De un extremo a otro

Los días de otoño suelen representar una de las etapas más interesantes como para darse una vuelta por Buzios.

En particular, después que ha transcurrido la clásica Semana Santa.

Ahí es donde se derrumban los valores, en general, para visitar aquel bellísimo lugar del Brasil.

Pero, también, es cuando el clima ya ha transitado sus momentos más fuertes en cuanto a temperatura y se calmó.

No está mal llegar a la playa después de las 9 o 10 de la mañana.

Está casi vacía y es ideal para elegir cualquier lugar, más allá de que la presencia de turistas ya no molesta.

De tanto en tanto, jóvenes bonitas, con simple

Miles de argentinos, en especial jóvenes, se han instalado en Buzios, donde caminan la playa día a día, y venden para vivir.

vestimenta de playa y sombrero, pasan de un lado a otro, deteniéndose un instante para ofrecer, en particular, artículos que atraen a la mujer.

Pulseras, aros, anillos, pero también pareos y otras prendas que pueden probarse sin que la vendedora se moleste.

"Vivimos de esto...", reflexionan.

Tras el primer cruce de palabras, admiten, que son argentinas. La tonada las delata

¿De dónde? De lugares muy diversos.

"Vinimos (con mi novio) a probar y nos cayó bien Buzios", dice ella.

Y les alcanza para vivir en la temporada baja, en tanto que en la alta hacen una diferencia suficiente como para guardar recursos o emprender alguna inversión. Aunque no vendan, se despiden sonriendo. La caminata por la playa continúa. De un extremo a otro. Día tras día.