Rascacielos en el Penna
Hace 50 años, en mayo de 1967, se dio a conocer un proyecto edilicio elaborado por el Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Público (Sutep), uno de los más ambiciosos en la historia local.
La ilustración publicada en la oportunidad por este diario daba cuenta del emprendimiento urbano que el gremio se proponía erigir en cercanías del Hospital Penna, donde, se dijo, había adquirido 12 hectáreas de tierra. Se trataba prácticamente de levantar un nuevo pueblo, ya que consistía en la construcción de 1.152 viviendas, lo cual significaba establecer una población estimada de 4 mil almas.
Se mencionó que las tierras disponían de todos los servicios (agua, electricidad, gas y obras sanitarias) y que los edificios se harían mediante un novedoso sistema constructivo de viviendas prefabricadas llamado Outinord, mediante el cual se podría terminar en apenas 12 meses.
El barrio estaría compuesto -en lo que significaba una novedad para este tipo de emprendimientos- por varios tipos de viviendas, a saber: 192 casas indivi- duales, 480 departamentos de tres y cuatro ambientes distribuidos en monobloques de planta baja y dos pisos, y 8 torres de 15 pisos de altura, con departamentos de 3 ambientes y 4 ambientes.
A esto se sumaría un centro comercial, una escuela y una iglesia. La financiación vendría del Banco de la Provincia de Buenos Aires y del Hipotecario Nacional, con créditos blandos, a un interés anual del 3%, encuadrados en el denominado Plan Federal de viviendas.
Bautizado con el nombre de Rosendo López, exdirigente de ese gremio, el ambicioso proyecto no pasó del dibujo. Cuando el SUTEP concretó, en 1968, el llamado a licitación para su barrio, lo hizo en otro sector de la ciudad, ocupando 4 manzanas, con 300 viviendas organizadas en monobloques, manteniendo sí aquella designación original.