La triste realidad
La algarabía que se vivió estos dos días en el Domo Bolivariano lejos está de ser la imagen cotidiana que regala un pueblo golpeado, inmerso en la desesperanza y preso del gobierno del presidente Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, quien asumió en 1999.
El país con mayor reserva de petróleo del mundo hoy sufre la escasez de alimentos y medicamentos, cargando con una inflación anual que acaricia el ¡800% anual! La más alta a nivel mundial…
A cambio –oficial- un dólar cotiza 637 bolívares, mientras que en el mercado negro se recibe entre 2.200 y 2.600. "El dólar oficial es una careta. En el banco no te entregan”, contó Elizabeth, de 22 años.
El sueldo base promedio oscila en 40 mil bolívares, además de recibir aproximadamente 100 mil en ticket, para poder adquirir productos alimenticios y de cuidado personal. Es decir, el ingreso es de unos 219 dólares.
“Es imposible ahorrar – aseguró Elizabeth-. Si el dólar sube el dinero se devalúa. Sí, mucha gente intermediaria se está beneficiando con la venta de dólares del mercado negro. Ningún venezolano puede mantenerse con un sueldo mínimo”.
¿Y cómo hace para vivir una familia? Engrosan sus ingresos implementando lo que llaman el bachaqueo.
La gente hasta duerme en la calle para, temprano, adquirir productos antes de que se agote el stock, cuando aparecen en góndola a bajo costo. Así tratan de almacenar y revenderlos. De ahí las largas colas en supermercados y farmacias.
Esta situación económica, sumada a la inseguridad y el miedo a la delincuencia invita a que el venezolano de clase media alta y con un título intente emigrar. La mayoría está en desacuerdo con el régimen, aunque en parte se siente condicionado para manifestarse al momento de poner el voto –digital-, porque sus huellas quedan “marcadas”.
“La oposición no es firme y unida como para sacar a este gobierno. De todos modos – agregó Yoselis, de 23 años-, tenemos esperanza. Por algo seguimos aquí”.
Nosotros ya nos vamos… Y con una triste sensación…