Por suerte, todo transcurrió en paz
Existían muchas dudas en cuánto a la seguridad para este partido, ya que varios hinchas de Newell's habían prometido llegar al Coloso Marcelo Bielsa para presenciar el choque ante Olimpo.
Sin embargo, primó la cordura. Desde la dirigencia rojinegra y varios foros leprosos pidieron que sus simpatizantes cumplieran con la normativa y acataran la suspensión (todavía provisoria) del estadio de Newell's con el objetivo de que no tuvieran que lamentar más sanciones.
La medida que llevó a suspender el escenario de “Ñuls” estuvo relacionada con las agresiones desde la platea rojinegra al juez de línea Ezequiel Brailovsky y a los jugadores de Rosario Central en el clásico rosarino.
Varias horas antes del inicio del juego, los efectivos policiales controlaron las adyacencias del estadio. Incluso, hubo que sortear varios puestos con el DNI en mano para llegar a la zona de acreditación.
Ya con el partido en marcha, desde la zona de las cabinas, sólo se escuchó una bomba de estruendo en el comienzo, otra tras el primer gol local y la última ya con el final consumado, siempre en la zona del parque de la Independencia.
Por suerte, todo transcurrió con normalidad y en paz, aunque los medios no se cansaron de decir que fue la primera vez en la historia que Newell's jugó sin su público.