En Mitre y Caronti se demolerá un inmueble que destila historia local
En abril de 1963 la empresa Bombara inauguró su planta automática de embotellamiento de vino, testimonio de su constante progreso. Hoy, 54 años después, el mayor testimonio de esa firma --el edificio donde desarrolló su actividad-- quedará borrado para siempre para dar lugar a un edificio.
Constituida en 1948, Bom- bara fue parte de una importante cantidad de bodegas --Arizu, Giol, Ciccioli, Chierchie y Sulim Melman, entre las más destacadas-- que comenzaron a operar en la ciudad. En este caso, funcionaba en unas modestas instalaciones de Mitre y Caronti.
Poco a poco fue adquiriendo las propiedades linderas, ampliando sus salones y construyendo piletones para almacenar los 30 mil litros de vino que traía desde la región cuyana en 20 vagones tanque de su propiedad.
Con los años, esa industria fue decayendo, en buena medida por la competencia ilegal, hasta que la firma cerró las puertas en 1981.
"No se podía competir con los que no pagaban impues- tos ni tasas. Hasta se comerció vino artificial elaborado con azúcar o alcohol fino. Nosotros preferimos mantener nuestra conducta", refirió hace unos años Santiago Bombara.
Ahora surgió un proyecto que modificará para siempre el perfil de la esquina. En Mitre y Caronti se construirá un edificio de 12 pisos, con 104 departamentos de dos ambientes, ocupando una superficie de 7 mil metros cuadrados. La planta baja estará destinada a locales comerciales y, el subsuelo, a cocheras.