Bahía Basket anduvo un tiempo a gas y cambió cuando pasó a Súper
Venció a Quilmes, por 99 a 74, en el inicio de la temporada. Le costó engranar su juego. Los pasajes en que lo hizo dejó una muy buena imagen. El martes, visitante de Gimnasia en Comodoro.
Dos caras mostraron los jugadores y el propio público que acudió al Casanova, tal cual lo que generó este renovado Bahía Basket, que venció a Quilmes, por 99 a 74, en el debut del Súper 20.
El primer cuarto terminó 19-19, el primer tiempo 2727, el tercer cuarto 24-17 y el último, 29-11. Así fue la progresión, así fue el crecimiento del local.
Es que lo que genera un primer partido, con falta de juego, sobredosis de energía y necesidad de demostrar, estuvo de manifiesto desde el inicio.
Había que acostumbrarse a éste Bahía, en el que Fjellerup empezó siendo la primera opción hasta que se apresuró y fue al banco.
Los dos equipos iban y venían, corriendo más que pensando. Quilmes apostando a un juego abierto, sin hombres de espalda, aunque cargando convencido al rebote.
En el otro aro, la visita supo cortar el circuito ofensivo de Bahía, impidiendo que corran las ofensivas para un tiro del lado débil o, bien, dejando sin ángulo de pase para que ingrese la bola en la pintura. Todo muy parejo: 19-19.
Cuando Fjellerup puso primera y rompió generó juego, desestructurando la defensa cervecera. Fue el mejor momento del primer tiempo: 30-23.
Claro que enfrente, Quilmes ametralló a partir del ida y vuelta por la línea de fondo que repitió Ruiz, para dejar trabado en las cortinas a Materán y anotar de ¡3-4 de tres puntos! Así se escapó 36-33 la visita.
Bahía pareció empezar a lograr algo de lo que mejor hace, con Johnson (10 puntos) transitando más la pintura y atrayendo defensas, no obstante, se fueron al descanso largo sin ventajas: 46-46.
Si bien Ruiz dejó de ser un problema, porque se encargó de él Fjellerup, la rápida acumulación de faltas de Johnson dejó desprotegida la pintura. Y Basualdo lo aprovechó anotando 6 puntos consecutivos.
Así y todo, Iglesias tuvo controlado a Ricky Sánchez, Gerson se hizo más grande adentro y Bahía intentó correr, además de contar con los desequilibrios de Fjellerup cada vez que se lo propuso: 70-63.
La luz de ventaja se conjugó con dos triples de Pancho, con Parodi soltándole soga a su juego, con Gerson firme y con una mayor consistencia defensiva colectiva, generando que Bahía tuviera volumen de juego, corriendo y estampando un 14-0 (84-63) en 3m19 del último cuarto.
Ahora sí el público respiró más aliviado. Empezó a ver lo que realmente había ido a ver. Un equipo largo, con variantes y mucho por dar. ¡Ah! Y con Bordignon y Juampi Vaulet mirando desde afuera…
Igual, esto recién empieza…