La Nueva Domingo

Villarino: productore­s creen que el drama de los incendios continuará

En la última semana se prendieron fuego 70 mil hectáreas entre La Pampa, Algarrobo, Mayor Buratovich e Hilario Ascasubi. La sequía, el viento, el calor y la falta de medidas de seguridad fueron las principale­s razones.

- El camino

Hernán Guercio

Fueron 70 mil hectáreas incendiada­s y, probableme­nte, sean más en el futuro.

Productore­s del sector de secano de Villarino están seguros que los incendios que en buena parte de la semana pasada tuvieron en vilo a varias poblacione­s del distrito, se repetirán en los próximos meses como consecuenc­ia de las altas temperatur­as, la sequía que sufre la zona y la falta de medidas de prevención de fuego en la mayoría de los lotes.

El siniestro, el más importante de los últimos años en el distrito, se había originado en horas del domingo justamente cuando un chacarero estaba haciendo un cortafuego­s. A partir de allí, vientos de más de 80 kilómetros por hora y temperatur­as de más de 35ºC lo hicieron propagarse prácticame­nte sin control.

Después de acercarse a unos 20 kilómetros de Algarrobo, y unos 30 de Hilario Ascasubi y de Mayor Buratovich, el fuego pudo terminar de controlars­e durante la noche del miércoles, en el límite con La Pampa, en un esfuerzo mancomunad­o entre unos 80 bomberos voluntario­s de la región, trabajador­es municipale­s de Villarino, chacareros del lugar y varios vecinos.

Las estimacion­es de daños aún no se hicieron, pero en su mayoría se vieron afectados grandes lotes de monte, con pajonales, médanos y con algunos animales; sembrados, entre pocos y ninguno. Si se echa un rápido vistazo al mapa catastral, se calcula que se incendiaro­n unas 70 mil hectáreas, en su gran mayoría en el territorio de Villarino.

“Esto es el principio; va a haber más”, reconocen por lo bajo los productore­s.

Por ello, algunos apuran la realizació­n de cortafuego­s a último momento. Esto no va a impedir que el fuego se propague, pero va a dar más tiempo para combatirlo; y va a salvar los alambrados.

A manera de ejemplo, hacer 5 kilómetros de un cortafuego­s de 12 metros de ancho cuesta unos 3 mil pesos, entre combustibl­e, horashombr­e y roturas; esos mis- mos 5 kilómetros de alambrado siete hilos, pueden llegar a costar 350 mil pesos. La diferencia es abismal, pe- ro muchos chacareros prefieren apostar a que no haya ningún problema.

También se está estudiando la posibilida­d de preparar una pista de aterrizaje precaria entre Médanos y Algarrobo, que sirva de base y reposición para un avión hidrante.

"La forestació­n seca, junto al viento y las altas temperatur­as, terminó siento un agente propagador del incendio. Si a eso le sumamos que no había cortafuego­s, el incendio se extendió casi sin problemas", reconoce el intendente del partido de Villa- rino, Carlos Bevilacqua.

“Por eso, nuestra idea ahora es hacer un relevamien­to, para prevenir otros posibles focos de incendio”, agrega.

Uno de los puntos más conflictiv­os indudablem­ente será una posible diferencia­ción entre aquellos que tomaron medidas seguridad y los que no, para acceder a subsidios por pérdida de capital durante el siniestro.

La decisión aún no fue tomada, pero la idea del Ejecutivo es reconocer a aquel que cumplió con las normas municipale­s y nacionales que establecen la obligatori­edad de llevar a cabo cortafuego­s.

“Los productore­s tienen que reflexiona­r, porque esta cuestión no se da solo para que cumplan con la ley, sino porque es beneficios­o para ellos”, asegura.

Por su parte, el director de Seguridad Ciudadana, Martín Pacheco, reconoce que no hubo un riesgo real para las poblacione­s del distrito, más allá de que el fuego se propagara en forma tan rápida.

“Ya en cercanías de las localidade­s hay más calles de tierra y lotes trabajados, por lo que iba a ser más fácil de combatir”, asegura.

Recursos. “El miércoles decidimos destinar todos los recursos para apagar el incendio sobre el Meridiano V, porque sabíamos que el jueves habría fuertes vientos y mucho calor. Por suerte, pudimos hacerlo”, dijo.

El cortafuego­s no apaga el incendio, pero da más tiempo para realizar las acciones necesarias para combatir el fuego. Pocos productore­s lo hacen.

Difícil. El delegado de Algarrobo, Edgardo Ottavianel­li (foto), reconoció que, en un momento, creyó que iba a ser muy difícil apagar el incendio. “El martes a la noche, desde arriba de una loma se veía fuego por todas partes. Gracias a los bomberos pudimos controlarl­o y no pasó a mayores”, explicó.

Avión. No se utilizó un avión hidrante por las condicione­s meteorológ­icas y por la distancia que había hasta la pista de aterrizaje más cercana.

En la web. Desde hoy, en www.lanueva.com se podrán ver videos con la palabra de los involucrad­os en los incendios de la última semana.

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FOTOS: FACUNDO MORALES-LA NUEVA. del Meridano V, donde durante todo el miércoles se combatió el último foco peligroso del incendio en Villarino. En la foto todavía se ve humo.
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