De la chacra asfaltada a la ciudad poceada
En 45 años algunas cosas no mejoraron desde aquella polémica publicación de la revista "Siete Días".
Hace apenas un mes se cumplieron 45 años de aquella polémica nota publicada por la desaparecida revista "Siete Días", editada en la Capital Federal, donde se aludía a nuestra ciudad como una chacra asfaltada.
El mote, que perdura hasta nuestros días y que sirvió para que varias generaciones de bahienses calificaran despectivamente a su ciudad, en una autocrítica despiadada, había surgido de la opinión de un supuesto vecino llamado Emiliano Spabatto, empleado de una zapatería de la primera cuadra de calle Donado.
"Es inútil, siempre seremos un pueblo de provincia. Los cines dan cada día las mismas películas, las chicas andan desesperadas buscando un candidato para toda la vida y en la plaza Rivadavia se sigue dando la vuelta del perro".
"Mire --le dijo al periodista--, Bahía Blanca es una chacra asfaltada".
El término, que aludía a supuestas costumbres pueblerinas, falta de incentivos culturales y sobrevivencia de ritos propios del subdesarrollo, ya había surgido algunas décadas atrás, pero en ese momento provocó la ira de las fuerzas vivas y obligó al propio intendente municipal --doctor Mario Monacelli Erquiaga-- a tranquilizar a todos asegurando que "de existir" ese espíritu campero "sería positivo" pues, a diferencia de las grandes ciudades, "en Bahía se vive una vida humana, digna de ser vivida".
Hoy, si bien puede continuar vigente en algunos ámbitos, lo cierto es que Bahía Blanca ya sumó 150 mil habitantes más que en 1971 y que muchas cosas cambiaron, algunas para bien y otras para mal.
Por ejemplo, en términos generales se puede hablar de la existencia de 6.000 cuadras de tierra y 4.000 pavimentadas.
Sin embargo, a diferencia de aquellos años descriptos por "Siete Días", donde el poco asfalto realizado estaba en buenas condiciones, el lento ritmo de pavimentación en las últimas dos décadas (apenas 140 cuadras promedio por año) más los errores y demoras actuales en actual plan de bacheo, hacen que Bahía Blanca esté mucho más cerca de ser una ciudad poceada que aquella nostálgica chacra asfaltada.
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