PERNAMBUCO
río se encuentra con el mar, y a Muro Alto la rodean cocoteros y tiene una barrera de corales muy alta 100 metros aguas adentro.
Mientras tanto, Pontal de Serrambi es la meca de los buceadores y Praia do Cupe la de los surfistas.
Y en todas, durante la bajamar, se forman piscinas naturales de aguas color esmeralda donde quedan atrapados peces de colores.
Fuera de ellas el oleaje siempre es fuerte.
Ahora son las tortugas marinas -- unas cuatro especies -- las que, entre septiembre y mayo, arriban a esta playa de Pernambuco, en tiempos del desove.
Su instinto las torna arriesgadas, las impulsa a salir del mar para preparar sus nidos en la calidez de la arena blanca.
No podrían hacerlo sin la asistencia de la ONG Ecoassociados, un equipo de especialistas que ejecuta el Plan de Conservación de las Tortugas Marinas, entre los que está la bióloga Audenise Cavalcante, quien informó que monitorean 12 kilómetros de playas y que en un año liberaron cerca de 20 mil crías en el mar.
La Organización no Gubernamental promueve reuniones gratuitas para concientizar a nativos y turistas sobre la responsabilidad ambiental, los riesgos que causan los residuos y la depredación de la caza y la pesca comercial.
También lograron la participación de los empresarios hoteleros, a los que pidieron que no iluminen las playas de noche para no asustar y confundir a las tortugas hembras que encaran el proceso del desove.
Los empresarios ya hallaron una forma menos invasiva de iluminar sus playas.
Además de proteger los nidos y de informar a las personas sobre este plan de conservación, la ONG preserva los arrecifes de coral y las especies nativas, en especial los baobabs, aquellos árboles que Antoine de Saint Exupery inmortalizó en su libro El Principito.
50 kilómetros separan Porto de Galinhas del Aeropuerto Internacional Gilberto Freyre, de Recife, también conocido como Aeropuerto Recife-Guararapes.