Barrio Monseñor Espinoza.
este edificio y cuando dejó las tierras porteñas se llevó a Consuelo Suncín –con quien se casó en Francia– y otro gran libro: Vuelo nocturno. La Galería es considerada una de las obras cumbre del Art Noveau porteño. Visitante de Buenos Aires: no deje de conocer este lugar. Los souvenirs pueden esperar.
“Me parece bueno que la gente amplíe los límites de la ciudad, se quedan mucho en el centro y se pierden cosas más alejadas, pero muy valiosas. El barrio Monseñor Espinoza, de Barracas, vale la pena por su historia, su evolución y porque da la excusa para un nuevo paseo por la ciudad”, afirma Diego. En 1917, comenzaron a construirse allí “casitas económicas” para familias numerosas de bajos recursos. El barrio fue inaugurado en 1923 y, tras varias mejoras, hoy retomó su protagonismo en Barracas. Según su historia, pudo construirse gracias a una gran colecta nacional e infinidad de donaciones. Aquí surgen dos nombres: por un lado, el de Alejandro Pereyra Iraola, que donó el terreno, y el del entonces arzobispo de Buenos Aires, Mariano Antonio Espinosa, por quien se nombró al lugar. El complejo tiene su entrada en la calle Perdriel 1250 y dos pasajes a las calles California y Alvarado. Son sesenta y cuatro casas distribuidas en ocho pabellones con un gran jardín y, como fueron pensadas para familias numerosas, son de buenas dimensiones. El alquiler inicial era de 68 pesos, pero para la década de los setenta, el valor se tornó irrisorio y hubo una oferta para que los inquilinos fueran propietarios: la posibilidad de compra se logró gracias a créditos de El Hogar Obrero. Muchos de sus dueños originales vendieron sus propiedades, que hoy cotizan en alza en un emblemático barrio porteño.