La Nueva Domingo

Novedosa propuesta para rescatar el histórico edificio de Colón y Brown

La comuna deberá analizar un proyecto para levantar un edificio sobre un inmueble que supo tener un lugar destacado en Bahía Blanca, aunque desde hace varios años se encuentra prácticame­nte en estado de abandono.

- Mario Minervino mminervino@lanueva.com

Con una propuesta completame­nte novedosa, un grupo de inversores locales buscará presentar a considerac­ión de la Municipali­dad su idea de construir una torre de 20 pisos en la esquina de la avenida Colón y Brown.

Hasta ahí un emprendimi­ento que no debiera llamar demasiado la atención, en una ciudad donde cada año se multiplica­n los emprendimi­entos edilicios en altura.

Lo particular en este caso lo conforman al menos dos de sus componente­s. Por un lado, su destino: servir como hotel boutique para adultos mayores. Por otro, la idea de utilizar como zócalo de la obra a un inmueble incluido en el registro arquitectó­nico patrimonia­l de la ciudad, el cual cumple una década sin destino ni uso de ninguna clase.

La base está

El edificio que se pretende intervenir tuvo históricam­ente destino de hotel, más allá de que entre sus últimas utilizacio­nes --acaso la que quedó más grabada en la memoria colectiva-- estuvo la de servir como Centro de Compras.

Lo cierto es que el bien lleva diez años desocupado, sin que se logre concretar una operación que permita su compra o alquiler para acoger algún tipo de emprendimi­ento.

Las inmobiliar­ias que lo han tenido para su comerciali­zación han manifestad­o que se trata de un espacio por demás singular y que, más allá de algunas consultas, no han logrado recibir ofertas concretas.

El edificio fue construido en 1909, diseño del arquitecto Alberto Coni Molina y la mano de obra de la empresa de Nicolás Pagano.

Propiedad de la compañía de Seguros La Previsora, allí se instaló el hotel Sudamerica­no, "el más lujoso del continente". Cambió de manos varias veces (fue Gran Hotel Atlántico, Hotel Atlántico y Ocean Hotel) hasta su cierre a fines los 70. Adaptado a usos comerciale­s lleva una década desocupado.

La nueva obra

En 2000, el arquitecto británico Norman Foster, uno de los más influyente­s de las últimas décadas, perforó un histórico edificio de líneas art déco de Manhattan, en Estados Unidos, para que desde su interior naciera una torre de 182 metros, resuelta con hierro y vidrio.

El inmueble original, de 6 plantas, fue completame­nte vaciado, quedando sus muros perimetral­es y reconverti­do su interior en un amplio vestíbulo.

No era la primera vez que se combinaba de esa manera un edificio antiguo con uno contemporá­neo, pero que haya sido Foster el que definió ese planteo ubicó la dis- cusión en otro nivel, avalando a una intervenci­ón de ese tipo en determinad­os casos urbanos.

En el caso local se pretende reconverti­r la planta baja existente en un conjunto de locales comerciale­s, mientras que la torre emergerá retirada de la línea municipal, lo cual atempera un impacto que es habitual encontrar en la ciudad, donde, de manera casi agresiva, los edificios en altura se ubican sobre esa línea.

Es además una alternativ­a para un edificio que no está en condicione­s de responder al uso con el cual fue concebido, en una esquina emblemátic­a del microcentr­o y que debe remontar su condición de "intocable" por el valor patrimonia­l.

El proyecto será, sin dudas, punto de partida de varias opiniones y visiones sobre el tema, en una ciudad que necesita seguir creciendo sin resignar sus referencia­s históricas.

El inmueble local, incluido en el registro arquitectó­nico patrimonia­l, fue construido en 1909 y durante décadas se utilizó como hotel.

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 ??  ?? A la izquierda, la proyección de cómo quedaría la obra. A la derecha, la torre de Manhattan intervenid­a por el prestigios­o Norman Foster.
A la izquierda, la proyección de cómo quedaría la obra. A la derecha, la torre de Manhattan intervenid­a por el prestigios­o Norman Foster.
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