Ingresantes a la UNS: el 35% presentó problemas de peso
Un relevamiento entre la mitad de los 4.000 nuevos alumnos del año pasado a la institución refleja que ese porcentaje posee algún tipo de distorsión. La mayoría padece obesidad.
Un relevamiento realizado en una población de 2 mil ingresantes a la Universidad Nacional del Sur (UNS) durante 2016 concluyó que el 35% presenta problemas de peso. De esa cifra, la mayoría corresponde a personas con distintos grados de obesidad.
La Secretaría de Bienestar Universitario, actualmente a cargo del ingeniero Agustín D'Alessandro, detectó estos datos en el muestreo que se llevó a cabo entre la mitad de los 4 mil ingresantes del año pasado.
Según D'Alessandro, los resultados “no sorprenden si se tiene en cuenta que la obe- sidad se ha transformado en una epidemia mundial”.
Del porcentaje con distorsión en el peso se detectaron 15 jóvenes con obesidad grado 3, denominada también obesidad mórbida o grave caracterizada por un IMC (índice de masa corporal) de 40 o mayor, o de un IMC de 35 o mayor ante la presencia de al menos una u otra enfermedad significativa o discapacidad grave y minusvalía a causa del exceso de peso.
El relevamiento destaca además 36 estudiantes con obesidad grado 2, un exceso de grasa subcutánea en el tronco y en el abdomen; y 110 con grado 1, es decir, con exceso de masa corporal o porcentaje de grasa independientemente del sitio de acumulación.
De todos modos, la encuesta también arrojó resultados en cuanto al infrapeso: 8 ingresantes presentaron delgadez severa; 22 moderada y 123 aceptable.
En vistas de estos resultados y teniendo en cuenta la certificación de universidad saludable que posee la casa de altos estudios, el área de Bienestar Universitario comenzó a profundizar en la calidad alimenticia de los menúes del comedor.
Con la colaboración de dos nutricionistas, se dispuso que cada plato contenga vegetales crudos, así como agua en dispensers y espacios libres de humo, mientras que se continúa fomentando el deporte dentro del ámbito universitario.
La nutricionista Eliana Gregorio recordó que la ciudad y la universidad no quedan exentas de esta “epidemia mundial”.
“Por eso las cifras no sorprenden. La distorsión en el peso es moneda corriente debido a dos grandes cuestiones: la falta de actividad física y la ingesta de más cantidad de calorías de las que el cuerpo necesita”, puntualizó.
Remarcó que el sedentarismo no escapa a muchos de los jóvenes que llegan del interior y que dejan de hacer ejercicio para volcarse de lleno a la vida universitaria.
“Además se ingieren más calorías de las necesarias. Es una cuestión de balance. Si se consume más de lo que se gasta, queda el excedente”, sostuvo.