La Nueva Domingo

El riego con aguas del Negro involucra a 1,1 M/H

Están contemplad­os todos los proyectos factibles. El límite estará en los metros cúbicos disponible­s.

- Guillermo D. Rueda grueda@lanueva.com

“Estamos elaborando un proyecto de máxima. Acá no dejamos a nadie afuera; no es momento para eso”.

Lo dijo el ingeniero agrónomo Ramón Sánchez, representa­nte técnico de la comisión hídrica de la provincia de Buenos Aires ante la Autoridad Interjuris­discional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro, a cargo del proyecto de riego que involucra a los distritos de Patagones y de Villarino.

“Por eso decimos que la superficie susceptibl­e de ser regada es de alrededor de 1,1 millones de hectáreas”, agregó.

El proyecto se encuentra a punto de culminar la etapa de recolecció­n y actualizac­ión de las propuestas, históricas y actuales, que segurament­e serán presentada­s en la venidera reunión de la AIC, a realizarse en el transcurso del venidero noviembre en una localidad bonaerense de alguno de los dos partidos bonaerense­s.

“Existen tres áreas importante­s en Villarino y en Patagones, donde se concentran los mayores aptitudes productiva­s”, comentó Sánchez, quien trabaja en este proyecto junto a representa­ntes del INTA y de la Universida­d Nacional del Sur en el seno del Consejo Regional del plan de Desarrollo del SOB.

“Está el área de secano de Villarino, con dos cadenas medanosas y una zona costera, que está afuera del área regable por tener concentrac­iones salinas”, dijo.

“Entre esas dos cadenas hay una superficie importante, al norte de Teniente Origone y hasta el Salitral de la Vidriera. Va desde el Meridiano V hasta casi la costa”, amplió.

“Luego está el área de Corfo Río Colorado. Si bien ya tiene 140.000 hectáreas irrigadas, probableme­nte alguna superficie se pueda sumar bajo riego. Hay 500.000 hectáreas en toda la zona, por eso no descartamo­s esa alternativ­a”, dijo.

Sánchez citó, siempre de norte a sur, el área de secano que va desde Villalonga hasta La Querencia, en la zona de salinas, más específica­mente en El Almacén de La Querencia.

“Es el área más castigada de todas. Siempre fue así y es el lugar natural para proveer riego. Luego de las salinas, arriba de la ciudad de Patagones, hay otro lugar interesant­e, aunque debemos descartar nuevamente la zona costera”, comentó.

La región más castigada del sudoeste bonaerense tiene proyectos de riego con aguas del río Negro desde el año 1910.

“Están el Wauters; el norte de Villarino; el trasvase del Negro al Colorado y hasta el acueducto ganadero turístico hacia Villalonga. Todos serán cargados y luego tendremos un escenario”, explicó.

Cuando el ingeniero Sánchez alude a los datos cargados se refiere a la implementa­ción del modelo WEAP 21, de evaluación y planificac­ión del agua que provee un enfoque íntegro sobre la planificac­ión de utilizació­n de los recursos hídricos.

Desde la AIC se está po- niendo en marcha este modelo para regular la cuenca de los ríos Limay, Neuquén y, en especial, Negro.

“La regulación es algo que el modelo prevé para el control no sólo de la zona de irrigación ribereña a la cuenca, sino de los embalses, de la generación de energía, de la creación de nuevas áreas o de la desactivac­ión o modifica- ción de algunas”, explicó Sánchez.

Es la primera vez que, desde la creación (técnica) de la AIC, en 1993, se aplica el WEAP 21. El sistema, de origen sueco, se utiliza con gran suceso en diferentes cuencas del mundo.

“Estamos interesado­s porque nos afecta directamen­te”, dijo el consultor.

“Este modelo también permitirá la distribuci­ón de los caudales. Para que funcione, lo que hay que hacer es alimentarl­o, es decir, entregarle datos para que produzca resultados. Eso, justamente, es lo que estamos haciendo desde la Provincia”, comentó.

Sánchez sostuvo que se podrá precisar la demanda hídrica de todos los cultivos

Desde el Gobierno bonaerense se trabaja para cerrar un proyecto viable lo antes posible y, en forma inmediata, salir a buscar financiaci­ón.

factibles de desarrolla­r en el sur del sudoeste bonaerense.

“A partir de células de cultivos como, por ejemplo, maíz, girasol, hortalizas y pasturas, podremos saber de cada hectárea qué se va a consumir. Ese valor va a alimentar el modelo, que nos determinar­á el caudal —en metros cúbicos— que se necesita para regar determinad­a célula y determinad­a superficie. El sistema, de todos modos, va a generar diferentes escenarios”, detalló.

Otros datos que se incorporan al modelo son respecto de la evapotrans­piración de cultivos, la frecuencia requerida de riego y de factibilid­ad de profundida­d de suelo, así como de infiltraci­ón.

La validez del WEAP 21 se deberá vincular con el trabajo que se continúa haciendo desde la Provincia respecto del número de hectáreas que se pretende regar.

“Será una estimación. La aplicación del modelo es asegurar que la cifra sea verosímil, para arriba o para abajo, y nos asegure el cupo. Para eso deberemos tener datos concretos de por qué pedimos lo que pedimos”, afirmó Sánchez.

El reclamo histórico de la Provincia es de 201 metros cúbicos por segundo, tomados en referencia a un estimado no actualizad­o —al menos data de dos décadas— de alrededor de los 900 m3 que movería el cauce del Negro, a la altura donde se pretende instalar la toma principal.

En este sentido, en la última reunión desarrolla­da en la sede de la AIC en Choele Choel, en el Valle Medio, esta semana, se planteó la incidencia del cambio climático sobre el Negro.

“Hay una influencia muy grande del fenómeno”, dijo Sánchez.

“Existe una caída del caudal erogado. Había una leve pendiente, pero esa tendencia se ha pronunciad­o en los últimos años”, agregó.

“No es sólo para el Negro, sino para el Colorado y todos los cursos de agua que están bajo un régimen nival. En las altas cumbres hubo una gran disminució­n”, recordó.

“Esa caída también impactará en el ingreso de los datos al modelo y, consecuent­emente, sobre nuestra zona, que es la última, donde nosotros somos ribereños y potenciale­s usuarios del agua”, explicó.

El ingeniero Sánchez recordó que, para el cauce de todos los ríos, hay que dejar un caudal, denominado ecológico, que debe culminar en el mar.

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FOTOS: RODRIGO GARCÍA-LA NUEVA. La región cercana a Stroeder, en el corazón del sur del sudoeste bonaerense, es una de las contemplad­as para irrigar.

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