La mujer, ? un ser extraordinario?
Representantes del género femenino destacadas por su inteligencia y capacidad las hubo desde la época helenística. Cleopatra, reina de Egipto, fue dueña de un magnífico talento. A pesar de sus desvíos, cultivó las letras, protegió las ciencias, reeditó la famosa biblioteca de Alejandría y dominó siete idiomas. No era hermosa, pero sí atractiva para desatar la pasión de Julio César y Marco Antonio. Elizabeth Blackwell (1821-1910) fue la primera mujer que logró ejercer como médica. Después de ser rechazada en diez ocasiones, f ue admitida por la Universidad de Ginebra, Nueva York, y ejerció la ginecología hasta su jubilación, en 1907. Millicent Fawcett (1847-1929) consiguió que, en 1919, las mujeres mayores de treinta años pudieran votar por primera vez en el Reino Unido. Rosa de Luxemburgo, como consecuencia de la persecución contra los judíos, abandonó Polonia en 1898 y se refugió en Alemania. Por su inteligencia, enorme capacidad de trabajo y dominio de once idiomas, fue la dirigente del Partido Socialdemócrata y la creadora del Partido Comunista Alemán. En 1913, Coco Chanel se atrevió a eliminar el corset y a diseñar prendas tradicionalmente masculinas para vestir a sus congéneres, que adoptaron los confortables pantalones. Durante más de cuarenta y cinco años, Teresa de Calcuta se dedicó a la asistencia de pobres, enfermos, huérfanos y moribundos. Obtuvo el Premio Nobel de la Paz y, tras su muerte, fue beatificada. Apodada “la heroína del dolor”, Frida Khalo, víctima de un accidente a los dieciocho años, estuvo postrada por sus infinitas operaciones, pero comenzó a pintarse a sí misma adoptando formas y colores del surrealismo. Fue famosa por lo insólito de su obra, pero se transformó en un ícono del feminismo por sus inusuales relaciones, su atípico matrimonio con Diego Rivera, sus singulares atuendos y su vida poco convencional. La lista puede ser interminable, pero vayamos a la noticia última y fundamental. Un grupo de psicólogos de la Universidad de Stanford, en California, realizó una conferencia con varios oradores sobre la conexión mente-cuerpo a fin de relacionar el estrés con el malestar físico. El jefe de Psiquiatría de la institución afirmó que una de las mejores determinaciones que un hombre puede tomar por su salud es casarse con una mujer. A continuación, aseveró que la más eficaz decisión que una mujer puede tomar por su salud es cultivar una buena relación con sus amigas. El benéfico accionar femenino ayuda a fabricar serotonina, un neurotransmisor que combate la depresión y produce bienestar. Los hombres se conectan entre sí por sus actividades, como el trabajo, los autos o el fútbol, mientras que nosotras, las féminas, nos comunicamos con los sentimientos. Asegura el experto que las mujeres, al reunirnos, actuamos como hermanas, lo que resulta tan importante como practicar gimnasia. ¡ Ya no podrán decir que perdemos el tiempo cuando nos reunimos para compartir mates, cafecitos o alguna copita de licor! Tenemos nuestras rarezas y aunque, como asegura un amigo, “entender a una mujer es saber que ‘ nada’ es ‘ algo’, ‘ cinco minutos’ es ‘ una hora’, ‘ andate’ es ‘ quedate’ y ‘ hacé lo que quieras’ es un desafío, no un permiso”, venimos con un sello de intuición imbatible.
Elijo para el final una frase de Henry Miller: “Si nos decidimos por una realidad de grandeza, es una mujer quien nos tendrá que enseñar el * camino. La hegemonía del macho ha llegado a su fin. Ha perdido contacto con la tierra”.
“Un grupo de psicologos de la Universidad de Stanford concluyo que el benefico accionar femenino ayuda a fabricar serotonina, un neurotransmisor que combate la depresion y produce bienestar .