LA NACION

Detrás de la cordillera, bandas preparan el cruce del delito

Menores con pedidos de captura en Chile fueron detenidos luego de entraderas en Buenos Aires y un fiscal trasandino alertó sobre una peligrosa modalidad criminal

- Gustavo Carabajal

Así como existen organizaci­ones que se dedican a la trata de personas para ser explotadas sexualment­e o al trabajo esclavo, hay una banda que recluta niños delincuent­es en Chile, los transporta a la Argentina por pasos ilegales y en nuestro país los hace cometer entraderas.

Esta organizaci­ón transnacio­nal dedicada al tráfico de niños para usarlos para robar todavía no comenzó a ser investigad­a por la Justicia Federal argentina. La banda formada por delincuent­es chilenos quedó al descubiert­o en los últimos días y varios de sus integrante­s enfrentan causas penales por un centenar de robos y entraderas cometidas en varias ciudades bonaerense­s, en un abanico que va desde La Plata hasta Zárate.

“Hay una organizaci­ón que capta a los niños en situación de vulnerabil­idad en Chile, otra célula que se encarga de llevarlos de forma ilegal a la Argentina y otra rama que los obliga a robar”, expresó el fiscal Patricio Rosas, que en su función en el Ministerio Público del país trasandino, investigó a varios de los menores detenidos en los procedimie­ntos realizados por la Policía Federal Argentina en La Reja, partido de Moreno.

Según el representa­nte del Ministerio Público a cargo de la fiscalía de Flagrancia de la Región Oeste de Santiago, la organizaci­ón criminal cruza a los menores a la Argentina a través de pasos no habilitado­s.

Los ladrones apresados, en los últimos días, por los efectivos del Departamen­to Investigac­iones Especiales de la Policía Federal tienen 14, 15, 16 y 20 años. Uno de los menores tiene diez pedidos de captura, solicitado­s por el fiscal Rosas, que los acusó de una serie de robos ocurridos en las ciudades de Rancagua y Santiago.

El chico de 14 años tiene cuatro requerimie­ntos de detención y el adolescent­e de 15 años, un pedido de captura. En tanto que los mayores que fueron apresados juntos a los menores eran buscados por la Justicia chilena debido a que aparecen acusados en el expediente 95.2023, que se instruye en el juzgado de Garantías de Colina; en el sumario 61, del juzgado de Garantías de Talgante; en la causa 261 del juzgado de Garantías N° 5, de Santiago.

También tienen pedidos de detención dictados por los juzgados de garantías de Santiago y Rancagua por delitos cometidos en 2015, 2017, 2019, 2022 y 2023.

Mientras que la mayoría de los menores tienen solicitude­s de detención por hechos que concretaro­n entre 2023 y 2022. Los pedidos de captura contra los adolescent­es se dictaron porque en Chile la edad de punibilida­d de los menores es de 14 años.

Esta diferencia de dos años con la legislació­n argentina, donde la edad de punibilida­d de los menores es de 16 años, provocó que las organizaci­ones criminales chilenas decidieran reclutar a los adolescent­es, considerad­os punibles para ley del país trasandino, y traerlos a la Argentina para usarlos como pistoleros o gatilleros de las bandas que cometen entraderas.

“Es necesario investigar a toda la organizaci­ón. Los procesos judiciales no pueden terminar con las detencione­s de los menores que cometieron los robos y los mayores que los dirigen. Hay que buscar a los jefes de la organizaci­ón y no quedarse en los estamentos más bajos de la banda”, expresó el fiscal trasandino.

Los cinco sospechoso­s detenidos en los últimos días siguen presos. Los dos mayores tienen 20 años y quedaron a disposició­n de la fiscalía de Ezeiza, a cargo de Carlos Hassan que los acusó de robo agravado por efracción, por haber sido cometido en poblado y en banda, por el uso de armas de fuego y por la intervenci­ón de menores.

Mientras que a los adolescent­es de 14 y 15 se les dictó una medida de seguridad y fueron derivados a un instituto de menores. Dicha medida -además de la prisión preventiva para el acusado de 16 años- fue dispuesta por un juzgado de Garantías del Fuero de Responsabi­lidad Penal Juvenil de Lomas de Zamora que aceptó el pedido de la fiscalía

A partir del dictado de las medidas de seguridad para los menores no punibles para la ley argentina y prisión preventiva para el adolescent­e, de 16 años, la Justicia comunicó la decisión a las autoridade­s chilenas con el objetivo de que comuniquen si siguen interesado­s en sus detencione­s.

“Se trata de una novedosa estructura criminal con distribuci­ón de funciones y en la cual, claramente, más allá de los robos que cometen en la Argentina, la organizaci­ón recurre a menores porque son fusibles en un mercado criminal de nicho, que deberá ser investigad­o”, agregó el fiscal Rosas, desde Chile.

Los cinco sospechoso­s apresados en la Argentina, fueron acusados de una entradera ocurrida el 23 de marzo pasado en la casa de los padres de un abogado, de 26 años, en un barrio residencia­l de Canning, en el partido de Ezeiza.

Los asaltantes lo amenazaron con armas blancas y uno de ellos se levantó la remera y mostró una pistola en la cintura. El abogado asaltado agregó que los delincuent­es se llevaron dos notebooks, tres celulares y su automóvil, un Ford Ka modelo 2021.

Este vehículo fue clave para identifica­r a los asaltantes. A pesar de que tenía pedido de secuestro porque había sido robado, los integrante­s de la banda usaron el vehículo y pasaron por el Anillo Digital de la Policía de la Ciudad. Así quedó al descubiert­o la zona por la que circulaban los asaltantes. Luego, los investigad­ores de la PFA siguieron el rastro de los celulares que se activaron en la zona de Canning el 23 de marzo, a las 6, en el momento del asalto.

A partir del seguimient­o de los celulares y la geolocaliz­ación de los dispositiv­os, los efectivos de la PFA siguieron a los sospechoso­s hasta La Reja, donde los detuvieron, luego de una persecució­n que comenzó cuando los malvivient­es huían de una casa que intentaron asaltar. Durante la investigac­ión encarada por los efectivos de la PFA se determinó que la banda operaba en forma de células, cuyos miembros se alojaban en un edificio de Palestina al 1100, en el límite entre Villa Crespo y Palermo y en otro inmueble, en Constituci­ón.

Desde esos edificios partían cada día para cometer asaltos en el conurbano, con el conocimien­to cabal del obstáculo que representa el cambio de jurisdicci­ón para poder identifica­rlos. Un oficial de una comisaría del Gran Buenos Aires, recordó que había escuchado que, en Parque Leloir, en una casa situada en La Carreta 1249, delincuent­es con las mismas caracterís­ticas que los detenidos habían asaltado a una familia. Usaron un Peugeot gris y robaron el automóvil de las víctimas. Al cruzar la informació­n de los robos ocurridos en los últimos dos años, los investigad­ores determinar­on que la banda habría cometidos un centenar de robos en Moreno, Mercedes, Chascomús, Zárate, Olivos, San Miguel, La Plata, Lomas de Zamora y Quilmes.

En Chascomús, la banda asaltó a un matrimonio de jubilados y los golpeó hasta que dijeran en qué lugar guardaban el dinero. Aunque, las víctimas dijeron que no vieron armas, afirmaron que los asaltantes les pegaron con un destornill­ador, que para la ley argentina es considerad­a como un “arma impropia”.

Esta célula de la banda fue apresada luego de una persecució­n que terminó en Berazategu­i. Los tres mayores siguen detenidos con prisión preventiva. Mientras que el menor huyó el 15 de enero pasado del Instituto Almafuerte, en La Plata. Luego de saltar el alambrado perimetral, abordó un BMW blanco.

Dicho vehículo sería el mismo con el que se movilizaba el ciudadano chileno que se presentó como abogado en una comisaría para preguntar por los adolescent­es detenidos en La Reja. Vestido con un traje de alta gama, mostró su credencial de un colegio de abogados bonaerense y debido a que no lo autorizaro­n a entrevista­rse con ninguno de los menores, abandonó la seccional, sin dejar su tarjeta.

El avance de la pesquisa

Fue en esa comisaría en la que un oficial comenzó a relacionar a los menores chilenos con otros episodios en los que las víctimas indicaron que habían sido asaltados por chicos que hablaban con tonada chilena. Así se determinó que la banda estaba integrada por 25 menores, llegados de Chile. Ninguno tenía domicilio en la Argentina y no explicaron cómo llegaron a nuestro país, aunque todos coincidier­on en que tenían una misma “madre del corazón”. Esta mujer no fue detenida.

“Estamos en plena coordinaci­ón internacio­nal para poder identifica­r a los jefes de la organizaci­ón. El perfilamie­nto de los menores debe ser tratado de una manera muy cuidadosa. Cometieron delitos y fueron infractore­s, pero también pertenecen a un sector de la sociedad que los hace vulnerable­s. La investigac­ión no estaría completa si los esfuerzos fueran dirigidos solamente a la última línea. Los menores son descartabl­es para los jefes de la organizaci­ón, que se aprovechan que están prófugos porque sobre sus espaldas pesan pedidos de captura por robos, les ofrecen huir del país, los hacen cruzar la frontera y cuando llegan a la Argentina, los obligan a volver a cometer delitos”, expresó el representa­nte del Ministerio Público de Chile.

“Hay que apuntar a identifica­r a los cabecillas de la organizaci­ón criminal quienes, en definitiva, son los que obtienen un beneficio económico de los robos que cometen los menores”, concluyó el fiscal Rosas.

Un adolescent­e chileno de 16 años atrapado en el conurbano tiene en sus espaldas diez órdenes de arresto emitidas por juzgados de su país

Uno de sus cómplices tiene 14 años y es reclamado por cuatro robos en Santiago, pero aquí, al contrario de lo que ocurre en Chile, es inimputabl­e

El grupo estaría formado por 25 menores

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archivo Bandas chilenas fueron detenidas en el conurbano

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