ANDARÁS bien...
ASOMBROSAS, ZIGZAGUEANTES, ÚNICAS: ASÍ SON ALGUNAS DE LAS RUTAS MÁS EXTRAORDINARIAS IDEADAS POR EL HOMBRE. PREPÁRESE PARA EL VIAJE, YA QUE LA TRAVESÍA ES LARGA… Y SINUOSA.
Si los italianos son conocidos por la pizza y las pastas, bien puede sumarse un atractivo más que interesante. En la zona de los Alpes, cerca del límite con Suiza, se encuentra Paso Stelvio, una culebra de asfalto de veinticuatro kilómetros de largo, con cuarenta y ocho curvas. A dos mil setecientos metros de altura, la ruta une la zona lombarda de la Valtelina con la localidad de Merano. Como esta, otros tantos senderos construidos por el hombre deslumbran en distintos rincones del Planeta. Por ejemplo, en el desierto de Arizona inicia su trayectoria la emblemática ruta 16⒊ Con una longitud de ocho kilómetros, uno puede sentirse en soledad durante varios minutos. Esta ruta atraviesa el Valle de los Monumentos de Utah, recorriendo las enormes “mesas” de arenisca. De regreso a Europa, la Atlantic Ocean Ro
ad, en Noruega, une las islas desde el continente hasta Averoy. Se convirtió en viral un video que mostraba cómo enormes olas caían sobre el asfalto, semiocultándolo y hasta amenazando con cubrirlo todo. La ruta es una tentadora invitación para aventureros dispuestos a mojarse un poco si el mar está revuelto. The Guardian la catalogó como “la mejor carretera del mundo”. En Australia, además de los canguros y los koalas, lo que deslumbra es la costera Gre
at Ocean Road, con doscientos cuarenta y
tres kilómetros de extensión. Y si hablamos de paraíso, no obviemos a su par de Hawái: la Hana Highway. Está ubicada en la isla de Maui, la segunda más grande del estado norteamericano (denominada “la tierra olvidada por el tiempo”). Es tan bonita como peligrosa: amén de su estrechez, vientos infernales sacuden su piel de asfalto. De ciento nueve kilómetros, la secundan cascadas majestuosas, y es dueña de cuarenta y seis puentes y ¡seiscientas veinte curvas! Asia posee una carretera casi mística. La Tianmen Shen se sitúa dentro del parque nacional que alberga la montaña Tianmen, que significa “La puerta del cielo”. Con noventa y nueve curvas, serpentea mágicamente por la montaña. Arribar a la cima requiere veinte minutos: es ahí donde está la célebre cueva de Tianmen… o “La puerta del cielo”. En la China se impone la carretera del túnel de Guoliang, en plena montaña de Taihang. Data de 1977 y tiene una longitud que apenas supera el kilómetro, cinco metros de alto y dos de ancho. Su apodo: “La ruta que no tolera errores”. La vuelta termina en Norteamérica. El Seven Mile Bridge se lleva los últimos flashes. Es una estructura arquitectónica descomunal: llega a unir la península de Florida con los cayos Largo, Islamorada, Marathon, Big Pine y Hueso. Es el puente de hormigón continuo más extenso del mundo. Ver para creer.