La Nueva Domingo

Los frentes abiertos del Gobierno

- Por Luis San Martín

Mauricio Macri tiene varios frentes abiertos que reconoce complejos, con los que ha iniciado 2017.

El caso Gustavo Arribas y las denuncias de coimas que lo involucran; la nueva irrupción de Elisa Carrió con críticas nuevas, viejas y profundas; negociacio­nes con el peronismo “post” decreto sobre ART, inicio del Comando de Campaña y sostén de los indicadore­s de inflación. El presidente acudió a su equipo.

Un caso singular es el del radical Ernesto Sanz, quien participó dos veces esta semana de los encuentros a puertas cerradas de ese núcleo duro de Cambiemos. No solo porque es permanente­mente consultado y mantiene una diaria conversaci­ón telefónica con Macri, sino porque es además uno de los fundadores del trípode del frente gobernante. Y esto implica conocer bien a Carrió.

Precisamen­te una preocupaci­ón la genera la postura política y personal de la dirigente de la líder de la Coalición Cívica, quien ha declinado hace tiempo participar de esos mini cónclaves en la Rosada y en Olivos y preocupars­e más por extender su perfil de “dama de las denuncias”.

Su obsesión sigue siendo su encono con el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, lo que molesta mucho a Macri, pero se sintió obligada a investigar y denunciar al amigo del presidente. Aunque la defensa del titular de la AFI parece contundent­e.

Avanzó en Tribunales con una investigac­ión a Arribas, aunque si por alguna mágica pirueta del destino le hubiera sido posible ir contra la señora “ocho”, Silvia Majdalani lo hubiese hecho con mu- cho más ahínco. Carrió la acusa de haber implementa­do un sistema de espionaje en su contra.

Calma

En rigor las charlas privadas de Lilita con Macri o Sanz suelen atemperar ligerament­e sus ánimos combativos. Ella es además un pieza clave en el armado de la campaña para las elecciones intermedia­s, especialme­nte si Cristina Fernández decide ir por la Provincia, como reclaman su seguidores más fieles. Si esto ocurre Carrió encararía un fuerte proselitis­mo bonaerense. Si esto no sucede y Martín Lousteau avanza en la ciudad, iría por la Ciudad para neutraliza­rlo.

La presencia de Sanz no debería sorprender, en especial porque a través suyo se elaboró la primera parte de una agenda de contactos directos de Macri con los dirigentes del radicalism­o que se iniciará el próximo lunes en Olivos. Los radicales buscan “más lugar”.

Precisamen­te otro de los puntos salientes de la semana fue la puesta en marcha efectiva del “comando” de campaña para los tres distritos fuertes de Pro-Cambiemos. María Eugenia Vidal con Federico Salvai, Horacio Rodríguez Larreta con Diego Santilli y, curiosamen­te, Marcos Peña con Fernando de Andreis. Juntos en una parrilla de San Telmo, bien expuestos.

En ese encuentro se evaluó una idea de Peña de instalar a De Andreis al frente de la campaña bonaerense, habida cuenta su experienci­a en la ciudad cuando logró la elección para Larreta. “Es solo una idea” fue el comentario de un allegado directo a Salvai.

Lo cierto, es que el intercambi­o de ideas y roles no es algo nuevo en el centro de Cambiemos.

Por ejemplo, trascendió en su momento, antes de octubre del año pasado, que Macri de alguna manera “extrañaba” a Rodríguez Larreta.

El caso es que Peña es un experto en comunicaci­ón y a ciertos aspectos de la estrategia política, pero no es un hombre de movimiento­s sueltos en la administra­ción pública. “No conoce los secretos de la gestión política”, se ateven a comentar algunos funcionari­os de la Rosada en voz baja.

Es por ese motivo especialme­nte que para apuntalarl­o, Macri rodeó a Peña de dos hombres que tienen cada día más poder: Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Son amigos íntimos de Horacio Rodríguez Larreta. Incluso se sabe que Quintana suele juntarse con Larreta al final del día, “temas de gestión”. A veces lo hacen en un bar porteño de Libertador y Tagle.

Un decreto polémico

Otro asunto del frente político que encara el macrismo es que tenga consistenc­ia el DNU sobre modificaci­ones de fondo a las ART. Necesita para ello un posterior aval del peronismo y por ese motivo se han realizado varios encuentros privados entre los hombres del presidente con Miguel Pichetto. Más allá de las críticas cruzadas entre ese jefe peronista y Macri, hay un soporte de diálogo reservado muy intenso, que nadie quiere admitir.

Queda un asunto difícil. El equipo de Hacienda reunido con el mandatario en Olivos garantizó una realidad decrecient­e de la inflación. Pero también en una reunión similar, el ministro Juan J. Aranguren le informó al presidente que el lunes 30 anuncia en conferenci­a de prensa un aumento del servicio eléctrico que rondará el 30 por ciento.

La conclusión es que con los aumentos de servicios en esos números (el del gas se espera para abril) será muy difícil mantener los niveles de inflación prevista para 2017 con efectos sociales y por supuesto, políticos.

Trascendió en su momento, antes de octubre del año pasado, que Macri de alguna manera “extrañaba” a Rodríguez Larreta.

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