Récord de animales silvestres rescatados
El Centro de Rescate de Fauna Silvestre recibe fauna exótica, heridos o incautados en procedimientos judiciales y otros que fueron “mascotas”.
El Centro de Rescate de Fauna Silvestre (CRFS) de la Ciudad de Buenos Aires, un espacio dedicado a la rehabilitación con fines de liberación de ejemplares encontrados heridos, perdidos o atrapados en la vía pública o incautados al tráfico ilegal, recibió el año pasado un 52% más de animales que en 2015, con lo que batió un nuevo récord por la cantidad de individuos que pasan anualmente por el lugar.
A esta dependencia que funciona hace cinco años en la Reserva Ecológica Costanera Sur llegaron en 2016, 509 animales de 101 especies diferentes contra 334 del año anterior.
"A pesar de que uno no lo ve, estamos rodeados de fauna silvestre, y al ser Buenos Aires un centro urbano tan importante, esa relación es a veces complicada para los animales", explicó Andrés Capdevielle, director del CRFS que administran conjuntamente la propia reserva, el Ecoparque y la Fundación Caburé-í.
Por eso, más de la mitad (58%) de los ingresos -entre los que hubo caranchos, chimangos, gavilanes, halcones, lagartos, tortugas, culebras, nutrias, comadrejas y zorros- se producen de la mano del "ciudadano común" porteño que se topó con animalitos en problemas en los lugares donde vive o transita.
Algunos llegan con quebraduras o traumatismos por haberse estrellado contra un vidrio espejado, cables, antenas u otro elemento arquitectónico, pero en otros casos se trata de ejemplares que están en perfectas condiciones y es el descono- cimiento de los vecinos lo que los conduce al CRFS.
"Hay muchas especies, como los caburés (lechuza pequeña), que tienen como mecanismo de defensa el camuflaje y entonces se quedan quietitos, tratando de pasar desapercibidos, pero en la ciudad hay muchas posibilidades de que alguien los vea y piense que no se mueven porque les pasa algo", explicó.
Por último, algunas de las entregas voluntarias son de animales que en algún momento fueron "mascotas".
"Hay gente que tiene animales silvestres en cautiverio y se le escapan; o directamente los sueltan en la reserva porque un día se dieron cuenta que hacen más olor del que pensaba o no es tan manso como creían y lo 'liberan' acá para que el animal 'esté más feliz', cuando en realidad están haciendo un lío bastante importante con la introducción de especies exóticas que necesitan otros factores climáticos y ambientales", agregó el también director del Programa de Conservación y Rescate de Aves Rapaces del Ecoparque de Buenos Aires.
Así, un día apareció un hurón albino en la reserva, una especie originaria de Estados Unidos, cuyo hábitat no incluye a la Argentina.
"No nos avisan nada y te enterás porque el hurón anda corriendo por la reserva, queriendo subirse arriba de las personas", contó.
Y si bien "el objetivo del centro de rescate es la liberación en el medio natural", no todos los animales sobreviven y los pocos que se recuperan pero no se pueden liberar porque se soldó mal la quebradura de un ala, por ejemplo, "se los entrena para las charlas educativas" en las que cuentan "la historia de lo que pasó, para sensibilizar a la gente".
Algunos los tienen como mascota y los sueltan. Un día apareció un hurón albino en la reserva, una especie originaria de EE.UU., cuyo hábitat no incluye a la Argentina.