Requisitos
Comprometerse. El método KonMari requiere tiempo y esfuerzo. Una vez que se toma la decisión, hay que aplicarlo y mantenerlo.
Empezar por descartar. Uno de los grandes problemas a la hora de hacer orden es que las personas quieren dejar todo impecable, pero sin deshacerse de nada. Sin embargo, cuando una casa se ve en orden, pero todas las unidades de almacenamiento están repletas de cosas innecesarias, es imposible mantener “ese orden” por mucho tiempo. La recaída es inevitable.
Ordenar por categoría y no por ubicación. Cuando se está ordenando, deben reunirse todas las prendas de la misma categoría, en un lugar. Una comprensión cabal del volumen total para cada categoría es clave.
Seguir el orden correcto: Comience por la ropa, luego los libros, los papeles, las misceláneas (que no califican en ninguna categoría de las antes mencionadas) y, por último, los objetos de valor sentimental. Este orden está diseñado para ayudar a perfeccionar su capacidad de distinguir qué nos produce alegría.
El factor “alegría”. Hay que pensar que no se está eligiendo qué se debe desechar, sino qué conservar. En esta categoría entra solo lo que le produce alegría o felicidad. de desecharlas, sino de reconocer la labor que han desempeñado en la vida de cada uno”, explica. No es solo cuestión de decidir si nos deshacemos de un viejo sobretodo o del cd que no escuchamos. Para Kondo es más profundo porque son el apego al pasado y los miedos relacionados al f uturo los que gobiernan, no solo la manera en que seleccionamos las cosas que poseemos, sino el criterio con el cual tomamos decisiones en cada aspecto de nuestras vidas, incluidas nuestras relaciones con la gente y el trabajo. A lo largo del libro, la autora va desglosando las consignas para la eficacia del método: primero desechar y luego guardar; asignar un lugar a cada cosa; buscar la máxima sencillez a la hora de pensar cómo almacenar; no dispersar los espacios de guardado; no apilar las cosas (en vez, ubicarlas horizontalmente) y todo aquello que puede ser doblado debe ser doblado. El arte de desechar, “Es un fenómeno extraño, pero cuando reducimos lo que poseemos, ‘ desintoxicamos’ nuestra casa, eso también surte un efecto desintoxicante en nuestro cuerpo”.
La cultura del orden
Basándose en los ritos sintoístas, cada vez que Marie llega a la casa de un cliente realiza un ritual de dos minutos que consiste en arrodillarse en el piso en el centro de la casa y, tras presentarse, le pide ayuda para crear un espacio donde la familia disfrute de una vida más feliz. Seguramente, sus lectores entenderán por ello que su método es “muy japonés”. Esta cultura milenaria es reconocida por sus valores, como el orden, la dignidad y la solidaridad. Pero además, a causa de su altísima densidad de población en sus ciudades no solo las casas tienen un tamaño reducido, sino que el apego a lo mate- Por Agustina Tanoira. Fotos: Gentileza entrevistada.