El riego con aguas del Negro involucra a 1,1 M/H
Están contemplados todos los proyectos factibles. El límite estará en los metros cúbicos disponibles.
“Estamos elaborando un proyecto de máxima. Acá no dejamos a nadie afuera; no es momento para eso”.
Lo dijo el ingeniero agrónomo Ramón Sánchez, representante técnico de la comisión hídrica de la provincia de Buenos Aires ante la Autoridad Interjurisdiscional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro, a cargo del proyecto de riego que involucra a los distritos de Patagones y de Villarino.
“Por eso decimos que la superficie susceptible de ser regada es de alrededor de 1,1 millones de hectáreas”, agregó.
El proyecto se encuentra a punto de culminar la etapa de recolección y actualización de las propuestas, históricas y actuales, que seguramente serán presentadas en la venidera reunión de la AIC, a realizarse en el transcurso del venidero noviembre en una localidad bonaerense de alguno de los dos partidos bonaerenses.
“Existen tres áreas importantes en Villarino y en Patagones, donde se concentran los mayores aptitudes productivas”, comentó Sánchez, quien trabaja en este proyecto junto a representantes del INTA y de la Universidad Nacional del Sur en el seno del Consejo Regional del plan de Desarrollo del SOB.
“Está el área de secano de Villarino, con dos cadenas medanosas y una zona costera, que está afuera del área regable por tener concentraciones salinas”, dijo.
“Entre esas dos cadenas hay una superficie importante, al norte de Teniente Origone y hasta el Salitral de la Vidriera. Va desde el Meridiano V hasta casi la costa”, amplió.
“Luego está el área de Corfo Río Colorado. Si bien ya tiene 140.000 hectáreas irrigadas, probablemente alguna superficie se pueda sumar bajo riego. Hay 500.000 hectáreas en toda la zona, por eso no descartamos esa alternativa”, dijo.
Sánchez citó, siempre de norte a sur, el área de secano que va desde Villalonga hasta La Querencia, en la zona de salinas, más específicamente en El Almacén de La Querencia.
“Es el área más castigada de todas. Siempre fue así y es el lugar natural para proveer riego. Luego de las salinas, arriba de la ciudad de Patagones, hay otro lugar interesante, aunque debemos descartar nuevamente la zona costera”, comentó.
La región más castigada del sudoeste bonaerense tiene proyectos de riego con aguas del río Negro desde el año 1910.
“Están el Wauters; el norte de Villarino; el trasvase del Negro al Colorado y hasta el acueducto ganadero turístico hacia Villalonga. Todos serán cargados y luego tendremos un escenario”, explicó.
Cuando el ingeniero Sánchez alude a los datos cargados se refiere a la implementación del modelo WEAP 21, de evaluación y planificación del agua que provee un enfoque íntegro sobre la planificación de utilización de los recursos hídricos.
Desde la AIC se está po- niendo en marcha este modelo para regular la cuenca de los ríos Limay, Neuquén y, en especial, Negro.
“La regulación es algo que el modelo prevé para el control no sólo de la zona de irrigación ribereña a la cuenca, sino de los embalses, de la generación de energía, de la creación de nuevas áreas o de la desactivación o modifica- ción de algunas”, explicó Sánchez.
Es la primera vez que, desde la creación (técnica) de la AIC, en 1993, se aplica el WEAP 21. El sistema, de origen sueco, se utiliza con gran suceso en diferentes cuencas del mundo.
“Estamos interesados porque nos afecta directamente”, dijo el consultor.
“Este modelo también permitirá la distribución de los caudales. Para que funcione, lo que hay que hacer es alimentarlo, es decir, entregarle datos para que produzca resultados. Eso, justamente, es lo que estamos haciendo desde la Provincia”, comentó.
Sánchez sostuvo que se podrá precisar la demanda hídrica de todos los cultivos
Desde el Gobierno bonaerense se trabaja para cerrar un proyecto viable lo antes posible y, en forma inmediata, salir a buscar financiación.
factibles de desarrollar en el sur del sudoeste bonaerense.
“A partir de células de cultivos como, por ejemplo, maíz, girasol, hortalizas y pasturas, podremos saber de cada hectárea qué se va a consumir. Ese valor va a alimentar el modelo, que nos determinará el caudal —en metros cúbicos— que se necesita para regar determinada célula y determinada superficie. El sistema, de todos modos, va a generar diferentes escenarios”, detalló.
Otros datos que se incorporan al modelo son respecto de la evapotranspiración de cultivos, la frecuencia requerida de riego y de factibilidad de profundidad de suelo, así como de infiltración.
La validez del WEAP 21 se deberá vincular con el trabajo que se continúa haciendo desde la Provincia respecto del número de hectáreas que se pretende regar.
“Será una estimación. La aplicación del modelo es asegurar que la cifra sea verosímil, para arriba o para abajo, y nos asegure el cupo. Para eso deberemos tener datos concretos de por qué pedimos lo que pedimos”, afirmó Sánchez.
El reclamo histórico de la Provincia es de 201 metros cúbicos por segundo, tomados en referencia a un estimado no actualizado —al menos data de dos décadas— de alrededor de los 900 m3 que movería el cauce del Negro, a la altura donde se pretende instalar la toma principal.
En este sentido, en la última reunión desarrollada en la sede de la AIC en Choele Choel, en el Valle Medio, esta semana, se planteó la incidencia del cambio climático sobre el Negro.
“Hay una influencia muy grande del fenómeno”, dijo Sánchez.
“Existe una caída del caudal erogado. Había una leve pendiente, pero esa tendencia se ha pronunciado en los últimos años”, agregó.
“No es sólo para el Negro, sino para el Colorado y todos los cursos de agua que están bajo un régimen nival. En las altas cumbres hubo una gran disminución”, recordó.
“Esa caída también impactará en el ingreso de los datos al modelo y, consecuentemente, sobre nuestra zona, que es la última, donde nosotros somos ribereños y potenciales usuarios del agua”, explicó.
El ingeniero Sánchez recordó que, para el cauce de todos los ríos, hay que dejar un caudal, denominado ecológico, que debe culminar en el mar.