Allí, justo en el rincón
Convengamos que no siempre uno tiene una clara idea del nombre que tienen determinados lugares.
Por más que ande merodeando en el interminable mundo de internet, si aparece el dato igualmente con él llegarán las dudas.
Pues bien, uno de los puntos donde uno descubre una belleza muy particular es en La Rinconada, camino a Junín de los Andes.
Podríamos decir que dos cintas de pavimento se unen allí. Curiosamente, converge una ruta que, por un lado viene bordeando el sistema de Collón Curá, inclusive buena parte del lago.
Otra que, atraviesa un verdadero desierto al estilo patagónico tras el impuso que tomamos en la
Un puente de una sola mano, construido hace muchos años, permite, aún hoy, poder unir las dos orillas del Collón Curá.
ciudad de Zapala, pleno territorio neuquinon.
Una bajada pronunciada y enfilamos el río Collón Curá que parece una herida bien húmeda en medio de cerros que crecen a medida que se van hacia el oeste.
El paso es tan lento como angosto es el puente, que viene de tantísimos años.
A nuestros pies, el sonido de la unión de los tramos que preferimos registrar sin mirar, aunque no se caerá. Seguro.
Un poco más abajo, la correntada, fría y transparente que deja observar alguna trucha que la pasará bien sin algún pescador de las orillas no tiene la suerte que vino a buscar.
El ambiente es silencioso. Ni siquiera lo altera el viento que reina a veces con fuerza.
Después, ascenso, serpenteado y a Junín.
Adiós a La Rinconada. Hasta el regreso.