“Esta temporada será difícil si continúa la crisis hídrica”
El intendente de Guaminí, Néstor Álvarez, se debate entre la necesidad de atender la urgencia (las inundaciones) y los objetivos a largo plazo (las obras de energía).
Juan Ignacio Schwerdt
Hay un elemento central que, por estos días, domina la escena en Guaminí: el agua. Hay miles de hectáreas inundadas o encharcadas, las lagunas del sistema de Las Encadenadas del Oeste están al límite y la red de caminos rurales está colapsada. “Hoy es el problema que nos desvela”, reconoce el intendente Néstor Álvarez.
Las obras hídricas básicas que necesita el distrito están en marcha o a punto de iniciarse -reconoce-, pero llevarán tiempo. Y el drama del agua es hoy.
“En los primeros cinco meses del año se completó la media anual de lluvias, que es de 900 milímetros. Hoy estamos al 115% o 120% de la media anual, lo que nos obliga a destinar equipos, personal, recursos y gestiones a resolver todos los problemas que genera el exceso de agua”, lamenta el jefe comunal.
-¿En qué situación están las obras hídricas que necesita el distrito?
-La obra madre, que es la reconstrucción del Partidor de Piñeyro, está a punto de arrancar. Ya se adjudicó y debe estar firmado el contrato, porque en la última reunión del Comité de Cuenca nos presentaron al inspector de obra. Además, hay una empresa subcontratista desmontando el ingreso al sector de la obra.
“Esta la obra clave, porque nos va a permitir controlar el principal ingreso de agua al sistema, que es el que se da desde las sierras. Si además logramos la clausura de los canales (clandestinos) que hay en Suárez, el sistema será mucho más estable”.
-¿Son tantos los canales clandestinos?
-Creemos que sí. Por eso logramos el compromiso del subsecretario de Infraestructura Hidráulica bonaerense, Rodrigo Silvosa, de que va a tomar cartas en el asunto si acercábamos pruebas de que existen. Desde esta semana estamos sobrevolando la zona cercana al río Sauce Corto con gente de Adolfo Alsina.
-El objetivo es claro: que no entre más agua…
-No, ya recibimos demasiada. -¿Y el agua que ya está? -Bueno, estamos en una etapa del año en que el suelo
120% Media anual. Unos 900 milímetros constituyen la media anual de lluvias de Guaminí. A esta altura del año ya precipitó en el distrito entre el 115% y el 120% de esa cantidad (entre 1.035 y 1.080mm).
no absorbe nada y venimos con muchos días nublados. Creo que la situación podría cambiar cuando lleguen los días largos y soleados de septiembre u octubre. Sobre todo, si se confirma que las lluvias de primavera van a estar dentro de lo normal.
"Las lagunas están al límite, y hemos pedido una serie de medidas a la Provincia para aliviarlas. La principal es que se ponga a punto el sistema de compuertas y bombas que hay en la ruta 65, entre Laguna Alsina y Cochicó. Para esto es clave la declaración del distrito en estado de emergencia hídrica a nivel provincial; le va a permitir a la Provincia hacer trabajos por hasta 1,5 millones de pesos sin licitar.
“También hay obras de defensa que no tienen que ver con Las Encadenadas y que deben hacerse ya. Hoy está llegando agua al distrito desde el oeste, lo que afecta a Garré y Bonifacio. Allí las napas están muy altas”.
-¿Cómo vislumbra el futuro del sector productivo en este contexto?
-Hoy ya tenemos un problema muy grande. No hay piso para sembrar la fina y la gruesa de la temporada pasada, que se levantó en un 85%, no se puede sacar de los campos. Los anegamientos de lotes y caminos son terribles. Hemos dispuesto algún beneficio para los productores, se declaró la emergencia provincial, estamos gestionando la nacional, y hemos pedido ayuda a Vialidad, pero nada alcanza.
-El problema pasa a tener una gravitación fuerte en la economía del distrito...
-Sí, porque se lleva puesto todo. El 70% de los campos de Guaminí pertenece a personas que viven en el distrito. Aquí hay productores, contratistas rurales y mucha gente que vive del campo. El sector rural es en serio el motor de la economía local. Creo que esta temporada será difícil si continúa la crisis hídrica".
-¿Qué objetivos quiere cumplir al terminar su mandato en 2019?
-Cuando gané mi primera elección mi promesa de campaña fue transformar al distrito desde lo productivo. Le hemos buscado la vuelta y la realidad es una sola: si no tenemos energía y gas, hablar de lo productivo es una mentira. Hoy, entonces, mi objetivo central es contar con gas natural y un buen abastecimiento de energía en todo el distrito. -Dejar lista la base... -Exacto. Si uno habla de darle valor agregado a la producción primaria para generar más industria y más em-
pleo, lo que necesita es energía y gas, algo que hoy no está resuelto.
-¿En qué instancia está la obra de gas?
-El tendido del gasoducto había arrancado en 2014 para el tramo Casey-Bonifacio, y estábamos buscando financiamiento para la segunda etapa Bonifacio-CochicóGuaminí. Cuando asumió esta gestión se frenó todo y aún no pudimos retomarla.
“Este año pedimos que la Provincia priorizara, en su plan para Guaminí, la continuidad de esta obra y las cloacas de Bonifacio. Cuando asumió el nuevo presidente de BAGSA me dijo que no iba a ser posible este año; acepté entonces trasladarla a 2018, pero con obras complementarias: llevar una boca al parque industrial de Bonifacio, otra a Cochicó y otra a la rotonda de Guaminí. Aceptaron”.
-¿Ya se licitó una parte del proyecto?
-Sí, la compra de 40,8 kilómetros de caños, y entre agosto y septiembre se licitaría la obra. El proyecto viene muy bien y los plazos que nos dijeron se están cumpliendo. En forma paralela, estamos tramitando una ampliación del gasoducto de Casbas. -¿Y la red eléctrica? -Con ese servicio tenemos un problema muy grave. Hoy tenemos 7Mw de generación distribuida con equipos electrógenos, lo que, a plata del año pasado, le costaba al Estado nacional unos 7 millones de pesos por mes.
-¿No existía un acuerdo firmado con la Nación para ejecutar la obra de energía?
-Sí. El proyecto preveía un tendido de 132kva desde la línea que va de Henderson a Suárez, con una estación en Guaminí. Antes de que se fuera el exministro Julio De Vido nos habían confirmado esta obra, que tenía un presupuesto de más de 200 millones de pesos, pero en 2015 cambió la administración, fui con el convenio legal firmado y ni me escucharon.
“Hoy estamos trabajando con la Provincia para hacer esta obra y estamos a punto de conseguir un crédito internacional. Esa es la gran diferencia que hoy yo veo entre la Provincia y la Nación; a nivel provincial, tengan la plata o no, le ponen ganas y gestión”.
-¿Qué otra obra le gustaría dejar terminada?
-Los desagües cloacales para Bonifacio. Cuesta 101 millones de pesos, y está a punto de ser licitada por el SPAR. Uno siempre quiere más, pero con este proyecto concretado y los de gas y energía, me sentiría más que satisfecho.