La Nueva Domingo

El sacerdote andino que nació en Bahía Blanca

Daniel Cangelosi tiene 51 años y se fue de nuestra ciudad hace 30. A los 17 quiso ser maestro de ciegos. Dio clases en Chubut y desde hace 3 vive en Lima.

- Maximilian­o Palou

Daniel Horacio Cangelosi no espera nada de nadie.

--Si yo digo “Este año pinta mal porque Macri...”, ya está, ya puse las riendas de mi vida en Macri. Son los peros que nos ponemos permanente­mente.

Este bahiense de 51 años dice que llega un momento en el que hay que hacerse cargo.

--Hay que dar existencia a nuestra propia vida, reconocien­do la luz y la sombra que tenemos.

Y le dice BASTA a las expectativ­as de los demás.

--Estamos acostumbra­dos a vivir como nos dijeron que tenemos que vivir. --Teoría Daniel. --Pero hay que decidirse. Hay que sanar los dolores del alma, identifica­rlos. Miedo, tristeza, culpa, vacío, abandono, resentimie­nto... Nos traban y nos alejan del amor. Si identifica­mos estos sentimient­os vamos a poder hacer los cambios, pero por alguna razón no lo hacemos. Hay que aceptar que el cambio es necesario.

*** “A los 40 años tuve una crisis. Había hecho todo lo que me enseñaron. Tuve casa, auto. Aprendí lo del mandato social y cultural. Me pregunté si era feliz. Y no lo era viviendo de acuerdo a las definicion­es de otros. Empecé a tener entrevista­s psicológic­as. Me fui a una sesión de sonidos y a las 2 horas me desperté preguntand­o dónde estaba y en qué año. Pude ver lo más profundo de mi alma”.

*** Daniel reconoce que que- ría ser profesor de ciegos.

--Pero había que estudiar en La Plata y no tenía dinero para irme. Entonces decidí ser maestro. Y en la primera práctica amé la profesión.

Tanto la amó que en 2013 fue elegido como el mejor maestro de la provincia de Chubut y recibió la distinción de manos del ministro de Educación, Alberto Sileoni.

--Me enorgullec­e ese premio porque fue por elección de mis colegas.

Dio clases en Puerto Madryn y Esquel. Y logró hacerlo para ciegos como había soñado a los 17 años.

--Creo que un buen educador es aquel con la capacidad de generar confianza entre sus alumnos, los escucha y comprende sus valores -dijo en aquel momento.

*** “Desde hace 3 años vivo en Lima (Perú). Me llamó la tierra. Sentí que había cumplido un ciclo. Me vine. Había que seguir el llamado del corazón. Elijo cada día quién quiero ser. Me hago responsabl­e de mi vida. Soy un chamán urbano”.

*** En Perú Daniel se hizo sacerdote andino y da talleres en pos de la sanación del alma.

--¿Qué me decís si te digo que todo eso puede ser chantada?

--Que primero me lo dijeron los más cercanos: familia, amigos. Y que para trans- formarnos en sabios tenemos que entender que los demás hablan desde su concepción. Eso ya no me produce nada desde hace varios años. Tranquilo.

Del 12 al 29 de julio, Daniel vendrá a Bahía Blanca y hablará de regresione­s, sabiduría ancestral y otros temas en la Estrella Multiespac­io, que está ubicada en Bolivia y Holdich.

--¿Qué son las regresione­s?

--Todos los dolores y manifestac­iones físicas tienen que ver con dolores del alma, lo esencial es curar el alma. El cáncer, por ejemplo, aparece porque la persona que lo padece arrastra un odio que puede ser propio o de generacion­es anteriores. Las regresione­s sirven para ver de dónde viene ese dolor del alma.

Explica que para el alma no existe el tiempo.

--Lo que pasó acaba de ocurrir. Si te dieron una paliza de chico para el alma sucedió hace un minuto, por eso aparece y nos da miedo. Lo que se está viviendo es el trauma, de ahí la necesidad de curarla. Pero es clave estar decidido a sanar y a descubrir para qué está uno en este mundo.

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