“Don Quijote”, un clásico con donaire, abrió la nueva temporada del Ballet del Sur
Gran presentación realizó el organismo artístico en conjunto con la Orquesta Sinfónica. Esta noche será la tercera función, desde las 20, en el Teatro Municipal.
Hubo color y encanto para permitir al espectador penetrar en las escenas y dejar volar la imaginación. El arte es una ventana hacia el infinito. Para orgullo del balletómano, una función más de indiscutidas cualidades cobró vida en el escenario del Teatro Municipal.
El argumento de Don Quijote fue tomado de Las bodas de Camacho (Libro II de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”). Esta composición festiva y de singular gracejo, apoya estas condiciones especialmente en la partitura compuesta por Ludwig Minkus en la que abundan los valses, pasodobles, jotas y galops.
La presente obra de ballet se estrenó en 1869 aunque cien años antes existían ya ballets inspirados en el mismo tema. El Romanticismo, período en que la versión del coreógrafo Marius Petipa apareciera, proponía la expresión -y exaltación- del sentimiento en la obra artística. Quizá por ello el autor eligió un tema en el que la protagonista desafía a su padre para defender su amor.
El lenguaje empleado por Petipa es la danza clásica académica que se entrelaza con la española en una síntesis estilizada y estética.
Don Quijote y Sancho son apenas testigos de la historia central mientras los viajes incansables de ambos van llevando el hilo conductor a lo largo de las escenas. El libro original es evocado en la pelea con los molinos de viento y en la permanente ensoñación del hidalgo, que llega a confundir a Kitri con su amada, Dulcinea del Toboso.
Las figuras centrales
Con expresión chispeante la primera bailarina Carolina Basualdo desempeñó de modo impecable y feliz su rol de Kitri.
La acompañó Gorki Flores en un Basilio ágil y fresco. En el pas de deux final –pieza que es considerada “prueba de destreza técnica”- una ovación premió la ejecución deslumbrante.
Menciones especiales
El señorío de Manuel Martínez en el Torero. El grupo de los ocho Toreros por su acertado ajuste. La musicalidad de Gabriela Noia en la Mujer de la Calle. La correcta ejecución de Flavia Correa en Mercedes. La expresiva Gitana de Andrea Petrini. El Cupido picante y bravo que logró Antonela Silva.
También el encanto y la limpieza técnica de las Amigas de Kitri: Romina Barbieri, Sayoko Hirano; ambas efectuaron también con solvencia sus variaciones del tercer acto. El buen nivel técnico del cuerpo de baile.
Labor mancomunada
La Orquesta Sinfónica Provincial colmó con brillantez el ámbito del Municipal.
El peculiar tempo para la danza que emanaba de la batuta de Javier Logioa Orbe brindó seguridad a los danzarines. Es que el trabajo mancomunado entre ambos es pieza fundamental para logro del resultado.
Trabajo técnico
Los interesantes diseños de vestuario y escenografía pertenecen a Eduardo Caldirola y su ejecución certera a la gente de los talleres del Ballet
Hubo color y encanto para permitir al espectador penetrar en cada escena y dejar volar la imaginación. Es que el arte es una ventana hacia el infinito.
La iluminación bien ambientada en los momentos de brillo pero un poco careciente en las penumbras: la escena de los molinos de viento, que enmarca la imaginación confusa de Don Quijote se tornó en un instante de oscuridad para el espectador.
Un par de seguidores (faros que apuntan permanentemente a las primeras figuras) solucionaría esto, probablemente. Por otra parte en una función de esta calidad no debería faltar ese elemento.
Un paso adelante
El espectáculo contó con la presencia de la señora Alejandra Ramírez, Subsecretaria de Políticas Culturales de la Provincia. Estas visitas de autoridades para cada estreno se han convertido en costumbre desde que asumió la nueva administración provincial. La centralización en la ciudad de La Plata, que fuera obstáculo insalvable por décadas, presenta un atisbo de solución.
Indiscutidas cualidades
Para orgullo y placer del espectador ballettómano, una función más de indiscutidas cualidades cobró vida en el escenario del Teatro Municipal.
El privilegio de poseer cuerpos estables como lo son Balle, la Orquesta y el Coro que sostienen los Organismos Artísticos del Sur (Provincia de Buenos Aires) es un logro que se ha concretado -y lleva casi 60 años de permanencia- con tesón, trabajo y vocación unidos al apoyo de autoridades y público.