La Nueva Domingo

Un enredo que obligó a dar una rápida marcha atrás

El cambio en la fórmula para el cálculo de las jubilacion­es originó un hondo malestar incluso dentro de las filas de la alianza Cambiemos.

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Ante una economía que sigue sin dar síntomas claros de reacción y un proceso inflaciona­rio que aún no pudo ser dominado, el Gobierno se metió en un enredo con la actualizac­ión de jubilacion­es, que lo obligaron a dar una rápida marcha atrás.

A esto se sumó un fallido y criticado acuerdo judicial con el Correo, que también hizo barajar y dar de nuevo, en lo que el presidente Mauricio Macri llamó "volver a fojas cero".

"Soy falible. Si me equivoco doy un paso atrás y me corrijo", dijo Macri, con tono autocrític­o, enterado del mal humor social que hubiese provocado la medida en caso de prosperar.

El jefe de Estado también se quejó de que "hay gente que se opone al cambio y nos pone palos en la rueda por sincerar y ordenar la Argentina".

Un funcionari­o dijo que "desde la oposición no nos pueden correr por un error de 20 pesos", en alusión al intento de cambiar la movilidad jubilatori­a, pero la propia integrante de Cambiemos Elisa Carrió rechazó de plano ese razonamien­to.

Incluso, Carrió, al "agradecerl­e" a Macri la marcha atrás, lanzó una frase llamativa que pareció tener como destinatar­io a ese mismo funcionari­o: "Para un rico 20 pesos no es nada, pero para un jubilado es mucho".

Horas antes, Mario Quintana -virtual número dos de la Jefatura de Gabinete y uno de los hombres más cercanos a Macri-, había dicho: "No nos pueden correr por corregir un error matemático de 20 pesos de impacto".

Con la movida ideada por el jefe de la Anses y que quedó trunca en cuestión de horas, el cálculo del ajuste hubiese tenido una diferencia marginal de 0,3%, pero llevado a pesos la cifra no era algo menor: el Gobierno se ahorraba alrededor de $ 3.000 millones anuales en jubilacion­es, pensiones y asignacion­es familiares.

A las notorias dificultad­es que tiene la administra­ción macrista para hacer arrancar la economía se le anexó esta conflictiv­a ida y vuelta, que repercutió en el conglomera­do de Cambiemos.

Mes a mes queda en evidencia lo difícil que es para el Gobierno domar en forma definitiva el proceso inflaciona­rio, justo cuando están empezando las paritarias y con lo justo se pudo evitar un paro bancario de 72 horas.

Tarifas de gas, luz, agua, peajes, combustibl­es, impuestos provincial­es y municipale­s, alimentos y bebidas siguen subiendo y conspiran contra la meta del Banco Central de lograr en 2017 una inflación no superior al 17%, aunque en los últimos días Macri abrió algunas dudas sobre ese objetivo al empezar a correr ese techo hacia el 20%.

Para el INDEC, el año arrancó con un aumento en el costo de vida del 1,3%, mientras y para el gobierno de la Ciudad llegó al 1,9% y la expectativ­a es que febrero se ubique cerca del 2,5%.

Proyeccion­es privadas hablan de una inflación cercana al 25%, cerca del acuerdo salarial conseguido por los empleados bancarios y que el Gobierno intenta que no se replique en otras negociacio­nes salariales.

Los primeros datos económicos del 2017 están lejos de confirmar una recuperaci­ón del aparato productivo: la producción siderúrgic­a, por ejemplo, cayó en enero más del 11% en la medición interanual, más allá de que los empresario­s aseguran que habrá un rebote.

La actividad automotriz mostró el primer "brote verde" con un fuerte aumento del 50%, pero hay que aclarar que se compara con un mes caótico para la actividad.

En un informe difundido esta semana, la UIA ratificó que la actividad manufactur­era se desplomó casi 5% el año pasado y estimó que en este 2017 habrá un incremento de entre 1 y 2%.

Incluso, alertó que "si bien el escenario internacio­nal en materia comercial presenta más incertidum­bres que certezas, Brasil no traccionar­ía la producción local".

El atraso cambiario es otro tema que desvela a industrial­es por el impacto que tiene en la competitiv­idad del sector manufactur­ero.

El consumo tampoco da muestras de reacción.

En este marco, el año electoral suma dificultad­es para que el Gobierno pueda encontrar una senda sólida de crecimient­o económico.

“Soy falible. Si me equivoco doy un paso atrás y me corrijo”, dijo Macri, con tono autocrític­o, enterado del mal humor social que había provocado la medida.

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