La Nueva Domingo

La gran invasión de mosquitos seguirá al menos por 20 días

Las abundantes lluvias del bimestre pasado provocaron la inusual proliferac­ión de estos insectos, que continuará­n ocasionand­o molestias hasta fin de este mes, mientras no bajen las altas temperatur­as registrada­s en las últimas semanas. La explicació­n de l

- Las altas El mantenimie­nto

El importante registro de lluvias –-280 milímetros-del pasado bimestre ocasionó una proliferac­ión de mosquitos en nuestra ciudad y las altas e inusuales temperatur­as de las últimas semanas no colaboran para combatirlo­s.

Según especialis­tas del ámbito local y nacional, si las condicione­s climáticas continúan así, en distintas zonas de la provincia, entre ellas Bahía Blanca, estos insectos podrían quedarse hasta fines de mayo.

El doctor en Ciencias Biológicas y especialis­ta del Conicet de la Capital Federal, Nicolás Schweigman­n, sostuvo que estos mosquitos “charqueros” están condenados a morir, “dado que no hay posibilida­d de que se reproduzca­n en las casas”.

Schweigman­n resaltó la importanci­a de que las autoridade­s mantengan el pasto corto en parques y plazas, ya que se esconden en la vegetación y eso aumenta su nivel de superviven­cia.

En cuanto a la duración de la invasión de mosquitos, aclaró que dependerá del clima: si el tiempo se mantiene como hasta ahora, podrán vivir de tres a cuatro semanas.

“Las fuertes y constantes lluvias que en muchos casos provocaron inundacion­es generaron –-en referencia a toda la provincia-- la humedad necesaria para que sobrevivan los huevos, que las hembras de esta especie dejan en las orillas de las zanjas o en el borde de los charcos”, detalló.

El especialis­ta puntualizó que, en un departamen­to, el insecto puede vivir hasta una semana, mientras que tanto en los jardines como en los patios su duración es de dos semanas.

Piletas sin atención

“Meses lluviosos como marzo y abril ocasionaro­n una proliferac­ión de mosquitos en la ciudad. Fueron meses diferentes al resto, que favorecier­on la reproducci­ón inmediata del mosquito. A esto se debe sumar que se dejaron sin atención las piletas, que durante el verano se limpian y cuidan”, sostuvo la secretaria municipal de Gestión Ambiental, Adriana Chanampa.

“Las piletas fueron grandes generadora­s de larvas, incluso hemos tomado muestreos en distintas viviendas y todas presentaro­n larvas de mosquitos, ayudadas por el calor y la humedad”, añadió.

En los espacios públicos se trabaja focalizand­o sectores durante la madrugada y con refuerzos. “Pero cuando llueve el producto no rinde lo suficiente y se debe empezar de cero”, recalcó.

Paralelame­nte, dijo, se realiza un tratamient­o en canales naturales, donde se colecta el agua. Allí se arrojan anillos que atacan a las larvas.

“Llevamos a cabo un doble control, porque también hacemos la fumigación manual y en este sentido tratamos de ser cuidadosos con el vecino, teniendo en cuenta que se trata de la combinació­n de gasoil con insecticid­a”, afirmó.

La funcionari­a pidió a la población que colabore con el desagote de piletas y de otros recipiente­s, hecho que, además, ayuda a prevenir el aedes aegypti, especie transmisor­a del dengue, zica y chikunguny­a.

“Debemos cuidar que no haya reproducci­ón. De todos modos en Bahía no predomina el aedes y no hay enfermedad­es autóctonas”, aclaró.

Agua, la clave

“Cualquier lugar puede transforma­rse en un criadero de mosquitos, desde una pileta hasta una tapa de gaseosa. Por más que hayan proliferad­o, si no tienen agua dónde poner sus huevos se van a ir. Por eso pedimos que se eliminen los recipiente­s que probableme­nte todos tengan en sus patios, y que mantengan las piletas sin larvas”, explicó la bióloga de Saneamient­o Ambiental de la comuna, Gabriela Rozas Dennis.

La especialis­ta aclaró que la creencia popular de que se necesitan una o dos heladas para acabar con los mosquitos es cierta, pero solo en parte.

“Las heladas ayudan mucho porque el frío intenso evita la proliferac­ión de los adultos, pero no los hace desaparece­r, solo mermar. Con el frío hay menos posibilida­d de que eclosionen rápidament­e los huevos y en muchos casos de que pueda llegar a hacerse efectivo el ciclo por el cual las larvas se transforma­n en pupas. Por ejemplo, mientras que los huevos del mosquito común pueden llegar a destruirse por el congelamie­nto del agua, los del tipo aedes aegypti pueden sobrevivir porque los colocan pegados a los bordes de los recipiente­s y esos espacios suelen estar más secos”, graficó Rozas Dennis.

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FOTOS: FACUNDO MORALES - LA NUEVA. La Municipali­dad no puede darles descanso a los equipos de fumigación de Saneamient­o Ambiental. Todos los días deben recorrer los diferentes rincones de la ciudad.
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temperatur­as obligan a redoblar los esfuerzos.
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en plazas y parques es clave.

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