Redivo, entre los mejores cinco: “No lo esperaba”
Dejó de ser cuento chino y tuvo su premio en la Copa Stankovic. Argentina perdió la final ante Francia: 70-57.
Fernando Rodríguez e formó en Pacífico y la segunda división local le quedó chica. Empezó a entrenar con Bahía Basket, después pasó por Napostá y la rompió en Primera. Fue teniendo minutos en la Liga Nacional, más tarde se cansó de anotar en la Liga de Desarrollo y, por último, se consolidó en la elite.
El camino lo llevó a ponerse la camiseta de Argentina. Tiene 22 años. Mide 1m79, es bahiense y ayer fue elegido en el quinteto ideal de la Copa Stankovic.
“No lo esperaba”, le admitió Lucio Redivo, a
desde China. Argentina perdió la final contra Francia, 70 a 57, con un plantel que tuvo 10 debutantes en la selección Mayor.
“Fue muy buena la experiencia”, destacó el escolta.
Sva.”, “La Nue-
Por una travesura de Kevin Hernández, la cabeza de Redivo quedó rapada. Cosas de chicos, en un plantel que promedió 23 años, siendo el más joven Máximo Fjellerup (18), el otro de Bahía Basket. -Lucio, ¿necesitabas una prueba para saber a qué nivel podías estar internacionalmente?
-Sí. Me vino muy bien. Ahora sé lo que tengo que mejorar y cómo se juega a otro nivel.
-¿Qué fue lo que más te costó en este nivel?
-Se juega más rápido, hay que tener mayor velocidad de ejecución, porque los rivales son más grandes y, además, físicamente y atléticamente son muy buenos. Hay que estar pendiente de cada situación de juego. No podés dormirte dos segundos.
-¿Notaste más limitación en defensa o en ataque?
-Al principio en los dos aspectos. De a poco fui mejorando defensivamente y en ofensiva muchas veces me obligaban a tomar lanzamientos rápidos porque, de lo contrario, tiraba mal o me tapaban. Me vino bien para mejorar mi velocidad de ejecución.
-¿Cómo te sentiste rompiendo hacia el aro?
-Al ser grandes era más fácil para sacar ventaja en velocidad, el tema es que al momento de definir te tapan o si alguno te deja pasar es porque otro te está esperando. De todos modos, las veces que fui para adentro y descargué me salió bien.
-¿Si tuvieras que pedir un deseo sería crecer 10 centímetros?
-No, je. Es cuestión de actitud. Salvando las distancias, me motiva ver jugadores de mi altura que pueden jugar. Hay que copiar ejemplos, como Facundo Campazzo o el Puma Montecchia. Si bien ellos fueron tocados con la varita, se mataron entrenando; eso me motiva, sabiendo que no es indispensable ser alto para poder jugar. Doy gracias, también, que en Bahía tengo a Pepe (Sánchez), que siempre me aconseja.
-¿Con qué momento te quedás del torneo?
-Me quedo con haber enfrentado a rivales de jerarquía, algunos con pasado NBA o en Europa. Pude medirme con jugadores que están en otro nivel. Y sé a cuánto estoy de ellos.