Paraíso para los fierreros
El Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo es considerado uno de los mejores del país. De hecho, no tiene nada que envidiarle a los más imponentes de Sudamérica...
Tras superar el portón de acceso Nº1 al predio del circuito, ubicado a orillas del Embalse Río Hondo -y a 6 cuadras del aeropuerto-, emerge un lujoso hotel cuatro estrellas (Termas Uno Hotel), cuya ubicación estratégica fue una de las condiciones impuestas por la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) antes de confirmar el desembarco del MotoGP en nuestro país, allá por el 2014.
Llegando a la pista, sobresale el moderno edificio que se eleva por encima de los boxes, y al cual se puede acceder por ascensor. Desde la terraza del mismo, se puede observar prácticamente el 70% del circuito.
También hay lugar para los más nostálgicos, ya que en un bloque contiguo funciona el museo, sitio donde se pueden fotografiar algunas joyitas como la Coupé Fuego utilizada por Juan María Traverso en el TC2000 o el Benetton Renault B196 de F-1 corrido por Jean Alesi y Gerhard Berger.
Además, los amantes de la simulación podrán sentirse pilotos y dar un par de vueltas en el trazado santiagueño, con la tecnología avanzada que brinda el microcine.
Sin dudas, el respaldo de la provincia de Santiago del Estero fue fundamental para la construcción de un autódromo que contrasta con la infraestructura del principal centro termal de Argentina.
Es que pese a los más de 250 hoteles, Termas colapsa con la llegada de los eventos deportivos más importantes. Y es por este último factor que el regreso de la Fórmula 1 al país, después de casi 20 años, parece muy lejano. Al menos en el trazado santiagueño, un paraíso terrenal para los amantes de los fierros.