Los presos trabajarán para escuelas
Consejeros escolares ya presentaron el presupuesto para reparar rejas en dos establecimientos educativos. Además, elaborarán panificados para los comedores en las instituciones que mantienen servicios en el verano.
Cecilia Corradetti
Luego de una intensa polémica desatada a mediados de agosto debido a un fallido convenio entre el Consejo Escolar y la Unidad Penal con el fin de que los internos reparen mobiliario de las escuelas del distrito, ambas dependencias hicieron un trato –-hasta ahora solo de palabra-- y ya se iniciaron algunas tareas, que comprenden, además, la elaboración de panificados para el servicio alimentario.
Así lo informaron en la última sesión del Consejo Escolar Teresita Carestía (Frente Para la Victoria), Raúl López (Integración Ciudadana) y la titular del organismo, Susana Rodríguez (Frente Renovador).
“No hubo convenio ni llamamos a la prensa, como sucedió en la anterior oportunidad, que fue un verdadero papelón porque solo se pretendía difundir la foto del intendente Héctor Gay firmando el acuerdo sin antes resolver otras instancias”, disparó Rodríguez.
Y agregó: “Esta vez, simplemente, hablamos con los representantes de la cárcel, acordamos la tarea y ya elevamos el presupuesto para que comiencen a trabajar para las escuelas 36 y 76, además de coordinar la elaboración de panes”.
Dejó aclarado, por otra parte, que todos los trabajos que involucren a los internos deberán realizarse dentro del Servicio Penitenciario y no en los establecimientos educativos.
“Estamos de acuerdo en que las personas privadas de la libertad deben trabajar para dignificarse y reinsertarse en la sociedad, pero en realidad también pensamos en los chicos, en sus familias y en su seguridad”, manifestó la directiva.
Días atrás había tenido lugar una polémica porque reclusos con regímenes abiertos o salidas transitorias realizaron, sin autorización del Consejo Escolar, tareas de mantenimiento en la Escuela Secundaria Nº 28, situada en General Paz entre Dorrego y Lamadrid. El conflicto volverá a ser tratado en la sesión ordinaria del próximo miércoles.
En el caso de los arreglos en las escuelas 36 y 76, se acercarán los materiales con desperfectos a Villa Floresta y luego se retirarán, una vez reparados. Las familias de los internos, además, recibirán un peculio por esas tareas.
La “prueba piloto” respecto de la elaboración de pan tendrá como destinatarias a las escuelas abiertas de verano, teniendo en cuenta que requieren mucha menos cantidad de mercadería que durante el ciclo lectivo, cuando funcionan los comedores.
Se acordó que el kilogramo de pan se pagará 13 pesos, cifra que contempla también la distribución en las escuelas.
“Nos causó una muy buena impresión la cárcel local”, sostuvo Carestía, para agregar que la conducción penitenciaria promueve una visión amplia de trabajo y rehabilitación para quienes allí residen.
Rodríguez recordó que los proyectos en cuestión no son nuevos. “Solo hacía falta reflotarlos”, dijo.
Protocolo. “Entre idas y vueltas, se nos dijo que no firmaríamos un convenio sino un protocolo especial, el cual, por supuesto, no habíamos tenido en nuestras manos para analizar. Por lo tanto, pasamos previamente horas discutiendo un convenio que no se firmó”, continuó.
Las familias de los internos recibirán una remuneración. No se descarta ampliar el trabajo, en caso de que la iniciativa se desarrolle con éxito.
De verdad. Según comentó, el protocolo en ese momento quedó en la nada y se decidió elaborar un nuevo convenio “sin cámaras ni bombos para contribuir de verdad con un fin social”.