El Ballet del Sur y el éxito de una obra consagrada
Se realizaron tres presentaciones de “El lago de los Cisnes”, bajo la dirección del maestro Ricardo Alfonso.
La pieza original en que Ricardo Alfonso basa la versión de
El lago de los Cisnes presentada entre jueves y
ayer por el Ballet del Sur es la creada por Marius Petipa y Leon Ivanov sobre partitura de Peter Tchaikovsky y fue estrenada en 1895, en San Petersburgo. Casi 20 años antes, una puesta similar había sido mostrada al público ruso que la rechazó duramente.
Desde su aparición triunfal, el trabajo de los mencionados coreógrafos apoyado en la magnífica música ha colmado teatros. Con su pura técnica clásica, su concepción romántica y presentando diferentes finales (trágico o feliz), Lago recorre el mundo.
A poco de iniciar su destino exitoso comenzó a formar parte del repertorio univer- sal entre los denominados “ballets blancos”.
El acto más interpretado entre los cuatro que conforman la obra completa ha sido el segundo, que transcurre en las inmediaciones del lago y en el que participan las doncellas cisne con su tutu blanco y con plumas abrazando ambos lados de su rostro.
El primero y tercer acto se desarrollan en ámbitos mundanos y luminosos; personajes de la vida real ejecutan danzas brillantes y teatralizan escenas coloridas y sugerentes.
El Ballet del Sur presentó la obra completa en tres funciones efectuadas en el Teatro Municipal los días 9, 10 y 11. El presente comentario corresponde al día jueves 9. Para destacar
En un clima escénico muy logrado, al que contribuía el brillo de un vestuario bellísimo, encontramos:
Muy acertado el cuerpo de baile en la danza cortesana. El Pas de quatre, interpreta- do por Mariana Basualdo, Sayoko Hirano, Guillermina Loffredo y Daniela Domínguez mostró precisión en su vertiginoso desarrollo.
Manuel Martínez, expresivo en el solo del primer acto y constante en su prestancia principesca. La excelente bailarina Carolina Basualdo compuso una Odette coincidente con la altura de su reconocida calidad artística. Segura, doliente y sobre todo, muy femenina.
Odile, la contrafigura interpretada por Antonella Silva, imprimió a su maléfico personaje toda la fuerza ex- presiva y técnica que requiere.
Manuel Martínez en Sigfrido, partenaire de ambas, abundó en limpieza técnica y dominio. Excelentes las Princesas y todas las danzas de diferentes países.
Andrea Petrini impactó en su baile de Czarda. Las doncellas-cisne muy aplaudidas por una impecable actuación.
Una vez más se comprobó el destacado trabajo de los talleres de los Organismos Artísticos del Sur (Escenografía, Utilería, Sastrería y Ropería, Peluquería y Maquillaje, Zapatería).
En cuanto a la iluminación: debería tratar de conseguirse un mayor realce de los diferentes planos, especialmente en las proximidades del telón de fondo. Bien logrado el efecto acuático en el lago.
También fue muy buena la labor de la Orquesta Sinfónica Provincial bajo batuta del maestro Javier Logioia Orbe, cuya eficacia como director musical de ballet es bien conocida. Sostén del lirismo argumental y un dramatismo con brillo sinfónico fueron la característica del marco sonoro.
Las tres funciones en el Teatro Municipal se realizaron a sala llena, ratificando la comunión entre el público bahiense y un género con muy buenos exponentes locales.