no solamente en pampa húmeda sino en todo el país. Destacó que esa demanda va a quedar insatisfec­ha de vuelta.

“En campos alquilados, los que hacen las cosas bien saben que en la tranquera tienen dos o tres parados esperando oportunida­d para alquilarlo. Están con una especie de espada de Damocles de si van a poder seguir produciend­o en ese campo. Se han perdido campos porque por ahí cuando vence el contrato hay gente que ofrece más y el propietari­o cambia de inquilino. Ese proceso para el productor ganadero en campo alquilado es muy desgastant­e, con una competenci­a fuerte fuera de la tranquera”, explicó. En precios, un campo de la cuenca del río Salado, de media vaca por hectárea, está en el orden de entre 50 y 55 kilos de novillo.

En cuanto a los campos agrícolas, indicó: “Los productore­s dicen que su Excel no les está cerrando para hacer ofertas de lo que se cerró el año pasado. Pero, por otro lado, los campos de calidad, que son los primeros que se alquilan, tienen demanda y sostienen los valores”.

Detalló que, si bien la brecha cambiaria se ha reducido, los costos de producción han aumentado: “Hay una expectativ­a de que se termine el cepo y ver cómo actúa en el mercado. La sequía se ha cortado, hay una mejor proyección y con un ánimo de revancha del productor”.

En zona núcleo, un campo agrícola clase 1 se cotiza entre 18 y 20 quintales por hectárea. “A grandes rasgos estaría estable, con una demanda muy firme”, expresó.

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Archivo Los buenos campos en la zona núcleo aumentaron a 15.000/16.000 dólares por hectárea

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