“Hice la pasantía y ahora soy un empleado de planta permanente”
IIan Salamanca tiene 21 años, es técnico informático egresado del Instituto Técnico la Piedad, realizó una práctica profesionalizante en 2015 en este diario y actualmente continúa trabaNueva.” jando para “La
“Cuando surgió la posibilidad estaba muy contento, vinimos cuatro alumnos de La Piedad al diario, pasamos la etapa de entrevistas y terminé quedando. La práctica duró unos 5 meses y la responsabilidad que tenía era mínima, más que nada tenía que venir, cumplir horario y hacer las tareas que me asignaban mi jefe o mis compañeros. Cualquier cosa que no supiera hacer, me la explicaban, porque de la secundaria no salís sabiendo todo”, contó Ian.
“Cuando terminó la pasantía, terminé el colegio y empezaron mis vacaciones, pero al poco tiempo me lla- maron y me dijeron que me necesitaban para trabajar en el área de técnica y sistemas. Acepté, me efectivizaron y soy empleado fijo, haciendo las mismas funciones que los demás, aunque todavía en un grado junior. Paralelamente sigo estudiando Ciencias de la Computación en una universidad a distancia”, agregó.
“Para mí, la posibilidad de hacer una pasantía es exce- lente. Por un lado, en la escuela nadie te presiona ni te ilusiona con que quedes trabajando en la empresa a la que vas. Y por otro, aun si no hubiera quedado como empleado fijo, me habría encantado hacerla, porque si el día de mañana querés buscar trabajo, ya tenés experiencia laboral para tu currículum”, concluyó.
“Es la práctica de lo que aprenden, de lo que tienen que saber hacer según el título con el que egresan. El marco es muy riguroso, se requieren convenios, proyectar las actividades que realizarán los alumnos y además los profesores de prácticas los acompañan. En Bahía Blanca se trabaja con muchas empresas y organismos, hay tantos alumnos de rubros como electromecánica, informática, automotor, maestro mayor de obras, química, administración, etcétera, que una sola empresa no podría absorberlos a todos”, agregó.
Sobre la labor que realizan los alumnos de escuelas técnicas hace tres años en la ciudad, Petris aclaró que los mismos “no tienen responsabilidad, los responsables son el profesor, el coordinador y el dueño de la empresa que permite el ingreso de los alumnos. Se trabaja en talleres, plantas, laboratorios, obviamente está todo cubierto por el seguro escolar”.