Mariano Uset, con una mirada más profunda e integradora
Mariano Uset apela a la fórmula Cambiemos desde su rol de jefe comunal. Una mirada profunda de los temas que aquejan a Coronel Rosales. Y de las armas de que dispone para enfrentarlos, en una visión que se proyecta a los partidos vecinos. Claramente regio
A sus 52 años, Mariano Cecilio Uset no admite distracciones.
Sólo piensa en gestionar desde su función de intendente municipal de Coronel Rosales. Ni piensa en enrolarse, en el futuro, en el ámbito legislativo. De hecho, tampoco parece ser un hombre de pasos aventurados.
De firmes convicciones, la palabra “Cambiemos” marcó su destino político, tras sus orígenes en el Frente Renovador.
Entonces se desvela por cambiarle la cara a Punta Alta, a Pehuen Co, a todo el distrito. A partir de una visión menos localista, más regional, con socios como Bahía Blanca, Monte Hermoso y tantos más para potenciar un desarrollo común.
“Pasa por tener un compromiso conjunto. Es hora de analizar las oportunidades que nos ofrece nuestra región”, sostiene este hombre que transitó su vida laboral en la Armada, en el Conicet y en el sector privado como consultor. Y que también es docente universitario.
Casado con una profesora de educación física, “Pili” García, de cuyo matrimonio nacieron Pedro, de 17 años, y Antonio, de 15, Uset admite que la función de intendente es casi a tiempo completo.
"Ese es un costo que debe pagar mi familia. Entiendo que el poco tiempo que le podía dispensar antes, era de mayor calidad. El de ahora, ese rato que estoy con mis hijos, lo comparto con temas inherentes al municipio, en medio de una obra, de un acto, de las llamadas telefónicas que cortan cualquier diálogo. Es difícil”.
La herencia recibida, los jóvenes en estado de vulnerabilidad, la droga en las calles, la puja salarial con los municipales y el desarrollo regional, fueron parte de las preocupaciones que deslizó este simpatizante de Sporting, que se asume “no del todo pasional” a la hora de analizar el fútbol.
*** -No es de recurrir seguido al término "herencia", pero cuando hizo hincapié en ello fue contundente. Habló de “un municipio devastado”.
-Sólo nos montamos arriba de eso en la apertura de sesiones en 2016. Era el momento oportuno de poner las cosas en blanco sobre negro para presentar las situaciones más extremas ante la sociedad, con hechos muy irregulares. Es conocido, por ejemplo, el caso en el que tuvimos que ir a buscar un tractor nuestro a otra localidad.
“Hoy estamos rindiendo cuentas sobre cuadras de pavimento que fueron subsidiadas por la Nación y que nunca se hicieron; también sobre otras que se llevaron a cabo muy mal, como las de calle Salta. Y lo que es peor aún, nos vienen a auditar y les mostramos algunas cuadritas que hemos concretado con fondos propios cuando la Nación las considera parte de aquel programa de 14 cua- dras que, en definitiva, no se llevó a cabo jamás. Y además están los juicios que debemos soportar, deudas con el IPS (Instituto de Previsión Social), situaciones que hemos ido subsanando”.
-¿Qué llegada tiene Coronel Rosales en La Plata?
-Con el gobierno de María Eugenia Vidal tenemos la misma sintonía. Pero se trata de una provincia con realidades muy diferentes. Bahía Blanca, por ejemplo, tiene el mismo número de habitantes que Quilmes de indigentes. Entonces, quien atiende a cada uno de los intendentes, no puede borrar esa realidad. Noto preocupación en darnos cabida en el reclamo. Pero demanda un gran esfuerzo del funcionario atender las necesidades de lo que yo llamo "las dos provincias".
-¿Es de estar muy encima de Vidal o de sus ministros?
-Soy de ser insistente, pero no necesariamente voy a la cabeza. Molesto al ministro de turno para plantear un asunto, pero tengo claro que quien me lo va a sacar adelante es un funcionario de segundo o tercer orden.
"Me pasó con ABSA, con la que se padeció un período crítico ante la falta de respuestas que nos brindaba. Ya con el cambio de gobierno, lo primero que hice fue presentarme, pero no ante el presidente, sino ante el gerente operativo y frente a quienes pueden dar rápidas respuestas a los municipios.
“Los proveedores estaban sin cobrar desde hacía dos años, los trabajos que se hacían eran de mala calidad, teníamos la planta de tratamiento de líquidos cloacales sin funcionar. No había herramientas ni equipamientos. Pero empezaron a llegar las respuestas. Por ejemplo, un camión desobstructor, arrancaron las primeras obras de recambio de cloacas y de cañerías de agua, se llamó a licitación para la planta de tratamiento de líquidos cloacales y hoy tenemos los trabajos muy avanzados. En ningún momento el presidente de ABSA preguntó `¿cuándo el intendente va a subir a verme? ¡Me sacó medio ABSA para su distrito y todavía vino a verme!'. Bueno, es mi forma de gestionar. Pararse arriba de quienes resuelven los problemas”.
-Eso de la existencia de dos y hasta tres provincias en una sola, es tema recurrente. ¿No es hora de intentar motorizar un cambio?
-Seguro. A veces en el mismo vestíbulo nos encontramos con el intendente de un distrito cuyos números de muertos en accidentes de
El rato que estoy con mis hijos lo comparto con temas del municipio, en medio de una obra, de un acto, de llamadas telefónicas”.
MARIANO USET
tránsito son extremadamente altos en comparación a los de Rosales. Entonces nuestro problema pasa a ser invisible. En 2016 tuvimos una sola víctima fatal por un accidente de tránsito. Para La Plata hablar de un muerto es un número insignificante, aunque para nosotros represente un drama. El año pasado ganamos el premio Luchemos por la Vida por las políticas de seguridad vial que instrumentamos.
Paritaria interminable
-¿Lo desvela la situación de conflicto con el personal municipal?
-Todavía estamos en discusión paritaria. Habíamos llegado a un punto de acuerdo, pero fue objetado por uno de los gremios. Pretendíamos cerrar la paritaria porque entendíamos que no había razón para extender la discusión. Cada propuesta era llevada a una asamblea, y luego sobrevenía un paro. Una manera difícil de dialogar. Es como ofrecer café y que me peguen una trompada porque le falta azúcar. Y si le pongo azúcar me pegan otra porque es poca. Y si le pongo más me dan otra piña porque es mucha. No se podía dar ese tipo de diálogo, en un marco de discusiones salariales con cierta bajada de línea para no prosperar. -¿Entonces? -Hoy el personal municipal podría estar cobrando ya un 15 por ciento acumulado de aumento, con sumas fijas para los trabajadores que están contratados. También apuntábamos a un estímulo para aquellos que no terminaron el secundario para que lo terminen y así el día de mañana puedan cobrar un 20 por ciento más de suplemento en ese sentido.
“Necesitamos formar y capacitar a nuestra planta de personal. Por eso la queríamos estimular. Con lo cual la propuesta económica era buena. Apuntamos a la calidad del salario. Un salario inteligente, que estimule al trabajo, que compense el compromiso, la responsabilidad y el esfuerzo.
-¿Usted, como sucedió con la oferta de Vidal a los maestros, también hizo mención al tema del presentismo?
-Sí. En este caso se abona una suma muy baja. Y se paga, según está reglamentado, vengan o no vengan a trabajar. Pensamos hasta en cuadruplicar el volumen de ese premio al presentismo, pero que se cobre siempre y cuando el empleado venga a trabajar. Una forma de premiar al esfuerzo.
“Acá debe rescatarse el espíritu de aquellos héroes de Malvinas. Estimular el esfuerzo y el compromiso. Diciéndole a nuestros chicos que ellos también pueden convertirse en héroes, desde la solidaridad, matándose por levantar la nota de matemáticas. La camaradería del tipo que le tendía una mano a otro que estaba en el agua para que se suba a una balsa es lo que debemos rescatar en el día a día. Y eso se puede ejercer en la casa, en el trabajo. Terminar con el no sacrificio y el `sálvese quien pueda'. Sobre todo cuando el sistema de estímulos premia a todos por igual”.
La droga y los jóvenes
-¿Qué le ocurre cuando se topa con un joven que se encuentra fuera del sistema? Ese pibe que limpia parabrisas en una esquina por unas monedas...
-Diseñamos políticas para involucrarlos. El primer año de gobierno creamos el área de Adicciones. Entendiendo lo que viene detrás de las adicciones, que es el riesgo de involucrarse en el comercio superminorista.
“Salir un fin de semana, distribuir y vender diez gramos de cocaína, exponiendo la libertad, les deja a los pibes muy buenos dividendos económicos. Si uno analiza lo que se gana por estas peque- ñas operaciones, es muy difícil que ese chico mañana piense en buscar un trabajo formal. ¡Si por trabajar 8 horas por día puede ganar lo mismo que en un rato el fin de semana! Vendiendo bochitas de droga va creciendo en una organización delictiva, que no le significa andar armado ni matar a nadie.
“La idea es tener una Oficina Nacional de Empleo. Un área que lleva mucho trabajo de diagnóstico e infraestructura, pero que nos permite desarrollar un programa que incluya y brinde incentivos a jóvenes con distintos tipos de vulnerabilidad, como no haber terminado su etapa educativa ni haber logrado aún su primer espacio laboral”.
-Como sucede en Bahía Blanca, ¿ustedes trabajan con operadores de calle?
-Sí, claro. Apunta a menores y adolescentes. Conformamos ese ámbito el año pasado, ya que estaba medio desmembrado. Y lo diseñamos con gente idónea. Son respuestas claras a una coyuntura complicada. El Plan Argentina Trabaja también nos permitió canalizar este tipo de tarea de contención. Pudimos incorporar a cien jóvenes que no habían tenido experiencia laboral tanto en actitud como en aptitud. O sea, no sabían hacer nada. Ahora tienen una carga ho- raria, un compromiso laboral y un aprendizaje.
-Un espacio de contención clave, y que a veces es soslayado por el Estado, es el que brindan los clubes barriales.
-También apostamos a la alternativa que ofrece el ámbito deportivo y cultural. Salimos a los barrios sin competir con los efectores ya existentes. A brindar talleres y actividades de todo tipo con recursos municipales. Y con los clubes, proveyendo materiales y asistencia en cuestiones de fondo, como puede ser resolver el estatus de la personería jurídica. Le pasaba a Rosario, por ejemplo.
Violencia intrafamiliar
-Suele decir que le preocupa y mucho la violencia intrafamiliar en la ciudad.
-Se trata de un problema tal vez heredado. Usted sabe que Punta Alta crece por el aporte de jóvenes que vienen del norte del país, donde temas de violencia intrafamiliar están un poco naturalizados. La culturalidad, el crisol de provincias que somos, también arrastra este tipo de inconvenientes.
“En el Concejo Deliberante habíamos propuesto una ordenanza para proveer botones antipánico contra la violencia de género. Conseguimos los recursos y ya la estamos llevando adelante”.
-Punta Alta suele cargar con el drama de ser proveedora de prostitución.
-En realidad los llamados cabarets hoy están en retirada. Relevamos y vemos que no hay departamentos privados donde se ejerza la prostitución. Al menos no son tan visibles. No los podemos detectar y si los detectamos, intervenimos. Ni tampoco nos topamos con lugares de juego clandestino. Se clausuraron tres o cuatro sitios históricos de la ciudad y no han vuelto a la actividad.
Las “verdades a medias”
-¿Le molestó que lo acusen de sobredimensionar el Estado municipal?
-Molestan las verdades a medias. Porque cuando son verdades a medias, son mentiras a medias. Y cuando en base a supuestos y tergiversaciones se sacan conclusiones, uno tiene que salir a discutir cuestiones de forma. Trabajo de 8 de la mañana a 8, 10 de la noche, en gestionar. Veo, lamentablemente en el Concejo un esfuerzo grande por contarse las costillas entre ellos. Se invirtieron muchas horas en acusaciones de un concejal a otro.
-Bueno, entre propios ediles oficialistas hubo roces, como cuando Claudio Orioli golpeó a Oscar Simón.
-Cuando un concejal forcejeó y se dio una situación de violencia física contra un par suyo, planteamos la idea de una investigación al respecto. Pero no podemos pasarnos la vida en este tipo de discusiones. El Concejo va más allá de lo que suceda intraparedes. Trabajar para la comunidad. No encerrarse en esas cuestiones de convivencia ni internas o pedidos de informes que requieren mucho tiempo y energía, que prefiero dedicar, por ejemplo, en seguir gestionando ante ABSA. Ese tipo de gestión es la que me interesa.
Espacios públicos
-¿Pondrá el acento en los espacios públicos?
-Filosóficamente son la escuela de la ciudadanía. Allí uno tiene que aprender a convivir, a disfrutar, a cuidar. Y para exigir que sean cuidados los tenemos que tener en buenas condiciones. Es una apuesta invertir en luminarias, en cestos, en obras, aunque nos expongamos a caer en manos de cierto vandalismo.
“Hay que crear conciencia. Le labramos una multa a un señor que sacó tres bolsas de basura de su auto y las tiró frente a la casa de un vecino. Le salió 3.600 pesos la avivada".