Las decisiones menos sensatas
LA HISTORIA es la siguiente: el servicio de emergencias 911 recibió el llamado de una mujer alertando que un chófer de una línea de ómnibus urbano conducía de manera extraña. A los pocos minutos, el coche era detenido en el centro y su conductor sometido a controles de Alcoholemia y drogas, ambos con resultado negativo.
La Unión Tranviarios Automotor (UTA) dispuso un paro de actividades que afectó a empresas y usuarios.
MOLESTA POR ese control de la Guardia Urbana Municipal (GUM), que definieron como “una payasada”, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) decidió un inesperado paro de actividades que afectó a empresas y usuarios, que nada tenían que ver con lo ocurrido.
EL PLANTEO del gremio se argumentó en que se necesita “un protocolo” para que actúen los agentes, “de modo a no perjudicar a los pasajeros”. También en su protesta refirieron el mal estado de las calles por las que circulan los micros y la demora en poner en marcha el sistema de pago electrónico SUBE.
UN DÍA después, los integrantes de la GUM -unos 200 empleados comunales- se reunieron en la sede de Santa Fe y España para hacer un paro de una hora -que incluyó quema de neumáticos en la calle- por una supuesta demora en la entrega de nuevos uniformes.
NO SE puede decir que los inspectores actuaron mal al verificar la situación. Hace pocas semanas, un llamado similar estableció que choferes de larga distancia habían consumido cocaína. No se puede esperar, como dijeron desde la UTA, que el coche termine su recorrido para verificarlo. Se puede hablar de un protocolo, pero una demora en la marcha es menos riesgosa que un chófer en estado inadecuado.
LAS CRÍTICAS a las formas de manejarse de los integrantes de la GUM no son nuevas. Y están bastante generalizadas. Se habla de soberbia, malos modos, falta de educación y criterio. El propio municipio ha reconocido parte de esa situación al anunciar que hará nuevas evaluaciones psicológicas en los integrantes del cuerpo.
LA DECISIÓN de la UTA de realizar un paro responde a otras causas. Hay un enojo por el atraso tarifario y la injustificable demora del Departamento Ejecutivo de remitir el nuevo estudio de costos al Concejo Deliberante.
ES CLARA, en este contexto, la necesidad de dar respuestas adecuadas al conflicto, poner las cosas en su lugar a partir de la necesaria cuota de autoridad y coherencia.
NO DEJAR que sea el vecino, que espera el ómnibus para ir a su trabajo, la víctima de ese tipo de destrato.