“Assassin's Creed” baja a la realidad
Llega la película que adapta la exitosa saga de ese videojuego a la pantalla grande y trae consigo la particularidad de evitar la grandilocuencia de sus personajes.
Es una película atractiva a la vista y con colores apagados, algo que no debería sorprender a quien haya visto Macbeth, cinta con una fotografía impactante.
Este comienzo de saga, comparable desde la pretensión a filmes de superhéroes, no cuenta con ningún apoyo, desde la producción y la creación, con profesionales dedicados a ese tipo de películas, con la excepción del protagónico Michael Fassbender, quien representó a Magneto en tres de las entregas de X-Men.
El alemán dos veces nominado al Oscar ( 12 años de esclavitud y Steve Jobs), se cargó al hombro esta cinta y con su productora DMC Films se puso a la cabeza de un equipo del que formaron parte el director Justin Kurzel ( Macbeth, Snowtown) y los ganadores del premio de la Academia Marion Cottillard ( La vie en rose) y Jeremy Irons ( Mi secreto me condena).
Experimentados
Con un elenco intachable, Fassbender se asoció con los productores de la serie de Jason Bourne y Jurasic World, Frank Marshall y Patrick Crowley, mientras que recurrió a Micheal Lesslie ( Macbeth) ya Adam Cooper y Bill Collage (ambos de Éxodo: Dioses y reyes y Divergente la serie: Leal).
Así, el trabajo, según dijeron en varias notas los miembros del equipo de Assassin's Creed, pasó por crear una historia que pueda ser palpable tanto para los fanáticos del videojuego como para el espectador común, el cual, a la vez, debía sentir empatía por estos personajes.
Por ello, la producción realizó un trabajo de investigación sobre la Orden de los Templarios como y el Credo de los Asesinos, dos grupos antagónicos que en esta ficción se enfrentan por el poder del mundo: mientras los primeros buscan el control de la población, los segundos defienden el libre albedrío.
Fassbender encarna a Aguilar, el último de los Asesinos muerto en el Siglo XVI, y a su descendiente 500 años después, Cal Lynch, quien lleva en su sangre el sino del asesinato y es salvado de una condena a muerte por la misteriosa Industrias Abstergo, que sirve a los Templarios.