El inicio
yo lo uso”, contó Susana orgullosa de su creación.
Susana Ituarte empezó a construir la casa en enero de 2014. Al principio creyó que con 3 mil botellas podría hacer su propio techo. Finalmente, le llevó 11 mil unidades diseñar su vivienda de dos ambientes.
“Comencé con la idea de conseguir un terreno y después pensé en construir una vivienda que no tuviera problemas de humedad”, contó.
“Se me ocurrió usar botellas porque además de ser reciclables mantienen estable la temperatura", aseguró.
"Cuando hay sol, las botellas y el barro mantienen el calor adentro y cuando hace frío, apenas enciendo el fogón, enseguida se templa el ambiente”, explicó.
La mujer, de 56 años, trabajó como peón de albañil junto a su ex pareja en varias obras, entre ellas, realizó las reformas de la iglesia del Ejército de Salvación de Villa Elisa, en Bahía Blanca. Allí aprendió lo que necesitaba.
Gracias a esa experiencia decidió dejar atrás su vida errante y se instaló en Tres Arroyos.
Hoy, en un lote sobre la avenida Aníbal Ponce, casualmente la que conduce a la recientemente inaugurada Planta de Reciclado, se puede observar su obra artesanal o artística, como a ella le gusta decir.
“No sabía como empezar los cimientos de una casa de botellas. No encontraba información al respecto. La hicimos como sabíamos nosotros, con cemento y escombros. Lo levantamos, pasamos la capa aisladora y después arrancamos con las botellas”, contó.
A los seis meses de haber iniciado la obra se mudó, aunque no tenía agua, ni servicios. Hoy usa garrafas y logró que la Municipalidad le facilitara los medios para tener luz y sanitarios.
Cuando uno ve la construcción, lo primero que se le viene a la mente es la diferencia económica de realizar esta casa con los costos que conlleva levantar una casa tradicional.
“En lo único que gasté fue en cal, arena y cemento, porque para reforzar la estructura en el perímetro, en vez de hierro, usé alambre de púa", dijo.
"La principal diferencia (económica) la hacés trabajando”, reflexionó.
La mujer, quien recibe a diario “donaciones de vidrio” planea hacer algunas ampliaciones y hasta tener un invernadero.
“Hay que ser constante y seguir con la obra todos los días, a pesar de lo que diga la gente”, expresó.
“Cuando empecé con esto muchos se reían de mí y después terminaron trayéndome botellas para colaborar”, concluyó.