La Nueva Domingo

TANDIL TECNO

LA CIUDAD SERRANA SE POSICIONA COMO UNO DE LOS POLOS DE DESARROLLO MÁS IMPORTANTE­S DENTRO DE LA INDUSTRIA DEL SOFTWARE. LOGROS Y ASPIRACION­ES DE LA ¿SILICON VALLEY ARGENTINA?

- La intimidad de algunas de las compañías que se asentaron en la ciudad de Tandil. Trabajo en equipo y recreación para inspirarse, entre sus principios

Tandil apostó tan fuerte por la tecnología que hoy está considerad­a una de las ciudades más relevantes del país en materia de desarrollo de software.

En un artículo publicado en junio de 2003, el diario español El País bautizó a Tandil –una ciudad a tresciento­s setenta kilómetros de Buenos Aires–, la “Silicon Valley argentina”. Por aquel entonces, el medio europeo rescataba al incipiente Polo de Desarrollo de So  ware que se había creado en la Universida­d del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicén) como "una ilusión de cambio” y una “iniciativa de progreso”. Catorce años después, se vuelven a poner las esperanzas en la industria del software y, precisamen­te, en esa ciudad serrana. ¿Los motivos? Su gran potencial, sus profesiona­les, las empresas radicadas en la zona, su escala, la sinergia que existe entre los actores públicos y los privados, y su capacidad de generar talento. Hoy, la Cámara de Empresas de Soware de Tandil (Cepit) nuclea a cuarenta y cuatro empresas, que cuentan con más de mil seteciento­s empleados. Grandes compañías, como Globant o gA-Grupo ASSA, conviven con microempre­dimientos que tienen entre tres y diez trabajador­es. Desarrollo de nuevas aplicacion­es, investigac­ión, tecnología mobile, conectivid­ad y diseño son solo algunas de las actividade­s que pican en punta. Desde productos terminados hasta partes específica­s de un proyecto general, el noventa por ciento de lo realizado se exporta. La cartera de clientes con productos made in Tandil está compuesta por alrededor de mil quinientas firmas, entre las que se destacan Disney, Google, LinkedIn y Toyota. Cuna del conocimien­to La Facultad de Ciencias Exactas de la Unicén fue creada en 197⒌ En la actualidad, cuenta con las carreras de Ingeniería de Sistemas, Tecnicatur­a en Programaci­ón y Administra­ción de Redes, Tecnicatur­a Universita­ria en Desarrollo de Aplicacion­es Informátic­as (TUDAI), Maestría en Ingeniería de Sistemas y Doctorado en Ciencias de la Computació­n. Además, es correspons­able del Doctorado en Matemática Computacio­nal e Industrial y oece un Profesorad­o en Informátic­a. Traducido: la formación que oece es una de las claves del crecimient­o. “La ciudad cuenta con un excelente nivel de profesiona­les en tecnología­s de la

informació­n y la comunicaci­ón –TIC–. Hoy, un sinfín de clientes reconoce que sus proveedore­s de Tandil tienen un gran valor agregado en cuanto a la calidad de los servicios prestados. Incluso, las autoridade­s nacionales advierten el rol relevante de la Facultad y de la ciudad: quedó demostrado el año pasado, cuando se organizó la Mesa Nacional del

Software”, explica el doctor Javier Dottori, Coordinado­r de la Tecnicatur­a en Desarrollo de Aplicacion­es Informátic­as (TUDAI) y Consejero del Consejo Asesor del Departamen­to de Computació­n y Sistemas de la Facultad de Ciencias Exactas. En gran medida, el rol de dicha institució­n fue la semilla de esta realidad. De hecho, la carrera de Ingeniería de Sistemas fue una de las primeras del país en el área de informátic­a. “En una primera etapa, nuestros graduados tuvieron la necesidad de migrar a ciudades más grandes para poder crecer laboralmen­te. Luego, con la mejora en las conexiones y la explosión mundial de la actividad, varios pudieron regresar. La Universida­d favoreció este proceso brindando espacio físico y conectivid­ad a un incipiente polo científico tecnológic­o”, agrega el ingeniero José Marone, Secretario de Extensión de la misma casa de estudios.

Desafíos

Al papel central de la Unicén le siguió el progreso sostenido del sector privado. Nacida en 2010, la Cepit se esfuerza por fortalecer el vínculo de las compañías, optimizar la conectivid­ad y la inaestructur­a, generar fuentes de financiami­ento y apoyar e incentivar el desarrollo de soluciones locales con tecnología de punta. Además de contar con sus dos socios estratégic­os, nuclea a grandes firmas que apuestan por Tandil. “¿De qué dependen las compañías? De que las personas que allí se desempeñan puedan hacer un entregable (NDR: producto medible y verificabl­e que se elabora para completar un proyecto). El primer paso, entonces, es analizar dónde está la mejor calidad de profesiona­les que puedan asegurar ese entregable para cerrar el negocio. Tandil está en el top cinco del país”, explica Mauricio Salvatierr­a, vicepresid­ente de Cepit y gerente de las oficinas de Globant en la ciudad. Según datos de la Cámara de la Industria Argentina de Soware (CESSI), el empleo en el sector creció, en 2016, un 8,9 %, lo que significó unos siete mil nuevos puestos de trabajo. En Tandil, como en el resto del país, la necesidad de recursos humanos es de suma urgencia. “Las empresas se están disputando el talento. Si vamos a seguir compitiend­o por el recurso humano, sobrevivir­án muy pocos y el ecosistema se

tornará caótico”, sostiene Salvatierr­a. La ausencia de profesiona­les no distingue categorías: escasean los senior, los semi seniors y los juniors. ¿La solución? Para la base de esta pirámide, generar nuevos talentos; para los se

nior, campañas de relocaliza­ción. Durante los próximos cuatro años, en Tandil se crearán, al menos, mil quinientos nuevos puestos dentro del sector. En un contexto en el que muchos de los oficios que conocemos desaparece­rán, el número resulta determinan­te para decidir qué hacer en el futuro. Durante la segunda mitad del 2016, la Cepit, el Municipio y la Unicén pusieron

manos a la obra en ese sentido: recorriero­n escuelas secundaria­s y oecieron charlas abiertas sobre las oportunida­des que oece estudiar programaci­ón. La

campaña tuvo un impacto positivo: “La matrícula creció ampliament­e en las carreras relacionad­as. Por ejemplo, en Ingeniería de Sistemas ya tenemos 59 alumnos y 105 cursando el ingreso. Por otro lado, la TUDAI es una carrera joven, muy desconocid­a, pero pasamos de 34 ingresante­s a 39, con 89 potenciale­s más. Como si no bastara, casi quinientas personas mostraron interés en estas carreras”, coinciden Marone y Dottori. Paralelame­nte, se comenzó a trabajar en el marco del “Plan 111 mil”, un programa nacional que persigue formar, de aquí a cuatro años, a cien mil programado­res, diez mil profesiona­les y mil emprendedo­res. “A partir de estas acciones esperamos, en los próximos dos años, contar con más gente en la base de la pirámide”, ahonda Salvatierr­a. Infraestru­ctura Además de optimizar la conectivid­ad en la ciudad, en Tandil se trabaja para ampliar y mejorar la inaestructur­a. El edificio inteligent­e de Globant y el proyecto del Parque Tecnológic­o son dos claros ejemplos de la fuerte apuesta con miras a lo que se viene. “Avanzamos hasta un punto en el que nos empezó a limitar la infraestru­ctura y cuestiones de mercado, como la falta de profesiona­les. Pero tenemos el potencial para seguir creciendo, por eso la idea de un edificio icónico: será un centro de desarrollo gigante y moderno para el talento local”, revela Salvatierr­a.

Por su parte, la idea de construir un Parque Tecnológic­o nació hace cuatro años, pero ante el marcado ascenso de la industria, aquel plan quedó obsoleto. En el presente se busca un espacio

más amplio, más afín. “De aquí a quince años, tenemos que pensar en grande. Silicon Valley no nació en un abrir y cerrar de ojos: alguien tuvo la visión y planificó mucho más allá –esgrime Salva

tierra. Y aclara–: La Cepit está enfocada en dos planes: uno a corto y el otro a largo plazo. Primero hay que lograr infraestru­ctura para las empresas; luego, contar con un espacio para desarrolla­r la actividad en forma profunda”. Un mañana prometedor

Motor económico regional, la industria IT (Tencnologí­a Informátic­a) no solo genera puestos de trabajo y cuenta con una importante participac­ión dentro del Producto Bruto Interno (PBI), sino que, además, posiciona a Tandil en una

ubicación de privilegio. “Si seguimos manteniend­o la línea de trabajo y realmente nos compromete­mos, dentro de veinte años tendremos en la ciudad unos quince mil profesiona­les y una buena infraestru­ctura desarrolla­da –augura Sal

vatierra. Y profundiza–: El horizonte de nuestra industria es superprome­tedor. En el mundo del futuro abunda la tecnología y para ello se necesitan empresas que la desarrolle­n. Si nosotros no asumimos ese rol, lo harán compañías chinas, españolas… Hoy, tenemos la chance de estar al nivel de esas potencias; entonces, ¿por qué no animarse y hacerlo?”. Basados en el crecimient­o continuo que el sector goza a nivel mundial, los expertos muestran gran optimismo. “Tandil en particular cuenta con todo lo que se necesita para ser protagonis­ta. El caso paradigmát­ico es el de Silicon Valley, la ciudad de California, cuna de las grandes empresas tecnológic­as. ¿Por qué se distingue? Por la gran interacció­n que hay entre las compañías y las universida­des de la región”, acota Dottori.

Marone concuerda y concluye: “En Tandil contamos con una sinergia y caracterís­ticas similares, amén de que, permanente­mente, debatimos con el objetivo de optimizar la situación. Estamos seguros de que podemos lograr que esta semilla madure y sea también un ejemplo mundial”. Por Silvina Fiszer Adler. Fotos: gentileza Unicén, Cepit, Globant y Technisys

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Render del edificio inteligent­e de Globant: captará energía solar y ahorrará recursos
Render del edificio inteligent­e de Globant: captará energía solar y ahorrará recursos
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Arriba: el campus de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unicén. Derecha: “Un nuevo futuro”, un ciclo de charlas organizado por la Cepit
Arriba: el campus de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unicén. Derecha: “Un nuevo futuro”, un ciclo de charlas organizado por la Cepit

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina