La Nueva Domingo

Un estudio proyecta las caracterís­ticas que tendrá Bahía en 2050

POBLACIÓN Y DESARROLLO A MEDIADOS DE SIGLO

- Por Sergio Prieta sprieta@lanueva.com

Especialis­tas de la consultora IDOM realizaron un detallado informe para saber cómo será nuestra ciudad dentro de 33 años. El dato más llamativo es que Bahía Blanca no se convertirá en un conglomera­do como Rosario, Córdoba o localidade­s del conurbano bonaerense. Se estima que de los 307.000 habitantes actuales se pasará a 315.000 en 2030 y ape- nas 323.000 en 2050. Además, el estudio propone la creación de planes de vivienda y de políticas de movilidad de suelos que permitan aprovechar las 737 hectáreas que hoy están ociosas. Otra de las sugerencia­s de IDOM es la creación 9 centros comerciale­s en diferentes zonas, unidos por un rediseño de los recorrios del transporte público.

Imaginar cómo será Bahía Blanca dentro de 33 años puede resultar una tarea difícil de emprender. Y mucho más teniendo en cuenta que los sucesivos gobiernos deben pasar la mayor parte del tiempo haciendo frente a las urgencias del día a día.

Sin embargo, especialis­tas de la consultora IDOM, contratada por la Dirección Nacional de Preinversi­ón Municipal (DINAPREM) dependient­e del Ministerio del Interior de la Nación, realizaron un estudio para saber cómo será Bahía Blanca en 2050 y plantearon diferentes posibilida­des.

Seguir creciendo de manera descontrol­ada como sucedió en la última década o apelar a una intervenci­ón del Estado Municipal para corregir imperfecci­ones en el planeamien­to urbano y darle una mejor calidad de vida a los bahienses del futuro. Ese es el dilema.

Y si bien el informe no responde si los baches seguirán siendo un problema o si habrá 6.000 o más calles de tierra como ocurre en la actualidad, aporta varias aristas que permiten imaginar a la Bahía de mediados de siglo XXI.

El dato más llamativo (y alivio para muchos) es que Bahía no se convertirá en un conglomera­do como Rosario, Córdoba o localidade­s del Conurbano Bonaerense. IDOM estima que de 307 mil habitantes actuales pasará a ser una ciudad con 315 mil personas en 2030 y apenas 323 mil en 2050.

De acuerdo con esas cifras, habrá apenas 16.000 personas más en los próximos 33 años, lo que arroja un crecimient­o promedio de casi 500 nuevos bahienses por año.

Para entonces, se estima que Argentina llegará a los 54 millones de habitantes y la Provincia de Buenos Aires, a los 21 millones.

La cantidad de gente que vivirá en nuestra ciudad surge de distintas fuentes, entre las que destacan tres estudios del INDEC (Proyección para Argentina al año 2050, para la Provincia de Buenos Aires en 2040 y para Bahía Blanca y Coronel Rosales en 2025) y estadístic­as de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y su informe de proyección para Argentina al año 2100.

“Dado que estas estimacion­es de población presentan un importante margen de incertidum­bre, asociado a procesos económicos, migratorio­s, no deben interpreta­rse como datos exactos sino como lo que son: estimacion­es”, aclaran desde la consultora.

En base a la cantidad de personas que habrá en 2050, y teniendo en cuenta el défi- cit de 14.000 viviendas de la actualidad y otras cifras referidas al crecimient­o del territorio, se proyectó que en los próximos 33 años se necesitará­n 6.100 nuevas casas.

Y una de las claves del futuro (aunque parezca extraño) será saber de qué forma y en qué lugares de las 14.0000 hectáreas que ocupa Bahía se radicarán esas viviendas.

El estudio denomina a ese espacio “Huella Urbana” y afirma que en suelo bahiense --y según las normativas vigentes-- podrían vivir un total de 1.228.000 habitantes.

Eso demuestra que los bahienses vivimos dispersos, que ocupamos el territorio de manera deficiente, que trasladarn­os es más caro y hacemos un mal uso energético. Y, por sobre todas las cosas, para tener servicios púbicos, el Estado debe gastar más dinero.

Tierras ociosas, el gran bache en el crecimient­o

Uno de los mayores problemas detectados en el estu- dio es la enorme cantidad de tierras ociosas en el ejido urbano. Según el IDOM, hay 737 hectáreas de vacíos urbanos, entre los que se cuentan macizos de privados y estatales.

Para tomar dimensión del problema alcanza con hacer un cálculo. Si ese suelo se pudiera destinar a viviendas, alcanzaría para crear unos 37.000 lotes de 10 metros de frente por 20 de fondo.

Además se contabiliz­an otras 77 hectáreas de tierras ferroviari­as a las que el estudio propone convertir en áreas verdes con la instalació­n de ciclovías y mobiliario urbano.

Bahía está entre las 10 ciudades de mayores vacíos urbanos del país y una de las consecuenc­ias directas es que la radicación de las nuevas viviendas en la última década ha ido hacia la periferia, encarecien­do el costo de vida para los vecinos y los costos de llevar los servicios básicos para el Estado Municipal.

“Esta situación hace que las nuevas construcci­ones se sitúen más allá de los predios ociosos, fomentando la creación de una Huella Urbana discontinu­a. El crecimient­o en núcleos suburbanos como Barrio Parque Patagonia valoriza los predios cercanos, convirtien­do las prácticas especulati­vas en un círculo vicioso”, se indica en el estudio.

Como conclusión se puede afirmar que la densidad poblaciona­l de Bahía es de apenas 24 habitantes por kilómetro cuadrado, la cifra más baja de la historia local.

El estudio también afirma que parte del nuevo crecimient­o urbano se ha localizado en áreas con menor valor, “generalmen­te suelos menos aptos en la periferia ya que la oferta de tierras existentes está dirigida a los sectores más pudientes de la sociedad, mientras que existe un déficit habitacion­al para las clases bajas”.

Una de las consecuenc­ias de lo difícil que resulta acceder a la tierra para las clases medias y bajas es la existencia de 32 asentamien­tos distribuid­os en diferentes puntos de la ciudad y en los que se calcula que habitan unas 10.500 personas.

La mayoría surgió en los últimos 30 años mediante la usurpación de esos terrenos y, en la actualidad, no cuentan con servicios básicos u obras de infraestru­ctura.

“En estas últimas décadas, el crecimient­o de la huella urbana es muy superior al

crecimient­o poblaciona­l. Esto se debe al aumento de las áreas suburbanas rodeadas de zonas verdes y zonas residencia­les de baja densidad”, destaca el estudio.

También mencionan los “problemas” que generó el Plan Procrear, implantado en el 2012. “Ha hecho subir los precios del suelo con beneficios para los créditos, sin

Un problema serio es la cantidad de suelo sin ocupación en el ejido urbano. Buscar una ciudad compacta es la meta.

neficios para los créditos, sin embargo los beneficiar­ios no encuentran terrenos en el mercado que cumplan las condicione­s del plan”, afirman.

“Este aumento de los precios del suelo hace que la ciudad se configure según la capacidad económica de los estratos sociales: las clases medias y altas se ubican en suelos sin riesgo de inundación, rodeados de zonas verdes y servidos con infraestru­cturas”.

En cambio, “la población de clase baja se localiza en los suelos más económicos, alejados de los servicios y equipamien­tos y en suelos vulnerable­s”, afirman.

A modo de conclusión se afirma que en la actualidad, los vacíos urbanos y los suelos sin uso como los de la red ferroviari­a, suponen una barrera que genera problemas de circulació­n y espacios degradados, además de una ciudad desarticul­ada, segregada, dispersa y poco eficiente.

Qué podría pasar en el futuro cercano

El estudio también hace una estimación de cuál será la Huella Urbana, es decir, hacia dónde crecerá la ciudad y en qué sectores se radicarán las nuevas viviendas en caso de que no haya intervenci­ones.

Estiman que de no haber intervenci­ón estatal se superarán cómodament­e las 15.000 hectáreas con facilidad y que eso acarreará mayores problemas a los actuales.

En un escenario “descontrol­ado”, las nuevas viviendas de clase media y alta se instalan en tierras de la periferia y se da una expansión similar a la actual: pocas casas en amplios terrenos, servicios públicos escasos y caros, y un elevado costo de vida

n el caso de las familias de menores recursos el problema es más agudo, ya que los nuevos desarrollo­s de viviendas sociales y principalm­ente los nuevos asentamien­tos informales, se ubican en zonas desprovist­as de equipamien­tos, lejanas a las fuentes laborales, con déficit de áreas verdes y problemas de conectivid­ad con el transporte público.

De esa forma aumenta la brecha entre las zonas consolidad­as y las nuevas, aumentando también los precios de suelo y la dificultad de acceder a viviendas en sectores con mayores grados de equidad urbana.

En el escenario óptimo la ciudad se hace más compacta, ocupa menos espacios, el Estado tiene menos dificultad­es para llevar asfalto o la infraestru­ctura.

Para ello se propone la creación de planes de vivienda integral, de políticas de movilidad de suelos que permitan desarrolla­r las más de 700 hectáreas ociosas, entre otras.

La creación de pequeños centros comerciale­s

Otra de las propuestas de IDOM es la creación 9 centros comerciale­s en diferentes zonas de la ciudad que le permitan a los vecinos no tener que llegar hasta lo que hoy es el centro para realizar trámites.

El microcentr­o se mantendría como la principal centralida­d. Se proponen cambios en algunas calles para cederlas al transporte no motorizado y peatones, y convertirl­as en ejes cívicos.

También la creación de pequeños centros comerciale­s en cercanías a la terminal de ómnibus, zona de la Delegación Norte y barrios Latino y Los Almendros, Cerri, White y otra denominada Comercial Norte, en cercanías al barrio Patagonia y unida a través de avenida Cabrera-Sarmiento.

Diversas fuentes municipale­s comentaron que una futura reforma del Código de Planeamien­to Urbano anunciada por el intendente Héctor Gay en abril pasado le dará el marco legal a la creación de esos espacios “céntricos” en los barrios.

Esas nuevas centralida­des estarían unidas entre sí por un rediseño de los recorridos del transporte público, una red de ciclovías y calles jerarquiza­das para generar un tránsito eficiente, además de la instalació­n del tan mentado tren urbano que nunca llegó a concretars­e.

Por el momento solo se puede afirmar que la Bahía de 2050 no será cosmopolit­a ni se convertirá en un centro urbano superpobla­do. Segurament­e el viento siga siendo un protagonis­ta diario y el “pero” se use para terminar una frase.

El gran desafío bahiense para mediados de siglo será el de achicar las brechas sociales y tapar los baches que dejó la especulaci­ón inmobiliar­ia con el paso de los años.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ?? ARCHIVO LA NUEVA. ??
ARCHIVO LA NUEVA.
 ??  ?? Los especialis­tas dieron sus puntos de vista
Los especialis­tas dieron sus puntos de vista

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina