El proyecto inclusivo del pringlense que invita a todos a volar y danzar
Acróbata, actor y exintegrante de Fuerza Bruta, Diego Stanga desarrolla una actividad a través de la cual incentiva a personas con discapacidad a suspenderse en el aire mediante arneses adaptados. Es voluntario.
"Hay chicos que están en silla de ruedas que no saben lo que es hamacarse en una plaza. Es emocionante ver cómo reaccionan cuando están en el aire", dijo el pringlense Diego Stanga.
Acróbata, actor y exintegrante de Fuerza Bruta es promotor —junto a la bailarina Yanina Corigliano— de una iniciativa de Danza Aérea Inclusiva, que invita a las personas con discapacidad a desafiar la gravedad, disfrutar de una propuesta lúdica y dinámica y redescubrir capacidades en el aire.
La actividad permite a quienes tienen condicionamientos motores y/o intelectuales experimentar el placer de suspender el cuerpo en el aire y realizar coreografías y movimientos —cada uno dentro de sus posibilidades— mediante el sostén de arneses especialmente adaptados por un ingeniero.
Los sostenes se fabrican con materiales que se usan en escalada deportiva y que soportan hasta 3.000 kilos en tensión.
"Hace más de un año que estamos embarcados en este proyecto. Es un placer verlos realizar la actividad. En el aire no paran de reírse", contó.
"Para un chico, o un adulto en silla de ruedas, estar suspendido, sin tocar el piso, poder balancearse y moverse, es algo mágico. Gritan de felicidad", dijo.
Las clases son itinerantes y se dictan en cualquier parte del país de forma voluntaria, aunque el equipo requiere un presupuesto para viáticos para trasladarse con todos sus materiales de trabajo.
Stanga tiene una larga trayectoria en distintas disciplinas artísticas y un pasado vinculado al deporte. Siempre le gustó hacer piruetas en el aire, entrenarse, jugar y experimentar. Y desafiar sus límites.
Además, desde chico estuvo en contacto con gente con discapacidad ya que su mamá, médica en Coronel Pringles, lo llevaba a visitar hospitales, geriátricos y Centros de Día.
Un día combinó ambos saberes y experiencias y nació este proyecto: Todos podemos volar.
La Danza Aérea Inclusiva promueve el abordaje de la discapacidad desde una mirada creativa, ya que ubica a los protagonistas como sujetos activos, capaces de redescubrir nuevas posibilidades de movimiento.
Para Stanga, un "pequeño" logro en una clase es un enorme reposicionamiento subjetivo para la vida.
"Crea experiencias de con- fianza en las personas y alimenta su autoestima", dijo.
El trabajo aéreo se basa en principios de la danza y la acrobacia y tiene muy en cuenta las cuestiones vinculadas a la seguridad.
"Llevamos a cabo una investigación que nos permite afirmar que la danza aérea resulta una herramienta vital a nivel individual y grupal", dijo.
La actividad tiene el poder de habilitar el cuerpo de la persona con discapacidad para mejorar su calidad de vida.
Aseguró que se parte desde un enfoque social, en un plano de experimentación basado en la práctica con cuerpos muy diversos.
"Cambiamos, desde el arte de la danza, la visión que se tiene del cuerpo de las personas con discapacidad.
"Volar le cambia la cabeza a todos. Lo hago todos los días de mi vida y no me aburro", dijo Stanga.
Estudios. Más tarde se trasladó a la Capital Federal, donde estudió licenciatura en Relaciones Públicas en la Universidad Kennedy. En paralelo, estudió teatro y se anotó en la Escuela Nacional de Circo Criollo. Realizó giras con Cirqué XXI y colabora ad honorem con la Banda Copada de Córdoba, conformada por músicos con discapacidad.
Proyectos. En la actualidad lleva a cabo un documental que tiene como fin difundir la danza aérea Inclusiva y recaudar fondos para poder adaptar más arneses a las necesidades que surjan. Dicta clases en el espacio Omnia, en Mar del Plata.
Rock. Además, Stanga lidera el proyecto Rock Decó, puesta escénica que fusiona el patrimonio construido por el arquitecto-ingeniero Francisco Salamone y el arte corporal. Lo hizo en Coronel Pringles, Balcarce y Guaminí.