Piedra del Aguila y la Fiesta de las Truchas Marrones Migratorias
La Primera Fiesta Provincial Marrones Migratorias-Limay Medio, se realizará en la localidad neuquina de Piedra del Águila el 18 y 19 de febrero.
El general Conrado Villegas no pudo con su genio. Miró las enormes buitreras de ese cordón montañoso que atraviesa el sudeste neuquino, sin vegetación y de color rojizo y disparó con su Remington sobre ellas.
Desde entonces al lugar se lo llamó Piedra del Águila; el mismo sitio que para los aborígenes era “che uff”, en su lengua “gente del valle de las vertientes”.
El pueblo que allí se fundó en 1897 creció en la década de 1970 con la construcción de las represas hidroeléctricas.
En esos riscos, sobre los que aún sobrevuelan águilas, que soportaron el paso del tiempo, las lluvias y el viento, se tallaron figuras como La Madre India y el Niño.
Rocas de basalto que los geólogos estimaron son de la era terciaria, unos 70 millones de años atrás.
Un paisaje estepario en el que crecen gramíneas que alimentan los rebaños y viven liebres, zorros y guanacos.
Pero la cercanía del río Limay hace la gran diferencia para la gente de Piedra del Águila, que en el 2013 realizó el primer encuentro “Marrones Migratorias-Limay Medio”, convertido ahora en Fiesta Provincial.
“Esta fiesta enarbola la relación que siempre tuvo la localidad con el río Limay”, dijo el jefe comunal Adrián Rodríguez.
Para el funcionario esta fiesta del río atraerá pescadores, pero también les permitirá mostrar a los que lleganotros atractivos turísti- cos del lugar.
Entre ellos, visitar la Comunidad Mapuche Ancatruz, a orillas del embalse, donde su gente siembra alevinos, cría rebaños de ovejas y cabras y ofrece servicios turísticos.
En el mundo de la pesca las truchas marrones migratorias del Limay son muy codiciadas.
Un río cuyo nombre proviene de la voz araucana que significa “transparente”.
Lo raro de este tramo medio del río, de 70 kilómetros, es que su caudal no se origina en causas naturales sino en la erogación de las represas de Piedra del Águila y Pichi Picun Leufu.
Y la característica de estas truchas es que migran hacia otros ríos y que, por causas desconocidas, cambian esas aguas dulces por aguas oceánicas, donde toman el color plateado, con reflejos azules, de los peces marinos.
Lo que sí se sabe es que regresan a los ríos a desovar.
Las aguas de los lagos artificiales de las represas serian, según los lugareños, los que las hacen más vigorosas.
Y ese vigor, en el momento sublime de la lucha que entablan el hombre y el pez, es lo que buscan en este remoto lugar del planeta y de la argentina los pescadores deportivos.
En esa “pelea”, cuando el hombre triunfa, y luego de la foto para la posteridad, es interesante observar a los pescadores manipulando la trucha, evitando el aire y sosteniéndolas bajo el agua para quitarles el señuelo, de manera tal que regresen a “casa” de la mejor forma.
Hace muchos años, en la boca del Chimehuin, área de Junín de los Andes, uno de los mejores pesqueros del mundo, cerca de un protegido bosque nativo de pehuén, un pescador compartió conmigo un dicho popular del norte y el centro de la Patagonia.
Dijo Renato: “cuando los álamos pierden sus hojas, las marrones están en el río”.
En ese tiempo, quien esto escribe era cronista de la revista "Week End" y de esas largas jornadas en la entrerriana La Paz, la correntina Paso de la Patria, la chaqueña Isla del Cerrito y la bonaerense Bahía San Blas, supo que los pescadores son una estirpe de hombres apasionados y solidarios.
Aquella tarde, en aquella cabaña de Junín, tan oculta por los árboles que no se ve desde la ruta, Renato me dijo que en marzo todo renace con fuerza en esa boca y la del Limay y en el Collón Cura.
Piedra del Águila es una pequeña localidad que, según el censo de 2010, tenía 4 mil habitantes.
La Fiesta Provincial Marrones Migratorias- Limay Medio, es una apuesta que su gente está haciendo para avanzar en el camino de la industria sin chimeneas.
Y que los pescadores no pueden perderse...