La eficaz labor del Grupo Especial K9 para resolver resonantes casos policiales
Los cumplirá el 20 de mayo. Su eficacia en resonantes casos policiales mereció el reconocimiento gubernamental. Su dedicación es plena.
Dos años cumplirá el Grupo Especial de Búsqueda y Rescate K9, de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Punta Alta, el 20 de mayo venidero.
Su labor profesional tiene el reconocimiento provincial y nacional por su desempeño en temas policiales muy delicados.
Su intervención en el caso de Araceli Fulles, que conmocionó a todo el país, fue primordial. La primera participación del Grupo se realizó, en Monte Hermoso, en la búsqueda de Katherine Moscoso.
El grupo está conformado por siete personas: tres instructores, tres guías y Marcos Guerrero, un master instructor representante de la Falco K9, una academia estadounidense que facilitó la técnica correspondiente.
“Marcos, con sus años de experiencia, la perfeccionó”, dijo Raúl Rodríguez, jefe de la División y subcomandante de la Asociación Bomberos Voluntarios de Punta Alta.
Cuenta con una plantilla de cinco perros: dos labradoras, una mestiza, Nacha y la otra chocolate, Alma; una pointer, Atenea; una blue house, Trehua, y una ovejero sable “Uma” (se incorpora en esta semana). "Es la hija del perro Halcón que encontró el cuerpo de Araceli”.
“Son ideales para la búsqueda en la superficie y en la detección de los restos humanos”.
“Tenemos el apoyo de Aldo Cecchi. Es el representante nacional de la citada academia y el que organizó el equipo de Búsqueda y Rescate en Córdoba”, dijo Rodríguez.
“¿Las cualidades? Se busca tener a un perro dócil que se adapte al juego, a la zona urbana y a la rural. En la última incursión, se trabajó en el partido de San Martín y en la parte rural de Arrecifes. Los perros se destacaron en los dos ámbitos”.
Comentó que se privilegia, especialmente, la genética del perro. “Tienen que ser perros con cualidades muy especiales. En lo posible se busca la descendencia de los perros buscadores”.
Puntualizó que la base de todo es tomar buenas muestras. “Nuestros perros hacen un rastro específico. Buscamos un olor específico de la persona y para eso tenemos que sacarlo de un cabello, de una prenda, una remera, de la ropa íntima: si es posible que no se haya lavado. Si se manipuló se contamina la prueba”, comentó.
“Con el paso de los días se llegan a las definiciones en los distintos casos. En el de Araceli fue estresante y nos impactó por el desenlace que tuvo. Se trabajaron entre 12 y 14 horas por día”.
Rodríguez afirmó que le dedican todo el tiempo a los canes. “Lo mínimo son tres horas por día. No hay vacaciones, ni feriados. La tarea no se suspende por lluvia. Hay que darles de comer, controlarlos, llevarlos al veterinario, entrenar y pasear. Eso habla de la seriedad y la responsabilidad que asumimos”.
“La idea de formar un equipo de perros de rescate surgió en las postrimerías de 2014, en Baterías. Hicimos un ejercicio sobre las estructuras colapsadas. Allí hubo gente de la Agrupación Perros de Guerra (APG)”.
“Se busca tener a un perro dócil que se adapte al juego, a la zona urbana y a la rural”, expresó Raúl Rodríguez, jefe de la división.