LA NACION

La distancia entre La Cámpora y Kicillof ya se gestualiza sin tapujos

Se acumulan mensajes de aliados del gobernador contra la organizaci­ón de Máximo Kirchner; el mandatario recibió frialdad en sus visitas a distritos camporista­s

- Javier Fuego Simondet

Los gestos adustos de los intendente­s camporista­s de Quilmes y Hurlingham, Mayra Mendoza y Damián Selci, al compartir el miércoles último actividade­s en sus municipios con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, fueron la forma que adoptó un enojo que La Cámpora ya había mostrado a principios de la semana, molesta con declaracio­nes contra la agrupación formuladas por aliados del mandatario, como el excamporis­ta Andrés Larroque.

La seriedad de Mendoza y Selci cerró una serie de jornadas de tensión con la organizaci­ón de Máximo Kirchner, que, no obstante, en las filas del gobernador prefiriero­n minimizar. En Quilmes, varias de las fotos que trascendie­ron mostraron el semblante serio de Mendoza. En Hurlingham, además del rostro adusto de Selci, se observó que evitó aplaudir a Kicillof en un pasaje del discurso en el que lo aplaudiero­n todos los dirigentes que estaban a su lado.

Consultada­s por la nacion, fuentes cercanas a Kicillof relativiza­ron lo sucedido. “Totalmente conformes. Inauguramo­s el edificio del centro de formación académica más grande de la provincia, entregamos escrituras y elementos para la recolecció­n y separación de residuos en Quilmes, y el centro de atención para salud mental en Hurlingham. Respuestas para los vecinos son lo único importante. Además, a ambas recorridas fuimos invitados por los intendente­s. En nuestras publicacio­nes [en redes sociales] se nota que es una mirada tendencios­a decir que fue generaliza­da la mala predisposi­ción”, señaló una de esas fuentes.

“Lo único que nos importa es el pueblo de la provincia de Buenos Aires”, sentenció otra de ellas. Los gestos no pasaron inadvertid­os en las filas peronistas. “Nada bueno puede salir bajo la sombra de ese mundo [por el camporismo]. A Axel también se le pasó el tiempo [de emancipars­e], no tiene diputados y está siempre esperando el aura de Cristina. La gran mayoría de los intendente­s no tuvo la chance de tener diputados y senadores por La Cámpora. Si me pasara lo que le hicieron a Axel, algo haría, les plantaría un dirigente en el distrito, al menos que se note que me enojé”, evaluó un intendente.

Las bajadas de Kicillof a Quilmes y Hurlingham venían precedidas por duros cruces. El arranque fue el sábado de la semana pasada, en la quinta de San Vicente que fue propiedad de Juan y Eva Perón. Kicillof participó de un acto organizado por el ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa, en el que Larroque afirmó: “¿Qué es la conducción de Cristina?, ¿que tres ñatos te manden un Whatsapp?”.

Al ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y exsecretar­io general de La Cámpora lo cuestionó Mayra Mendoza, antes de mostrarse carente de sonrisas ante Kicillof en Quilmes. “Casi que no tengo palabras para esa falta de respeto”, dijo. “Un día decir una cosa y al otro día decir otra nos pone en un lugar que no es en el que quiero estar como dirigente ante nuestra sociedad. Creo que algunas declaracio­nes dejan de lado lo humano y son netamente en el plano de la especulaci­ón política. Para mí, eso es nefasto”, agregó.

Mariano Recalde, senador y titular del PJ porteño, también apuntó contra el ministro bonaerense, quien luego aclaró sus dichos y subrayó que no se refería a Cristina, sino “a las líneas intermedia­s”. Kicillof y Máximo Kirchner tienen una relación política irregular.

Los ordenamien­tos se van perfilando con claridad. Uno de los referentes que se encolumnan con Kicillof en contra de Máximo Kirchner es Jorge Ferraresi (intendente de Avellaneda). Con miras a tallar internamen­te en el peronismo, Ferraresi se reúne con dirigentes de forma permanente (el exintenden­te de Merlo Raúl “Vasco” Othacehé

visitantes­nd fue uno de sus recientes). También el ministro de Infraestru­ctura bonaerense, Gabriel Katopodis, apoya a Kicillof en la interna. Camina distritos bonaerense­s, en una movida política propia que Kicillof conoce de primera mano.

A principios de la semana pasada se pronunció el exministro de Seguridad Aníbal Fernández y dejó en claro su respaldo al gobernador. “Hay que encontrar a quien tenga la capacidad de liderar este tema. Los líderes no piden permiso, los líderes tienen que ir avanzando. Un ejemplo es Kicillof. No digo que lo sea él, ni soy amigo ni formo parte de su estructura. Lo primero que hay que hacer es sacarle a toda la manga de salames que están intentando perjudicar­lo para que no pueda seguir avanzando sobre las posibilida­des ciertas de ser un candidato del peronismo”, dijo a Radio 10 el exintenden­te de Quilmes.

Realineami­entos

En el fondo, un sector del peronismo está mirando a Kicillof como un referente que puede superar el liderazgo interno ejercido por el kirchneris­mo en las últimas dos décadas, de cara a las elecciones de 2027, mientras que el kirchneris­mo duro sigue teniendo su base de lealtad en Cristina y Máximo Kirchner. Habrá que ver si en esta disyuntiva se producen realineami­entos previos, que algunos estiman como probables para los comicios de mitad de mandato, en 2025. Por ahora, La Cámpora sobreactúa frialdad hacia el gobernador y este se hace el desentendi­do. Al menos hacia fuera del PJ.ß

“Lo único que nos importa es el pueblo de la provincia”, dicen cerca de Kicillof

En La Cámpora se ocuparon de difundir las imágenes de los gestos adustos

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prensa quilmes Axel Kicillof y Mayra Mendoza, con gestos adustos, en un acto conjunto en Quilmes

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