“Previas”: alcohol, mezclas y... desinterés de los padres
Los cambios de horario en los cierres de boliches, las limitaciones para ingresar en las matinée y otras cuestiones preventivas y de seguridad terminaron por abrir paso, hace varios años, a lo que hoy ya está instaurado como “la previa”.
Y hay “previa” para todo y para todos. Desde los chicos de 11 o 12 años, hasta los adolescentes de 16 o 17 y algunos grupos de jóvenes mayores. La excusa siempre es juntarse “antes de”. Puede ser como paso anterior a concurrir a un local bailable, una fiesta privada o incluso a un encuentro más amplio en otra vivienda de familia.
El problema no es solo el alcohol, sino la mezcla.
“Diría que no es una modalidad nueva, por ejemplo, el consumo de alcohol con psicofármacos. Y en todos los estratos sociales; el consumo no tiene una veta social particu- lar”, asegura la toxicóloga Roxana Bertrand.
Médica del Hospital Municipal, cuenta innumerables ingresos de chicos de 12/13 años intoxicados en grado leve y leve/moderado. “En realidad, esto ya viene sostenido desde 2010 y 2011. Y no tiene descenso”, afirma.
Existe una creencia popular que los casos de mayor gravedad se suceden en grandes urbes, como Buenos Aires. “En realidad, tenemos las mismas situaciones que se observan en el (hospital) Fernández, a mucho menor escala. Sí es lo mismo en grupos de edad, sexo y tipo de sustancias”, recalca.
“Pensar que se consume alcohol solo, o marihuana sola, o cocaína sola, es un dato erróneo. El consumo es múltiple y, en una sociedad que consume todo, no debe- ría ser algo que llame la atención”, advierte.
En casi todos los domicilios, hoy, existen psicofármacos al alcance de la mano. “El propio adulto es el que le genera el espacio al adolescente para que pruebe. En las casas existe de todo dando vueltas, si no es el del padre, es de la madre, o de la abuela”, dice.
A Bertrand hay otra cosa que le llama la atención, más allá de estas cuestiones: el desinterés de los padres.
“Me sorprende ver tantos pibes solos, que andan por ahí. La sociedad cambió, quiere que el chico piense como adulto en lugar de que el adulto se mueva para ver en qué está fallando. Hay un grado de desinterés llamativo en algunos casos. Nos ha pasado de chicos que los traen las ambulancias o sus propios amigos, intoxicados, y algunos padres ni se presentan de inmediato, directamente van más tarde al hospital”, asegura.
No se registran casos extremos en la ciudad, aunque sí existen atenciones por intoxicación moderada o leve. “Sí viene en aumento, con esa franja etaria, y especialmente en varones, el intento de suicidio", relaciona la médica.