LA NACION

La decisión del Central sostuvo el rebote del dólar financiero

El nuevo desarme de apuestas vinculadas al llamado carry trade hizo saltar más de 2% las cotizacion­es de los tipos de cambio libres

- Javier Blanco

Los analistas y operadores de mercado no dudan: la nueva baja de tasas dispuesta por el Banco Central (BCRA) –segunda en apenas una semana– apunta a sostener el rebote que ya venían registrand­o los dólares financiero­s y, por esta misma vía, a mejorar la cotización efectiva final del dólar exportador.

Una muestra de ello se pudo ver ayer por el salto superior al 2% que registró la cotización del dólar contado con liquidació­n (CCL), que escaló de $1091,9 a 1120,3 (+2,7%), para cerrar el día en su valor más alto en casi dos meses y medio, un aumento que se disparó luego del mediodía, cuando el mercado se enteró de la nueva poda a la tasa de interés.

Ese comportami­ento, con el correr de las horas, contagió al dólar Bolsa o MEP que se venía manteniend­o más tranquilo y tomó vuelo en la parte final de la rueda subiendo de $1040,9 a $1064,6 (+2,3%).

También colaboró para consolidar la nueva onda alcista que transita el índice Merval de la Bolsa porteña, que avanzó 3,5% en la rueda gracias a las subas de hasta 3,4% que registraro­n los ADR argentinos en Wall Street, en una jornada de verdes generaliza­dos para ellos.

“La decisión de tasa del BCRA se derrama sobre el resto del mercado: aunque ya no esté regulada, tira más para abajo el rendimient­o de un plazo fijo, presiona más al mercado de cauciones bursátiles, etcétera. Por caso, la tasa de caución a un día, que había arrancado la rueda a 53,5%, se hundió al 38%”, hizo notar el analista Juan José Vázquez, de Cohen Aliados Financiero­s. “Eso impulsó a los dólares financiero­s y a los precios de las acciones, sin duda”, agregó.

“Lo que sufrió un nuevo golpe con esta nueva poda son las apuestas al carry trade. El desarme de posiciones que estaban armadas apuntando a este diferencia­l entre la tasa en pesos y la tasa de desplazami­ento del dólar oficial fue lo que financió la demanda de los dólares financiero­s, impactando sobre sus cotizacion­es”, coincidió en evaluar el analista financiero Esteban Monte.

En el mercado sostienen que la apuesta oficial no solo apunta a acelerar la licuación de los pasivos remunerado­s del BCRA, uno de los principale­s motores de emisión monetaria que se mantienen activos, sino que también busca sostener la recuperaci­ón del dólar exportador. Este tipo de cambio, que surge de combinar liquidacio­nes que se cursan en un 80% por el dólar oficial y derivan el 20% restante por el CCL, avanzó 0,3% ayer, al cerrar a $919,42, según el índice que elabora la Bolsa de Cereales de Rosario.

No solo se trata del mayor precio nominal desde que esa entidad comenzó a elaborar este indicador, el pasado 8 de febrero, sino que es el más alto desde mediados de enero, cuando la carestía del CCL (que se mantenía arriba de los $1300) lo sostenía.

Para Walter Morales, titular de Wise Capital, la decisión oficial, junto con el avance parlamenta­rio que tuvo la Ley Bases (se aprobó en Diputados) y el paquete fiscal, consolida un “nuevo escenario de mercado”.

“Esto no decreta el final del mercado de las tasas en pesos: queda el pagaré bursátil, por caso”, recomienda, aunque son opciones más sofisticad­as de inversión a las que muchos ahorristas comunes son reacios.

Lo que parece claro es que los reacomodam­ientos de mercado provocados por la decisión del BCRA tenderán a continuar en los próximos días, descuentan los operadores. “Hay una cadena de transmisió­n que se volvió a poner en marcha y hará que mucha gente revalúe qué hacer con sus pesos ociosos o invertidos: ¿gastarlos?, ¿reinvertir­los? Y en este segundo caso, en qué, para que no pierdan contra una inflación que, aunque cae, los sigue carcomiend­o”, explicó un analista bursátil.

Para Ignacio Zorzoli, director de Finanzas del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI, la renovada apuesta oficial por la tasa de interés negativa puede ser riesgosa. “Si la velocidad de la baja de tasas es muy alta, se corre peligro de que los saldos en pesos se vuelquen al dólar, y esa suba, a su vez, alimente la demanda de dólares, lo que dispare una dinámica inconvenie­nte”, indicó.

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