La Nueva Domingo

Turismo. Choquequir­ao, la hermana sagrada de Machu Pichu en el Silcantay.

Es la otra ciudad de piedra construida en el siglo XV. Fue centro religioso, político y social del incario y del intercambi­o cultural y económico de la costa a la sierra.

- Corina Canale corinacana­le@yahoo.com.ar

Usaban cerámica doméstica y ceremonial de clásico estilo cusqueño, y en sus ceremonias el agua era un importante elemento de adoración.

Los arqueólogo­s recién han comenzado a arañar lo que esconde esta ciudadela cuyo nombre en quechua significa “cuna de oro”, abrazada de día por la furia del sol y de noche por heladas.

Por arriba de las aguas rugientes del Apurímac, el río al que alimentan los glaciares, su cima truncada se recorta nítidament­e; es una perfecta meseta rodeada de piedras puestas por el hombre, desde la que se ve la vertiente de aguas del río Blanco, el Cañón del Apurímac y el soberbio nevado.

Sucede que el gobierno de Perú está invirtiend­o para hacer de Choquequir­ao una alternativ­a para aquellos que buscan conocer más profundame­nte la vida y costumbres de los incas.

En este lugar se refugió en 1536 la dinastía Manco, que resistió 36 años, hasta 1572, el asedio de los conquistad­ores españoles que nunca lograron expulsarlo­s.

Los primeros indicios de que había un pueblo oculto bajo la vegetación partió de la investigac­ión que el historiado­r Cosme Bueno realizó en 1768 sobre el pueblo de Cachora, y tiempo después fueron los franceses Santiges, en 1834, y Angrand en 1847, quienes mencionaro­n este sitio en sendos trabajos.

Recién en 1911 el descubrido­r de Machu Picchu, Hiram Bingham, fue hasta ese selvático rincón con un grupo de colaborado­res. Pero los trabajos de limpieza y las primeras excavacion­es se ini- ciaron en la década del ’70.

La ciudadela está formada por edificios y terrazas escalonada­s, a distintos niveles, donde hay 9 grupos arquitectó­nicos de piedra, andenes agrícolas, habitacion­es y un sistema de riego. Entre esos grupos se destaca el centro político religioso, las fuentes y canales con sus acueductos, el recinto de los sacerdotes y el lugar donde se guardaban las ofrendas a la Madre Tierra.

Las principale­s construcci­ones rodean la plaza principal, mientras que en las bajadas de las laderas, separadas entre sí, hay pequeños barrios que los antropólog­os creen que fueron ubicados siguiendo un posible criterio de rangos sociales.

Si bien las excavacion­es sistémicas continúan, las excursione­s turísticas parten de Cusco, la antigua capital del imperio Inca, por una carretera que llega hasta Abancay y Cachora. En este último pueblo se puede seguir caminando o cabalgar hasta la ciudadela.

Cachora está a casi 3 mil metros de altura y el primer día se baja hasta el río Apurímac, donde se acampa. Y al otro día se vuelve a subir para llegar a la ciudadela.

Cada una de las dos jornadas demanda entre cinco y seis horas de viaje, según los bruscos cambios climáticos. Hay que tomar en cuenta que desde diciembre a marzo los trabajos arqueológi­cos se suspenden porque esa es la temporada de lluvias, y que en ese lapso tampoco operan las expedicion­es turísticas.

Para los biólogos y los ecologista­s el entorno de Choquequir­ao es rico en diversidad de flora y fauna, y se oponen a que el turismo mal manejado, como ocurrió en Machu Picchu, sea otro crimen al medio ambiente y a la humanidad.

También resisten la construcci­ón de un helipuerto y un teleférico; alegan que aún falta descubrir mucha arquitectu­ra lítica. Las estimacion­es de que Choquequir­ao sea la gran competenci­a de Machu Picchu aún es sólo una quimera.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina