La Nueva Domingo

Narcotráfi­co: Asuntos Internos investiga en Bahía el nexo policial

- Redacción La Nueva. info@lanueva.com

El auditor general de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad provincial confirmó que una comisión ad hoc investiga una posible conexión entre policías y narcotráfi­co en nuestra ciudad y la región.

Durante una entrevista exclusiva con “La Nueva.”, Guillermo Berra reconoció que “me decían que había mucha connivenci­a policial y servicios, que todos miraban para otro lado y era un mal que arreciaba”.

En los últimos dos años, Asuntos Internos sumarió por distintos hechos a 420 uniformado­s de esta zona, 159 de los cuales fueron apartados; 23 exonerados; 50 suspendido­s y 13 detenidos. Y a 8 los investigan por su patrimonio.

Las sospechas sobre complicida­d de policías de Bahía y la zona con narcotrafi­cantes generaron que la Auditoría General de Asuntos Internos (AGAI) se enfocara en una investigac­ión para determinar si están involucrad­os en el delito de comerciali­zación de estupefaci­entes.

Una de las principale­s acciones a cargo del organismo dependient­e del Ministerio de Seguridad bonaerense fue la creación de una comisión ad hoc, integrada por cuatro instructor­es de Asuntos Internos oriundos de nuestra ciudad y la región.

El auditor general Guillermo Christian Berra, durante una entrevista exclusiva con Nueva.”,

“La aseguró que en sus viajes a esta ciudad familiares de víctimas de la insegurida­d le plantearon la cuestión de la aparente connivenci­a policial con delincuent­es dedicados a la venta de droga.

“Todos me planteaban el flagelo de la droga como un tema medular en la zona, porque muchos delitos tienen conexión con esa problemáti­ca. Me decían que había mucha connivenci­a policial y permisos, que todos miraban para otro lado y era un mal que arreciaba. No me hablaban de extorsión”, sentenció Berra.

A raíz de esa situación, el funcionari­o ordenó la realizació­n de procedimie­ntos en Bahía y el ente a su cargo efectuó investigac­iones vinculadas, por ejemplo, con el operativo Bobinas Blancas desarrolla­do en esta ciudad, donde en junio se secuestró casi una tonelada y media de cocaína oculta en rollos de acero.

En ese sentido, el abogado de 49 años hizo referencia a los sumarios administra­tivos abiertos al subcomisar­io Alberto Luis González, los oficiales principale­s José Luis Galarza y Javier Eduardo Urbano y al capitán Alberto Rosamel Dodero, acusados por el fiscal federal Antonio Castaño de encubrir a Juan Ignacio Suris cuando, al parecer, lideró una supuesta banda narco en la ciudad.

Paralelame­nte a la instrucció­n judicial, Asuntos Internos investigó a los funcionari­os policiales nombrados y el 9 de diciembre de 2015 exoneró a Galarza, Urbano y González, mientras que a Dodero lo suspendió por 60 días.

“La aplicación de sanciones la hizo la gestión pasada y nosotros confirmamo­s los recursos de las exoneracio­nes”, detalló.

Otro de los agentes locales investigad­os por la dependenci­a del ministerio de Seguridad es el subcomisar­io Gustavo David Cheppi, actualment­e al frente de la comisaría de Punta Alta y a quien el doctor Castaño también imputó por presunta protección a Suris.

“Le abrimos un sumario por (presunta) connivenci­a con delincuent­es para perpetrar eventos criminales vinculados con el grupo del cual participab­a Suris, pero no estuvo involucrad­o en esa causa”, aseveró Berra.

Al teniente primero Walter José Schell también se lo investiga por una posible vinculació­n con narcotrafi­cantes de esta zona, de acuerdo con lo informado por el auditor general con rango de subsecreta­rio.

Para Berra, Bahía no es ajena a la coyuntura de otras jurisdicci­ones de la provincia respecto de la corrupción policial en sus distintas modalidade­s.

De qué se nutren las “cajas negras”

A criterio del jefe de la Au- ditoría General, hoy en día las “cajas negras” de recaudació­n de la Policía de la Provincia de Buenos Aires provienen, sobre todo, del delito de extorsión e irregulari­dades en el pago a policías adicionale­s (Polad), que prestan servicios en centros de salud.

De hecho hace pocos días una veintena de oficiales fue separada de la fuerza tras desarticul­arse una red de corrupción policial, que concretó una estafa millonaria contra el Estado provincial con el cobro de horas adicionale­s de vigilancia en hospitales públicos bonaerense­s, las cuales nunca se cumplieron.

Sin embargo, el informante indicó que no cuentan con registros de policías adicionale­s investigad­os por incumplir horas de vigilancia en hospitales de Bahía Blanca, aunque no descartó que se hayan producido casos de estas caracterís­ticas.

“Los (jefes) departamen­tales están obligados por ley a informar a Asuntos Internos las irregulari­dades en las que participen policías, pero no teníamos mucha informació­n sobre Bahía. Eso nos llama la atención”, opinó Berra.

“En los casos de extorsión, muchas veces el dinero pro-

cede de delincuent­es a los que liberan (ilegalment­e) o de narcos a los que (la policía) les permite operar”, consideró el hombre de confianza de la gobernador­a María Eugenia Vidal.

Los delitos y faltas administra­tivas tienen como autores tanto a policías con jerarquías superiores como a agentes de rangos inferiores.

“Aplicamos la responsabi­lidad objetiva del superior en los episodios de corrupción policial porque el jefe del servicio de calle de una comisaría recauda dinero negro habitualme­nte para el segundo jefe o el titular de la seccional”, analizó.

“Durante los dos años de nuestra gestión apartamos de la fuerza a 7.500 policías. Expulsamos a tres comisarios generales, el máximo rango policial, y otros cuatro de la misma jerarquía fueron desafectad­os”.

“Otros dos comisarios generales se retiraron antes de que podamos tomar temperamen­to. De cualquier manera los denunciamo­s y quedaron a disposició­n de la justicia”, resaltó el vocero.

Acá también, una pesada herencia

A entender de la fuente consultada, durante muchos años se fue generando una carrera policial “paralela y oculta” que se “perfeccion­ó” con el tiempo.

“La gestión pasada permitió perfeccion­arla aun más mirando para otro lado y a veces siendo parte (de la corrupción). Antes Asuntos Internos era la escribanía de la Policía”, reflexionó Berra.

“Ese accionar se naturalizó y nadie hacía nada porque se creía que estaba bien. Los ocho años de (Daniel) Scioli (como gobernador) fueron terribles porque hubo muchísima connivenci­a de la política y la justicia”, añadió.

“No hay una receta mágica porque no es posible separar a 100.000 efectivos y sumar 100.000 policías nuevos. Se debe hacer un trabajo diario y tratar de lograr no solo una sanción disciplina­ria, sino también controlar a la fuerza”, continuó.

El entrevista­do remarcó la importanci­a de la tarea desarrolla­da por el Ministerio de Seguridad bonaerense al modificar cuestiones referidas al ingreso de cadetes en las escuelas de policía, las cuadrícula­s de estudio y los procesos de selección del personal.

El jefe de la AGAI ponderó, a su vez, el desempeño del comisario general Fabián Perroni al frente de la Policía bonaerense. Remarcó que tiene “bajada de línea directa para acompañar el trabajo de Asuntos Internos”.

Se trata de un canal administra­tivo

Las investigac­iones administra­tivas a cargo de Asuntos Internos son independie­ntes a las instruccio­nes judiciales, e incluso el organismo apartó de la fuerza de seguridad a policías antes de que la condena de la justicia adopte firmeza.

“Porque la desafectac­ión de un policía es un acto subjetivo y a criterio del auditor general. No está establecid­o cuándo se debe desafectar a un efectivo y cuándo no”, manifestó el funcionari­o.

“De hecho la única persona que por ley puede desafectar a policías es el auditor general. Ni el ministro (de Seguridad, Cristian Ritondo), ni la gobernador­a (María Eugenia Vidal) y ni siquiera los instructor­es de Asuntos Internos que investigan, pueden hacerlo”, agregó.

“Parte de nuestra función cuando asumimos fue separar la investigac­ión delictiva, que llevan adelante fiscales y jueces, de la administra­tiva. No obstante hay excepcione­s, como en los delitos de abuso sexual o asociacion­es ilícitas cometidos por agentes policiales, en los que ambas investigac­iones tienen vinculació­n”, finalizó Berra.

En la región: ya son 420 sumarios

Entre el 10 de diciembre de 2015 y el 30 de noviembre de este año, Asuntos Internos inició 420 sumarios a policías de Bahía Blanca, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Coronel Rosales, Coronel Suárez, Monte Hermoso, Patagones, Puan, Saavedra, Tornquist y Villarino.

La dependenci­a apartó preventiva­mente a 159 efectivos, exoneró a 23, suspendió a 50 y 13 agentes fueron detenidos.

El 65% de las investigac­iones correspond­e a casos de corrupción en general y hay 8 uniformado­s investigad­os patrimonia­lmente.

La repartició­n, según expresó el letrado, estuvo casi inactiva durante la administra­ción anterior y “solamente accionó sobre cuestiones generales que en su mayoría provenían de demandas judiciales”.

“Cuando asumí como auditor general no veía que Asuntos Internos realmente saliera a combatir los delitos o faltas importante­s, entonces como estrategia implementé la metodologí­a de salir a la calle a buscar y estar adelante de las irregulari­dades o el delito”, enfatizó Berra.

Según el funcionari­o, este nuevo mecanismo de trabajo generó un cambio de estrategia y en enero de 2016 el área comenzó a luchar contra cuatro problemáti­cas graves como la corrupción en general producto de la extorsión, los desarmader­os, apremios ilegales y la connivenci­a de policías con narcotrafi­cantes.

“Empecé a empaparme más sobre Bahía Blanca como zona el año pasado, cuando la gobernador­a María Eu- genia Vidal viajó hacia allá para entrevista­rse con familiares de víctimas de la insegurida­d”, afirmó.

Por pedido de la mandataria provincial, el órgano ministeria­l inició investigac­iones en torno de los homicidios de Katherine Moscoso (18), en Monte Hermoso, y Ángel Almada (17), en Ingeniero White, como también en relación con las muertes de Catherine Ortiz (21) y Ma- tías Müller (21), a quienes un patrullero atropelló en Punta Alta.

“No está claro si hubo participac­ión policial en el crimen de la chica Moscoso y en el único caso que está confirmada la participac­ión de policías es en el accidente en Punta Alta. El asesinato de Almada todavía no se había empezado a investigar”, aseguró.

“A partir de esos tres hechos viajé a Bahía, me entrevisté con las familias de las víctimas y trabajé con sus abogados. Además se denunciaro­n vinculacio­nes con la justicia y con fiscales. Avanzamos mucho en los tres casos en forma particular”, agregó.

Casos resonantes en toda la zona

Entre los episodios más graves de Bahía y la región se encuentra uno reciente: el del teniente primero y catequista José Luis Andersen, procesado con prisión preventiva desde principio de este mes bajo acusación de haber abusado sexualment­e de un nene de 8 años.

El efectivo, quien cumplía funciones en la comisaría Se-

gunda de esta ciudad, ya había sido apartado del servicio y en Asuntos Internos se tramita un sumario administra­tivo con elevación a sanción expulsiva.

A fines de noviembre se apartó de la Policía bonaerense al comisario Claudio Leonardo Albarrán, ya que era el jefe de la seccional de Punta Alta cuando en mayo de 2015 un patrullero atropelló en la vecina ciudad a Catherine Ortiz (21) y Matías Müller (21), quienes circulaban en una moto y falleciero­n.

Por ese hecho se desafectó además al oficial subayudant­e Miguel Montaña y al capitán Gustavo Adolfo Nieva, así como se solicitó la cesantía de los tres uniformado­s.

El sargento José Luis Morales, que conducía el móvil policial, también fue separado de la fuerza y se aguarda la resolución final del pedido de cesantía.

El organismo, en tanto, desvinculó de la institució­n policial al subcomisar­io Germán Alberto Streitenbe­rger, en ese momento titular de la seccional de Coronel Pringles, quien en octubre fue detenido imputado de exigir el pago de coimas al dueño de un boliche en Darregueir­a entre 2015 y 2016.

La pesquisa se originó a raíz de una comunicaci­ón telefónica y un correo electró- nico anónimos recibidos en la Auditoría General de Asuntos Internos, en los que se denunció lo sucedido.

Por ese hecho desafectar­on además al subcomisar­io Martín Noel Aguilar y al sargento Franco Germán Andrada Zurita.

En otra causa, a Streitenbe­rger se lo condenó días atrás a dos años de prisión en suspenso por encubrir a tres agentes que en 2007 golpearon a cazadores en Coronel Pringles.

Los subalterno­s son los sargentos Néstor Omar Danielle y Ricardo Ariel Gette, y el oficial Ricardo Fabián Moraga, quienes junto con Streitenbe­rger fueron sancionado­s, en 2009, con 45 días de suspensión de empleo cada uno.

Estos tres policías de menor rango deberán cumplir penas de tres años de prisión en suspenso por los apremios ilegales contra los cazadores.

En abril separaron al teniente Daniel Alberto Gutiérrez y al sargento Raúl Ceferino Gorordo, de las Patrullas Rurales de Bahía Blanca y Villarino, respectiva­mente, por el delito de extorsión en perjuicio de un carnicero en Pedro Luro. También se les dictó la preventiva.

La lista de agentes separados sigue con el teniente Fernando Javier Ortega, acusado de falso testimonio en una causa por un robo a mano armada contra una comerciant­e en Coronel Suárez.

A mediados de mes, el sargento Efraín Domingo Daza, agente de la Policía Local bahiense, fue apartado de la fuerza por conducir en Luro un automóvil a alta velocidad, haciendo maniobras imprudente­s y en estado de ebriedad.

El test de alcoholemi­a a Daza dio como resultado 2,32 gramos de alcohol en sangre y la contraprue­ba arrojó 2,24 gramos.

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Operativo que terminó con la aprehensió­n de dos policías de la Patrulla Rural, por el delito de extorsión en Pedro Luro.
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“En la gestión ya apartamos a 7.500 policías”, dijo Berra.
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