Los siete hospitales tienen la capacidad colmada
Hay 800 plazas en siete sanatorios públicos y privados, que tienen su capacidad colmada en esta época.
Si durante todo el año los hospitales bahienses sufren un déficit de camas, producto de su escaso crecimiento en función de la cada vez más numerosa población y del aumento de la expectativa de vida, mucho más grave es aún la situación en esta época, cuando las enfermedades respiratorias comienzan a aflorar y, en consecuencia, gran cantidad de pacientes requieren internaciones.
Las propias autoridades de cada uno de estos establecimientos, tanto públicos como privados, han dado cuenta de esta problemática que se agudiza, en parte, debido a la gran cantidad de afiliados al PAMI que posee nuestra ciudad y la región.
Bahía Blanca cuenta con un total de 800 camas, entre sanatorios públicos y privados, aunque podrían ser 100 más si no fuera porque 50, correspondientes al Penna, se encuentran desafectadas debido a reparaciones en habitaciones, mientras que una cifra similar perteneciente al Hospital Militar prácticamente son ociosas. El Municipal, en tanto, sumará 10 más el mes que viene.
Esta cifra se distribuye de la siguiente manera: 210 en el Penna, 137 en el Municipal, 156 en el Español, 101 en el Privado del Sur, 76 en el HAM, 80 en el Italiano y 40 en la Clínica Privada Dr. Raúl Matera (Osecac).
Tiempo atrás, con el fin de mitigar esta problemática que no es nueva pero que se agudiza día a día, el Hospital Municipal implementó la modalidad de internaciones domiciliarias, que implicaba montar lo indispensable para determinados tratamientos en los propios hogares. Sin embargo, la iniciativa no prosperó por diversos motivos.
En parte, fue suplantada por hospitales de día aunque, si bien descomprimen, tampoco logran amortiguar la gran de demanda existente.
Por citar un ejemplo, el Municipal se encuentra ocupado en su totalidad y hasta debieron sumarse espacios extra debido a la gran cantidad de internaciones.
“Estamos trabajando a un 200%”, graficó el doctor Pa- blo Fernández Keller, jefe de la guardia de emergencias, para admitir la necesidad de incorporar nuevas camas.
“Estamos en un período estacional, con cuadros respiratorios en adultos y bronquiolitis en niños. Hace 30 o 40 años que el número de camas no se modifica”, amplió.
El director de ese sanatorio, Gustavo Carestía, hasta arriesgó que se necesita un centenar de plazas más.
“Por nuestra parte, en unos días sumaremos 10 para el primer nivel de atención, es decir, el sector denominado cuidados básicos”, aclaró.
Surgen, así, varias preguntas. Si en la ciudad, o bien en las rutas aledañas, se produjera una catástrofe, un accidente múltiple: ¿Dónde serían derivados esos pacientes? ¿Habría lugar y recurso humano adecuados para la asistencia?
Carestía justificó: “Nos reacomodaríamos de alguna manera”.
Mientras tanto, el problema persiste y con más énfasis en el sector público debido a la caída del empleo y, por ende, de la seguridad social, expresó el directivo.
El Penna, de acuerdo con la directora Marta Bertín, se encuentra “ajustado”.
“Desde que comenzamos
"Estamos trabajando a un 200%", manifestó el jefe de la guardia de emergencias del Hospital Municipal. La cantidad de plazas es la misma que hace 30 o 40 años.
las obras de sanitarios contamos con menos camas, pero esto es circunstancial y lo vamos manejando día a día”, expresó, para negar desbordes por patologías respiratorias.
Otro referente de ese sa- natorio, el cirujano Fernando Carignano, dijo: “Claro que faltan camas, están reparando gran parte de los baños deteriorados por falta de mantenimiento durante años y eso hace que muchas habitaciones estén cerradas”.
“Además de las camas, también están reparando los quirófanos: estamos trabajando con la mitad de los disponibles, lo que engrosa la lista de espera de pacientes para ser intervenidos quirúrgicamente”.
Según el profesional, por implementar en el Penna prestaciones costosas que "benefician a pocos" --por caso, fertilización asistida-se sacrificó el mantenimiento del hospital y la asistencia de patologías de mayor incidencia.
“Esta es la consecuencia. Es algo así como un padre que cambia el auto cuando el hijo no tiene zapatillas para ir al colegio. Hoy está claro que a consecuencia de esas medidas demagógicas el hospital se vio obligado a reducir su capacidad asistencial”.
Concluyó: “La deficiente asignación del gasto hecha por los sucesivos ministros redundó en un hospital deteriorado que era, y es, insuficiente para asistir en tiempo y forma a la cantidad de pacientes que reclaman atención actualmente. Creo que hoy, con estas reparaciones, entre otras cuestiones, se están haciendo las cosas como se deben”.
El Hospital de la Asociación Médica “Dr. Felipe Glasman” mantiene su capacidad completa en estos días. El 70% de las internaciones corresponden a pacientes de PAMI. El sanatorio se encarga de contener a 11 mil abuelos.
Para ejemplificar, el jueves último, en ese establecimiento de Patricios 347, el porcentaje desocupado de camas era de 1,3%.