Como todos los años, BAphoto dejó su huella en el universo artístico.
En lo que fue una verdadera fiesta de la fotografía, repasamos las mejores instantáneas de la mano de los exponentes más talentosos.
La discusión sobre si las fotografías son ( ¿ o no son?) obras de arte parece apagarse como una vela. Pueden dar fe de ello cada uno de los representantes del género que se dieron cita en la última edición de BAphoto y el sinfín de entusiastas que la visitaron. Se trata de una de las ferias más importantes de Latinoamérica, con un objetivo bien concreto: promover el desarrollo de la fotografía dentro del campo artístico y poner en valor su producción tanto dentro como fuera de los límites de la Argentina. La decimotercera edición tuvo lugar en el predio porteño de La Rural, y fue presidida por Diego Costa Peuser y dirigida por Francisco Medail. Hubo varios platos fuertes: la presencia de la alemana Cándida Höfer, el homenaje a Frans van Riel (creador de la primera galería de arte del país, inaugurada con la presencia del presidente Marcelo T. de Alvear –que hoy sigue funcionando de la mano de su familia–), la sección Wunderkammer (con una exhaustiva selección de piezas antiguas) y los espacios Links Project ( que incluyó obras elegidas por Ariel Authier), Vi- deoproject (dedicado a la imagen en movimiento) y Photobook Tijuana (orientado a los fotolibros). Pero, sin duda, todas las miradas se las llevaron las casi cuarenta galerías, en las que brillaron los trabajos de Aldo de Sousa, Diego Obligado, Diego Ortiz Mugica, Gachi Prieto, Gabelich Contemporáneo y Nora Fisch, entre otros. “La fotografía es un arte. Al igual que la pintura que plasma luz y color sobre un lienzo, el fotógrafo también, pero sobre diferentes soportes”, sentencia Bernardo Domínguez. Sus colegas no pudieron estar más de acuerdo con él.